Maravillada por tan agradable compañía…
Siempre
me pregunto ¿por qué nos comprometemos en la vida humana a muchas cosas
que realmente no queremos?, y ¿por qué olvidamos aquellas que
verdaderamente serán trascendentes para nosotros? y es que las emociones
nos llevan a un mar de conflicto muchas veces, pero también nos llevan a
la gran dicha, atravesamos el río del miedo, llegamos también al mar de
la felicidad, desvanecemos por la cascada
del conflicto y este mismo conflicto nos hace llegar a un caos de
emociones. No todos los caos, no todos los conflictos tienen que ser
estrictamente malos, muchas veces aprendemos que de todo aquello que nos
conflictúa sacamos grandes enseñanzas y es que quizás, lo que más duele
de pronto, es lo que más fuertes nos ha hecho.
Pero,
¿por qué entonces considerar tan trascendentes los conflictos? o ¿por
qué considerar aquellas grandes pruebas como las que verdaderamente nos
enseñan?, hemos enseñando a una mente a crecer través del conflicto y de
las pruebas, no lo hemos hecho simple, nos han enseñado que aquello que
cuesta trabajo es lo que más prevalece, nos han enseñado que aquel que
le cuesta trabajo nacer, es aquel que más fuerte es.
¿Por
qué no hacer la vida simple, cuando ésta misma puede serlo? y es que
todo en la vida se nos ha regalado tan sencillo como para poder
aprovecharlo, pero aún así queremos hacerlo complejo, difícil, tedioso
muchas veces y vivimos de una mente que está a la expectativa de las
condiciones de su exterior. Vivimos a la expectativa de las condiciones
de los seres humanos que se comprometen con nosotros y no existe el
compromiso entre nosotros mismos de hermanarnos hacia un mismo camino y hacia un mismo fin.
En
la competencia de todo ser igual, consideramos que existe uno que es
distinto, entonces porque no ya decir que no existe competencia para ser
todos iguales porque todos ya lo somos; no podría existir una
competencia para una cualidad que es de la naturaleza, cuando nosotros
decimos: esperaremos ser todos iguales, quiere decir que en el presente
alguien es distinto o algunos lo son.
Y
es que tenemos miedo a la oportunidad de la vida, a la oportunidad de
la experiencia y a la oportunidad de la creación, existe algo
maravilloso en todos nosotros que es la bondad y la bondad podríamos
decir que aplica para todo aquello que a veces consideramos que ni
siquiera existe, la bondad es algo que se olvida porque se habla más del
respeto, la bondad es algo que se olvida porque se habla de equidad, la
bondad se olvida por que se habla de tratar de definir las mismas
situaciones que precisamente alejan al mundo. La bondad es algo que
podríamos manifestar como un alma perfecta y la perfección no radica en
igualarnos a algo, simplemente en ser tal cual como se es, ya que
existen un millón de perfecciones en el mar de la felicidad, porque en
el mar de la felicidad cada gota encuentra unirse con otra gota o con el
conjunto de las gotas para hacer algo grande, por eso han formado un
mar. Existe en la arena la realidad perfecta para decir que hay algo
solido que está esperando cuando estas gotas tengan que llegar a ese
punto en donde de pronto se secarán y se evaporarán pero regresarán a
ese mar de la felicidad.
Podríamos
decir que la arena es entonces aquello que de pronto nos hace aterrizar
en un mundo complejo, en un mundo donde tendremos que aprovechar
nuestra paciencia para salir adelante, para en donde nos hace entender
que existe una pequeña luz, ese gran sol que nos va a evaporar para
regresar a aquello que verdaderamente somos, un mar de felicidad.
Quizá
de pronto no nos regrese inmediatamente al mar de la felicidad y nos
lleve primero a un río un tanto complejo de atravesar, con un caudal
bastante complejo, pero que al final nos regresará a lo mismo, a lo que
verdaderamente pertenecemos.
De
pronto esa gran nube nos lleva a un lugar salado o a un lugar dulce,
pero volveremos al mismo instante de unirnos con las mismas gotas y es
entonces donde la bondad juega un papel muy importante, se manifiesta el
alma en perfección, en el conjunto de las perfecciones.
La
perfección no es un ideal absoluto, único, quiere decir que la
perfección es algo que radica en cada uno de nosotros. La sonrisa de un
niño es perfecta porque es pura y las lagrimas de un adulto son
perfectas porque al mismo tiempo lo son, son cristalinas, muestran de
pronto la dulzura y sensibilidad del alma, también muestran muchas veces
la tragedia de la mente, muestran también la añoranza de ciertas
personas que han regresado a esa gran nube y que por el momento están
suspendidas pero que también pertenecen al mar de la felicidad, esos
seres que están lejos y consideramos de nosotros, pero son aquellas
grandes nubes que nos cuidan, son aquellas grandes nubes que se reflejan
en el mar y nos dicen que ahí están, en el mismo reflejo de lo que
siempre hemos sido y de pronto llegan y de pronto caen en ese mar para
volver a ser con nosotros uno mismo, un mismo mar de felicidad.
La
bondad es aquello que se muestra como único en nosotros mismos, no en
el ideal del conjunto, la bondad es algo sencillo y al mismo tiempo
complejo para la humanidad; podríamos decir que la bondad es algo
simple, es simple en el momento en que la bondad es únicamente ser como
cada uno de nosotros, es bondadoso aquel que se muestra tal cual es, es
bondadoso aquel que acepta a los seres que tiene a su alrededor, los
acepta porque sabe que no son iguales a él pero son tan perfectos porque
son ellos mismos. Ser perfecto es ser en si mismo lo que uno mismo es,
con los defectos, con las virtudes, con las cualidades y es que aquellos
defectos no son defectos, son características de la bondad de mostrarse
tal cual es, con un ideal, yendo más a la perfección de tratar de ser
lo más equilibrado posible con nosotros mismos, no con el ideal de la
humanidad.
El
ser bondadoso es tocar con el alma aquellas condiciones de pronto
adversas de la vida humana, el ser bondadoso es que en nuestra palabra
se guíe el alma verdaderamente transparente y no la mente que muchas
veces juzga, que compara y que muchas veces llega a herir a los
corazones más sensibles y los corazones más sensibles son aquellos que
nos prestan oídos para entender todos nuestros discursos, eso son los
corazones sensibles, aquellos que no saben filtrar lo que es bueno y
conveniente para nosotros y es que en cada uno de ustedes radica un
corazón sensible con ciertos seres, ustedes abren aquellos oídos
maravillosos y bondadosos para escuchar cosas que los lastiman, para
entender cosas que no deben de entender y esos mismos oídos también se
prestan para halagarse, para escuchar cosas sensibles y buenas para
ustedes.
Los
corazones sensibles deben de ser de pronto no rígidos pero sí listos en
saber que es lo que verdaderamente merecen escuchar, porque el mundo
siempre va a tratar de definirlos, no todo el mundo se porta bondadoso
cuando los califica y no todo el mundo se porta bondadoso cuando define su vida.
Muchas veces son las mentes un tanto rígidas las que les dicen que han
hecho bien, que han hecho mal, o ustedes mismos permiten que ese corazón
sensible vaya más allá y permiten muchas veces que se muestre
cristalino al derramarse ciertas lágrimas por ciertas condiciones.
Ustedes
sean bondadosos siempre, tengan siempre un corazón sensible pero
siempre un filtro de bondad para saber que hay ciertas perfecciones que
van en contra de su propia perfección y que no deben, como dicen,
cerrarse a escuchar, pero sí cerrarse a entender; deben de entender lo
que merecen y deben de entender aquello que verdaderamente valen.
No
le pidan al mundo que los defina en su valor porque entonces
encontrarán mil calificativos, pidan ustedes mismos en el reflejo de ese
mar de la felicidad, que les defina lo más cercano posible a lo que
verdaderamente es su existencia.
La
perfección radica entonces en ser uno mismo, en no considerar que un
ideal absoluto se unifica para ser igual que todos porque entonces no
existiría la perfección, existiría un perfecto tratando de igualar a
todos, pero no es perfección, ahí entonces, radica el error.
Sean
bondadosos al hablar, que sus palabras sean bondadosas sin juzgar a los
demás, solo porque no coinciden con sus mismas realidades. Ustedes
tienen en la bondad la misma sanación, aquel que se siente de pronto
abatido por las condiciones que ha vivido, porque considera que solo ha
caído en el río salado, que éste mismo ha llevado un cauce tan confuso,
tan difícil, tan triste y muchas veces que ya no quiere continuar,
recuerden que si navegan con bondad, las mismas gotas se evaporarán y
los van a transportar al lugar que verdaderamente quieren estar.
Llama rosada
Y
es que me han pedido entonces, que les de un regalo y les daré un
regalo maravilloso que está con todos ustedes, una llama para poder
transmutar, una llama para poder sanar pero sobre todo una llama de
bondad, un color perfecto que me agrada y es perfecto porque radica en
la perfección de quien lo dice, para ustedes existe un color perfecto
también y existe un ser perfecto que me está escuchando en cada uno de
ustedes con un corazón sensible y con un corazón bondadoso. Ustedes
regalen bondad a los seres siendo ustedes mismos. Aquel que de pronto ha
cristalizado su tristeza en pequeñas gotas que se derraman y ustedes
pueden observar, sean bondadosos y pidan que esas gotas se evaporen y
los lleven al mar de la felicidad.
Yo
erradicaré con cada uno de ustedes, con esos corazones bondadosos,
oídos bondadosos pero oídos inteligentes también, entiendan lo que deben
de entender y lo que no, siempre pidan que se evapore y que se lleve al
mar de la felicidad.
Gran
aspecto de la naturaleza para transmutar todo el tiempo, lo que
nosotros decidimos que se transmute. Trabajaré también con la misma
llama en una sanación interna con cada uno de ustedes.
Nadie
necesita más la sanación que otros seres, pero si tu corazón es
bondadoso, recuerda que solo debes escuchar aquello que verdaderamente
quieres para ti. Mi sanación está contigo.
Maravillada con el encuentro.
Mensaje canalizado por Fernanda Abundes (Puebla, México)
Publicado por Geny Castell redactora de la gran familia de hermandadblanca.org
en Lady Rowena 10 mayo, 2016