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jueves, 15 de octubre de 2015

OSIRIS - EL GRAN PADRE...



LA INICIACIÓN DENTRO DEL SACERDOCIO DE OSIRIS

“Cuando la deidad manifiesta su mismo Yo en la forma, ésta deberá equilibrarse perfectamente…
Dios se hace manifestar entre nosotros, cuando las condiciones permiten la manifestación.
Una vez que atravesó la manifestación en los planos de la forma en el aspecto de niño, el dios encarnado crece hasta la virilidad y se convierte en el redentor…”
Dion Fortune


Osiris; cuyo nombre en egipcio antiguo era Asar, se constituyó en el legatario del poder de vida de Atum-Ra en el mundo de los Hombres. Se dice que el fue el primer rey-faraón de Egipto, fundador de las dinastías que durante de miles de años gobernaron la tierra de Egipto. El fue quién  llevó de la mano al hombre en su transición de la barbarie a la civilización; fue el quién  abrogó los rituales de sacrificios humanos  y el canibalismo para implantar en su lugar formas más sutiles de  comunicación e interacción del ser humano con la divinidad.

Osiris fue quién enseño al hombre la siembra y el cultivo, así como  la domesticación de animales que permitió al hombre volverse sedentario y  construir ciudades de piedra que han prevalecido hasta nuestros tiempos después de  miles de años.

El  representa  en relación con la agricultura el ciclo mismo de la vida, la rueda giratoria de la evolución donde todo nace, crece, se desarrolla y muere para después volver a nacer, como  sucede en la siembra y cosecha. Por lo tanto su neter es el del renacimiento y continuidad cíclica de la vida.

Mas ello no se limitó al aspecto  material, sino también trascendió al aspecto abstracto a través de la mente del hombre, donde representa  la transformación de su propia consciencia, la reintegración de la psique que fue fragmentada en el proceso involutivo de la creación y el posterior remembramiento de esas partes perdidas para volver a integrar una conciencia   luminosa en el reino de la manifestación. Este se logra gracias a un proceso de renovación de conciencia que el hombre experimenta durante su vida a los largo de todas sus encarnaciones, hasta que llega el momento de su  integración trascendente.

Los griegos a la postre realizaron una fusión de Neteru mediante la cual se  reunió el neter de Osiris y Apis dando lugar al culto de Serapis mediante el cual se adoraba el poder creativo de la divinidad  fecundando el reino de la materia trayendo luz vida y amor al reino manifiesto. El poder de la divinidad  manifestándose a través del poder de la materia viva  del toro sagrado con el que la tierra queda preñada.

Osiris,  resulta ser   el primer  descendiente de la gran cohorte de los nueve Dioses, el primero que  portando la semilla de su Abuelo, el Dios Supremo de la Eneada Heliopolitana se convierte en el  regente del  Reino.

Su cabeza se ve ataviada con una corona Blanca y alargada que remata en un  una punta esférica a la que se denominó “Atef”.

Esta esfera como el resto de del tocado es de color blanco, esta esfera cilíndrica se encuentra en la parte más alta del cuerpo de Osiris considerándolo como un todo físico, por lo tanto al ser la esfera el punto más alto representa precisamente a su bisabuelo Atum Ra, a su poder de vida que parte de un punto hacia la manifestación, como ya se había apuntado es de color blanco porque representa la espiritualidad, una espiritualidad que desciende de los planos superiores de consciencia del propio poder creativo de Atum Ra .

Este poder creativo de Atum Ra desciende a la manifestación a través de su semilla de fuego dentro de un proceso de involución mediante el cual al igual que el rayo relampagueante va descendiendo más y más hasta llegar al reino de la manifestación. El alma individualizada de Osiris porta esta semilla divina y con ello el linaje real del gran dios supremo que una vez que llega al plano de la manifestación se ve enclaustrado en un vehículo físico que lo limita y oculta su luz.

El descenso del poder de la cimiente de Atum Ra se ve representado por el cuerpo de la cobra real que se encuentra en la corona blanca, iniciando con su cola hacia arriba cuya Terminal representa el punto que emerge del poder espiritual de Atum Ra, mismo que va descendiendo y ensanchándose conforme va recorriendo los planos más densos de la creación hasta que llega a rematar en el mundo manifiesto. Esta cobra real que termina en con su cabeza levantada en señal de protección a la postre sirvió como emblema para identificar el Reino del Bajo Egipto,  a través de la corona roja que representaba el aspecto material de la creación, como polo opuesto y complementario a la corona blanca que significa el poder espiritual que después se le atribuyó a la región conocida más al sur de Egipto y a la que se le denominó como el Alto Egipto.


De esa forma la serpiente remata en la parte más baja de la corona, representando precisamente que la cimiente de Atum Ra y su neter ha fecundado la tierra negra de Khem.

Posteriormente y una vez que Osiris resucitó tal y como se describió en el Mito inserto anteriormente, dicha corona fue enriquecida con dos plumas de avestruz una a cada lado de la corona, estas representan la regencia que Osiris tiene tanto en el reino de los vivos como en el de los muertos;  Osiris con su tez verde representa la trasformación de la arena árida del desierto en tierra cultivable, bajo esta connotación el rostro de Osiris se encuentra situado al norte y por lo tanto cada una de las dos plumas se encuentra orientada al oriente y al occidente respectivamente que representan a su vez el horizonte por donde sale el sol trayendo la vida, y la otra el occidente  donde el sol ingresa al inframundo cada anochecer y por lo tanto refiere al reino de los muertos. Ambos reinos bajo el auspicio de Osiris.

El rostro del Dios como ya se mencionó en el párrafo precedente es de color verde; este color tiene relación con el principio de la fotosíntesis. La fotosíntesis es un proceso químico de generación de energía que produce vida a partir de la luz del Sol, este proceso tiene precisamente relación directa con el neter de Osiris quién toma la energía de Atum Ra y la transforma en poder de vida que se manifiesta en el plano de la materia; es la fuerza del espíritu que toca la masa inerte para darle vida.

Este proceso se compone de dos etapas; una lumínica, que refiere al descenso de la luz del espíritu de Atum Ra y otra en la oscuridad mediante el cual esta energía es trasformada en glucosa con la cual se hace posible la generación de la vida. Esta segunda etapa tiene que ver con el proceso de transformación consciente que Osiris hace de los aspectos en desequilibrio de la personalidad humana para convertirla en un tipo de energía que permita la transformación de la Humanidad; la Humanidad, que toma la luz y la captura en medio de la oscuridad de su ignorancia, pero a partir de la cual cuenta con el poder para trasformarse y transformar estas tinieblas en vida, por lo tanto tenemos un proceso de muerte que lleva al despertamiento de la conciencia del hombre y que refiere directamente al proceso iniciatico dentro del sacerdocio de Osiris.

Cuando la luz ingresa en la oscuridad, esta se fragmenta, pues esa chispa luminosa la modifica y divide, cada uno de esos fragmentos entonces representa las partes del cuerpo de Osiris que fueron mutiladas. A partir de este momento en términos de la fotosíntesis se realiza el trabajo dentro de la oscuridad, una labor que más que de la energía luminosa ahora depende de la temperatura y que dentro del proceso iniciatico representa el poder de la voluntad consciente del ser humano para despertar a la vida; el proceso concluido se ve representado con el cuerpo remembrado de Osiris a través de las vendas forjadas con el poder del amor de Isis y adheridas con el poder de la magia de Anubis, que al final son parte misma y complementaria de la psique misma de Osiris.


Una vez que la luz y la oscuridad se fusionan y encuentran el equilibrio de la creación a través del poder de la vida en un perfecto balance entre el poder trasformador y el poder del amor que generan sacrificio, vida y belleza, esta se ve reflejada en la generación de un nuevo ser más brillante y perfeccionando que representa la evolución de la conciencia del hombre y al que los antiguos egipcios llamaron “Harporcrat” el hijo niño de Isis y Osiris .

De esa forma podemos advertir como en esencia Osiris es por sí mismo la historia misma de la iniciación y su neter, es el neter de la consciencia misma  del Iniciado.