Páginas

sábado, 6 de julio de 2013

¿PIRÁMIDE EGIPCIA EN LA ANTÁRTICA?


En medio de las eternas y extensas sabanas blancas que esculpen escenarios fantásticos con la nieve del territorio antártico, surgen abruptamente entre lomas y gritas, vestigios que deslumbran a expedicionarios y científicos al enfrentar cara a cara la abrumadora impronta de un hito situado a una altitud de 2.565 MSNM. Se trata del “Pico Pirámide”, también conocida como “Punta Pirámidal”, la cual pareciera ser una verdadera réplica de las pirámides egipcias, pero georreferenciada en territorio antártico entre los 72°16′ Sur y los 165° 35′ Este.
Existen diversos registros fotográficos que dan cuenta de su existencia, muchos captados entre la década del 60’ y 70’, y otros recientes, en los cuales se advierten la presencia de la extraña formación geológica -no arqueológica-. 
 
Curiosamente, por muchos años permaneció oculta la información, siendo clasificada como materia reservada por falta de estudios científicos en el perímetro de su emplazamiento. No obstante, con el pasar de los años se estableció su condición de afloramiento pétreo, transformándose en la única pirámide natural perfecta del mundo sometida a temperaturas bajo los -38º C, a diferencia de sus homologas artificiales emplazadas en el desierto egipcio, las cuales soportan temperaturas sobre los 37ºC. 
 
Cabe destacar, que este singular capricho de la naturaleza se oculta bajo el hielo, asomando sólo una parte de su estructura, dejando ver sus caras perfectas y estilizadas, ofreciendo una impresionante visualización tanto de lejos como cerca, haciendo olvidar por momentos las temperaturas extremas que lo rodean entre lomas, montañas e inmensos valles glaciares y farallones de hielo.
 
Muy próxima a la pirámide asomada entre hielos, a 1.200 km del Polo Sur, en medio de un radiante y extenso blanco, emerge una de las siete cumbres más altas de los cinco continentes, el monte Vinson, con una altitud de 4.897 msnm. Emplazado en una llanura de 21 km de largo por 13 de ancho, sus faldeos afloran en medio de la cordillera Centinela -catalogada por primera vez tras un vuelo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en 1957- de las montañas Ellsworth, situadas sobre el banco de hielo Ronne, próxima a los hangares multinacionales presentes en el extremo meridional del macizo de la corona del monte Craddock (4.650 msnm) de la península polar. 
 
En estos fríos parajes, donde se entremezcla la dureza de los hielos con la bastedad de la extensión territorial, la cual permite incluso actuar de pista de aterrizaje de aviones de gran tonelaje y tamaño, es posible avistar desde las bases militares británicas y peruanas no sólo las estaciones meteorológicas, sino que intrigantes grutas y cuevas no habilitadas para su uso humano.
 
Publicado por