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viernes, 19 de abril de 2013

ORIOL - 180413 - (D.C.P, 2), DE TODA EXPERIENCIA, ADQUIRIMOS UN APRENDIZAJE...



                                                   

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Oriol – 180413 -
                                               Oriol 18 – 04 – 2013; 21:25 h

           (D.C.P) Despertar Cosmico Planetario, II parte

                     -   De toda experiencia, adquirimos un Aprendizaje 

      Sera imprevisible el actuar de forma directa en cualquier situación, siempre a través de la ayuda a otras almas, actuando siempre desde del beneficio mutuo de las dos partes,  a la hora de seguir dando lugar en el presente constante,  a reafirmar el mejor de los posibles caminos de una de ellas, para elevar en su mayor magnitud, la luz, la verdad y el servicio directo, como frecuencia divina.

    La transición de la rueda que gira, establece las coordenadas o rumbos a través de los cuales contemplamos, desde una percepción de tiempo más sutil, la ramificación de nuestras propias ramas y su propia extensión. (Hablo de las ramas, como las experiencias que vivimos a propósito de las extensiones). Toda forma de vida,  la cual es emanada desde la propia comunión con el “centro”, establece la constante diametral de los círculos o ruedas, por donde va a ir cambiando de forma. Nuestras experiencias directamente, se mantienen de forma circular transgrediendo los parámetros de nuestra propia visión, hasta una vez sea transcendida la linealidad de tiempo, donde durante mucho tiempo nos sumergimos. Estas formas o cuerpos a través de los cuales adoptamos la nueva graduación de nuestras consciencias, (transición o despertar), se mantiene vibrando en constante representación de la misma manera, que  adoptan estados de consciencia más elevados, (vibrando en resonancia con la luz), en los que los vehículos a través de los cuales adoptan esta representación, se manifiestan a través de  la consciencia, para adoptar actitudes más sutiles y dinámicas en la luz. 

      La conjunción con los elementos, (la cual está directamente relacionada nuestra consciencia) se mantiene firme dentro de la proyección eterica del tiempo, al ser representadas  las tablas periódicas del tiempo, que forman en un cumulo de luz, deslizando la frecuencia a través de la importante variable de representación, a través de la verdadera percepción del Ser, y su manifestación a través de la forma. Las extensiones lunares, influyen de forma variable en la transición de crecimiento, que adoptan nuestras personalidades, en su manifestación del despertar.  Los niveles de consciencia, (multidimensionales) serán variables a medida que las formas que los habitan, (cuerpos o vehículos) adopten ese compromiso hacia la unidad y el buen hacer, en primera instancia elevando la variable de luz, hacia los demás. Toda representación en un estado optimo del Ser, mantiene directamente relacionada la presión de los ejes de luz, que se manifiestan a través nuestro dentro de las 7 dimensiones del alma. En este contrato, se representa de forma directa la expresión: Sera imprevisible el actuar de forma directa en cualquier situación, siempre a través de la ayuda a otras almas, actuando siempre desde del beneficio mutuo de las dos partes,  a la hora de seguir dando lugar en el presente constante,  a reafirmar el mejor de los posibles caminos de una de ellas, para elevar en su mayor magnitud, la luz, la verdad y el servicio directo, como frecuencia divina. 

     De esta misma forma, obtendremos la capacidad de emitir desde nuestro propio corazón, (unidad con las dimensiones de tiempo), a través de la certeza de obrar en todo momento, desde la presencia de Dios Interior a la hora de contemplar, que la mejor representación, no es la que nos beneficia directamente a nosotros, sino la que beneficia de forma directa a nuestro prójimo. La Tierra Santa, emerge desde el compromiso de la verdad, el cual establece una fuerte emanación a la decisión establecida, desde una energía exterior a nosotros. Esta Tierra Santa, somos cada uno de nosotros en unidad, compartiendo la belleza de los días dentro de un marco incomparable de experiencias llenas de luz. A medida que nos deshacemos de los amares a energías que no nos pertenecen, nos hacemos más visibles a los demás y nuestra propia luz brilla como un faro de luz, hacia nuestro alrededor. No existen grados que nos separen a unos de otros, lo único que nos separa de la verdad es la fuerza de poder, que hemos de aprender a construir desde una visión de tiempo sumida en la verdad y la justicia personal. 

      Miremos a nuestro alrededor, ya que para muchos de  nosotros,  todo lo que nos rodea necesita ser cambiado para adoptar una visión de luz, en la que la mejorar la forma de poder manifestar nuestro propio agradecimiento, (no tenemos que cambiar nuestro alrededor, lo que realmente hemos de cambiar, es nuestra visión exterior, a través de la manifestación de los faros de luz), ya que esta será, la optima visión donde seremos cambiándoos, cada uno de nosotros por dentro. Es cierto, que existe el dolor y el sufrimiento a nuestro alrededor, y seguirá así durante un largo periodo de tiempo, ya que al igual que nosotros, estas mentes que adopten una actitud de compromiso, entenderán que no tienen que llevar a cabo, tales acciones. La ley de la causa efecto, tiene que sembrar sus expresiones para liberar a muchas mentes humanas, de sus transiciones Karmicas. Todo camino, es sembrado a través de su propio trayecto, a mejor amplitud de su visión más amplia es la representación y emanación de luz, hacia nuestro exterior. Esta liberación no constituye una pérdida de comprensión, (nuestras consciencias se impregnan de nuestro propio aprendizaje de forma constante),  sino que adopta una construcción más elevada, a la hora de sembrar en el conocimiento propio de nuestro despertar, mas allá de la visión de tiempo tridimensional.

      Imaginémonos como una semilla, que vida tras vida vuelve para recoger las mejores experiencias y nutrirse de ellas, (dando lugar a adquirir consciencia para su manifestación), para en posteriores experiencias contemplar un grado de luz superior, en el cual mostrar a los demás su propio aprendizaje, el cual re-calibra los cimientos de la identidad humana, y la transciende en identidad cósmica. De toda experiencia, adquirimos un aprendizaje y este nos mantiene unificados, en la proyección de la rueda del tiempo, la cual simboliza los eslabones  de nuestra ascensión, como mentes humanas. La experiencia se transmite a título personal, dentro de la variante de tiempo y la transcendencia de las objeciones que vivimos, para seguir adelante. (No tenemos que temer, ya que si tememos por las adversidades, nos alejamos de vivir a través del alma). Si nos adentramos en el interior de nuestro corazón, seremos conscientes de que somos una semilla en proceso de manifestación. La semilla yace en el centro de la Tierra, (como elemento) y se representa en su máxima extensión de luz,  como la emanación del todo  al cual pertenece. La fusión de los elementos, enriquece la toma consciente de tiempo a través de la cual, fortalecen las proyecciones de realidad, como almas en transición. Ese centro del cual emana toda proyección, constituye la cruz a través de la cual se contemplan, las múltiples variantes de la manifestación del Ser. Todos somos el “centro”, cuando este emana desde el interior sanado de nuestros corazones.

       Antes de emanar de la posición de ese centro, esta semilla forma unidad con el todo al cual pertenece,  (Consciencia Global Planetaria), experimentando su cómoda manifestación desde los reinos etericos, donde se contempla a sí misma, la extensión de su propia travesía. (De la misma forma, nosotros como almas, somos capaces antes de embarcar en nuestro propio cuerpo como humanos, de percibir la longitud y el diámetro de la onda de trayectoria de nuestra luz, en la densidad como humanos). Antes de llegar como mentes en la Tierra, ya fuimos capaces de percibir las hazañas por las que nuestras experiencias, nos harían pasar dando lugar a reconocernos a nosotros mismos, a través de la poca confianza y credibilidad que le daríamos a nuestras almas, a través de hacernos entender de veras el camino a seguir. Este aprendizaje va volviendo a nuestras mentes, como reflejos de luz que llegan a nuestras propias panorámicas, las cuales adoptan actitudes muy renacentistas, dentro de las experiencias de nuestra propia transición. Esta no cambiara si no estamos preparados para escalonar el eslabón, de nuestro propio aprendizaje. 

      Mientras formulemos posibles experiencias, centrados en una cuadriculo de tiempo tridimensional, nos alejaremos de percibir esa mirada global a través de esa semilla, que nos abre el posible y real abanico de posibilidades con el todo. Cuando realmente asumimos que somos el “centro”, emprendemos ese trayecto hacia el interior, que se mantiene directamente relacionado con el todo. Para emprender una experiencia Global, en primer lugar hemos de asumir nuestra presencia Planetaria y abarcar toda representación, a través del Servicio como Faros de Luz. Si construimos nuestra propia realidad desde el centro de su emanación como almas, comprendemos lo superficial de nuestras vidas como humanos, y la pérdida constante de energías que representan esa lucha por conseguir, lo que no deseamos desde el corazón. La trayectoria del alma en la Tierra, es la de unificar en su máxima expresión. La trayectoria de la personalidad, es la de alejarnos de comprender la longitud de onda, que ejerce nuestro espíritu al seguir de nuevo vibrando, en extensiones de luz a través de la forma. Instaurar una proyección fuera de tiempo, es insondable en este preciso momento, ya que la densidad de nuestros campos de energía, se nutren de forma constante de esas energías sublimes, para alimentar nuestros deseos y pasiones.

       La escalera de comprensión, adopta una fuerte representación a través de ser lo vivido, y vivir lo que realmente sentimos. Aun que en experiencia vibremos en una densidad muy baja, demos tiempo a nuestras propias experiencias, las cuales se abrirán como manantiales que nos harán sentir de veras, la unidad que paso a paso, se contemplara ante nosotros. Mientras esculpamos nuestras vidas, en tal o cual manifestación (intentando cambiar de forma directa, la experiencia que vivimos la cual tiene que ser cambiada a través de la proyección consciente, de nuestra propia situación), esta tienen que ser vivida en su total magnitud, para ser transformada y representada a través de la línea de tiempo, por donde circundan nuestra eclípticas. Si no es así, a través de nuestras proyecciones mentales llegamos a contemplarla de una forma, que se aleja de nosotros a través de ese aspecto Almico, que ilumina nuestras propias miradas, fuera de la eclíptica de nuestro propio proceso de ascensión. De la misma forma que los planetas, nuestras experiencias (llamadas vidas como humanos), circundan a través de la rueda que gira, adoptando diversos grados de expresión a través de los cuales, nos nutrimos como consciencias. 

      De la misma forma que los planetas tienen una duración, en la trayectoria de su desplazamiento a través del Sol, las experiencias tienen que ser llevadas a cabo, según las ruedas de tiempo, a través de las cuales asumimos nuestro propio grado de proyección y la toma real de consciencia. Si seguimos dejándonos llevar por esas energías, (sin tomar parte consciente de la rueda y su manifestación a través de nosotros), estas energías se apoderan de nuestras personalidades, las cuales han integrado este estado de manifestación, ya que nos han dominado hasta el momento y no nos han dejado vivir la plenitud del Ser, que reside en nuestro interior. Mientras estas energías reinan en nuestra propia presencia, nuestra propia identidad Almica ocupa un segundo plano, en la presencia del contemplar la larga extensión de nuestra naturaleza personal. Os amo desde la plenitud del Ser de cada uno de nosotros en unidad, de la misma forma que os venero en la presencia del Espíritu, como entidades galácticas de esta gran embarcación llamada, la Tierra Santa…

   Yo Oriol os enlazo desde la magnitud del corazón primero, que eleva las experiencias de aprendizaje en esa constante expresión de energía fuera de nuestra propia visión de tiempo lineal, contemplemos y a través de esa contemplación emanemos la presencia del eterno, el cual late en unidad desde el corazón unificado…No hay mejor reconocimiento, que el reconocerse a uno mismo…..