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Las instrucciones que vamos a ir recibiendo, durante la transición
de los elementos, en este decálogo del ciclo solar de adaptación
planetaria, mantendrá totalmente iniciada la regulación a nivel
mental, de las experiencias de un tiempo en constante adaptación.
Cáncer sintetiza directamente, las influencias mentales a través de
las cuales, los grados de integración se reflejan constantemente, en
las tendencias del mayor reconocimiento a través del cual, la
perfecta instrucción integra directamente, los atributos de nuestros
dones sagrados, como seres humanos en el ahora.
Todo lo que rodea nuestras vidas,
se sumerge en la inmensidad de las aguas de Cáncer, atribuyendo la
purificación de nuestras propias esferas mentales, en la consumación
sagrada de cada uno de los elementos. Estos se reflejan a nuestro
alrededor, mientras los contratos de nuestro tiempo, afirman las
variables sagradas de una profunda integración, del fluir sanguíneo
de nuestras vidas. Tales contratos pasan a formar parte, de la forma
de percepción, con la cual se reflejan directamente los hologramas
del planeta, influyendo directamente en nuestras psiques, para volver
a perfeccionar las respuestas de la verdadera intuición, que
establece las aguas del cambio en su proceso de purificación.
La purificación de un tiempo, a
través del cual los sistemas que reflejan, las variables de un
sistema periférico de tiempo, el cual acontece en la profunda
representación de una serie de propuestas, en las cuales cada uno de
nosotros, tiene que sentir su propia integración, en su propia
manifestación del reconocimiento, de nuestra propia identidad del Yo
Superior, en el presente. Los influjos solares acontecen
directamente, en nuestras psiques para representar los constantes
estados cíclicos, a través de los cuales la mayor percepción, se
refleja en la transcendencia de los grados y variables planetarios y
su influencia en el presente.
Como expresión divina de un ciclo
sagrado de tiempo, todos y cada uno estamos directamente
influenciados, en la precisión de los ejes del planeta, en el cual
estamos todos realmente inversos, ya que nuestros cuerpos, forman
parte de nuestro sistema corporal, influyendo directamente en los
reinos del éter, los cuales se reflejan en la inmensidad de los
múltiples acontecimientos, que sostienen nuestras existencias en su
total manifestación. Los flujos de un tiempo en constante
transición, re-agrupa las instrucciones solares a través de las
cuales, los signos y sus símbolos de adaptación, albergan las
perfectas sin cronicidades, para volcar en la serenidad los códices
sagrados de adaptación del planeta.
Los bloqueos mentales, que
interfieren constantemente en las energías planetarias, se reflejan
en constantes fines de ciclo, dentro de los cuales las influencias
del estado planetario, acontecen a través del presente estado
cíclico de nuestras psiques. A medida, que la graduación mental de
nuestras experiencias mentales se refleja, en los actos y servicios
como mentes en transición, se acomodan las improntas de una presente
evolución, sin precedentes a todos los niveles de evolución. La
estación de verano, constituye una profunda integración de los
estados etericos, que acontecen en este hemisferio planetario.
Estos se reconocen directamente,
en la profunda representación del ciclo solar que fortalece nuestros
cuerpos, purificando-los a través del elemento éter, dentro de
cualquiera de los ciclos de proyección desde los cuales, las
tendencias de un cambio se afrontan con libertar, y una gran dosis de
optimismo. La pureza del fuego, integra en nuestras mentes diversas
energías de índole mas sutil, ejerciendo el don divino del espíritu
a medida que reconocemos, que nuestra identidad subyace por encima de
todo lo que podemos experimentar, dentro de una fase mental lineal.
Aun que las tendencias de este
gran cambio, se reflejen a través nuestro como directas variable
karmicas en nuestro tiempo, son constantemente centradas las
influencias de una periferia, donde circulan las eclécticas
planetarias, dentro de la fortaleza de la presente influencia a nivel
personal. La cual contribuye directamente, a instaurar los esfuerzos
mentales, a través de los cuales cada paso adelante adelante,
simboliza una proyección dentro del ciclo de tiempo, el cual sigue
adentrándose en las estancias de la verdadera purificación. Esta se
eleva constantemente, como reflejos en lo sagrado al propiciar las
sin-cronicidades de un sistema de referencia, en el ciclo del real
renacimiento de los elementos, a través del trascender de nuestras
mentes planetarias.
Estas establecen las contantes
vitales, directamente reflejadas a través nuestro, como molestias o
dolores internos, reflejados a nivel de estomago o intestino. Estos
se representaran, a través de un sistema referente de la basculante
de los vasos sanguíneos, con las tendencias de esos aspectos
karmicos, que sintetizan las profundas experiencias que viviremos, a
través del tiempo el cual ascenderá de forma rápida en nuestras
psiques, cuando a medida que la dualidad se va diluyendo y las mentes
despierten directamente en el presente, el unificarse en el Uno
entraran en una perfecta sincronizacion, de las múltiples estancias
las cuales están directamente sumidas, en la evolución de todos los
sistemas en Uno.
La presencia de los elementos en este tiempo, se abre paso a la
purificación de nuestras emociones y sentimientos mas profundos, los
cuales imprimen en las altas esferas mas elevadas, cada una de las
experiencias que reflejan las notas musicales, de la armonía
sagrada, que se sintetiza según la vibración constante de un
sistema planetario, en cuestión y perfección del tiempo. La
extensión de las arterias de nuestros cuerpos, se unifican en la
perfecta sin-cronicidad, de la ampliación del sistema respiratorio
de nuestros cuerpos, en el cual se hace referente, la identidad de un
tiempo que, a medida que los pulmones (aire), constituyen los
parámetros de un nuevo amanecer, siguen dando vida a todo lo que
rodea, nuestras experiencias como humanos.
La presente influencia solar en el signo de agua, acontece a través
nuestro al abrirnos los corazones a sentir de veras, nuestras
propuestas personales, en la inversión de nuestros ciclos karmicos,
dentro del tiempo. El elemento en función, preferente a través del
fuego ígneo, constituye la constante integración de los reinos del
espíritu, a medida que la transformación de tales, es llevada a
cabo a través de cada uno de los grados que se reflejan, en las
altas esferas que acontecen, como constantes de lo mas elevado, que
empieza a instaurarse en las dimensiones 4 y 5, de nuestra mente en
ascensión. La fuerza del Sol, simboliza cada signo en cuestión,
representa la constante influencia a través de la cual, se constatan
directamente los ciclos de un sistema referente, a la evolución de
un estado constante basado, en la perfecta armonizacion de la
unicidad, como almas en la Tierra.
Para finalizar, hablaremos del elemento tierra el cual fortalece
nuestras experiencias, a medida que las esferas del fuego del
acontecimiento, establecen los ángeles sagrados y través de ellos,
le dan preferencia a la integración, de los flujos del sistema
nervioso humano. Las propuestas de una profunda realización,
interfieren en las columnas de fuego, que través del elemento tierra
en cuestión, cambian la representación de los estados a niveles mas
sutiles, donde la realización de cada uno de nosotros, se abastece
en la manifestación de un crecimiento interno, desde los múltiples
niveles del Ser en su total expresión. La danza sagrada de los
elementos, constituye la sin-cronicidad de nuestros estados mentales,
en constante sin cronicidad con lo referente, a la transición de
este tiempo a niveles mas que sutiles planetarios.
Es tiempo de que gocemos del constante estado de gracia, que
representa la profunda integración de un tiempo en ascensión, a
medida que las influencias de tales acontecimientos, establecen las
conductas sagradas de este tiempo, en ascensión en la plena longitud
de una profunda manifestación, la cual se eleva por encima de las
posibilidades que se reflejan como mentes humanas.
Este mensaje puede ser distribuido
y copiado íntegramente, con todo su contenido. La luz que refleja es
una inminente expresión, a través de la cual todos y cada uno, nos
sentiremos identificados. Esta es la razón, por la que el único
compromiso que se refleja a través de el, es que sean copiados todos
los créditos, que en el se han publicado.
Este mensaje y todos los
anteriores, forman parte de cada uno de nosotros, ya que son cada uno
de nosotros, según los grados de nuestra evolución. Todos ellos
fortalecen nuestros arquetipos en lo sagrado, y están colgados en el
blog: http://lacamaradeloslords.blogspot.com.