Madre Divina. El Rayo de
la Paz. “Ishkaymá Naraití Umá - clave Mántrica transmitida por el Consejo de
Lis para preparar nuestros cuerpos para la energía del Concilio Intraterreno
que va a producirse en las dos primeras semanas de Agosto” / “Ya que la Divina Yerushalaim, desciende a la Tierra, y a medida
que la materia de este mundo objetivo se vuelve maleable y receptiva, esta
Yerushalaim ancla, se mezcla y comienza a tomar forma, disipando los velos de
la ilusión y disipando las carcasas frágiles de un mundo que ya pasó. Dejen que
el velo quede detrás. Abracen el momento presente, porque en éste momento
presente estoy en ustedes.” Selén Om. 14 de julio de 2014. Con audio.
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Traducción:
Hedyn Núñez
Audio
Nota: Ishkaymá Naraití Umá - clave Mántrica
transmitida por el Consejo de Lis para preparar nuestros cuerpos para la
energía del Concilio Intraterreno que va a producirse en las dos primeras
semanas de Agosto, así como para dar lugar a la recepción y la transmisión de
los impulsos e infusiones que ocurrirán en este período. Esta clave activa en
nuestros alineamientos el Rayo de la Paz y la pacificación de los sentidos
físicos y sutiles.
Siguiendo una orientación de la Madre Divina, utilizaremos esta clave en nuestros alineamientos para establecer y afirmar esta conexión, hasta el final del período del Concilio.
Siguiendo una orientación de la Madre Divina, utilizaremos esta clave en nuestros alineamientos para establecer y afirmar esta conexión, hasta el final del período del Concilio.
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Desde
vuestro Corazón mi voz se eleva. Desde el palpitar de vuestro Sagrado Corazón
de Fuego, mi resplandor se expande y se revela a través de su resplandor. Yo
soy su Madre Divina. Yo soy Shanti Ma, la Madre de la Paz.
Amados hijos e hijas de mi Corazón, hoy les imparto una bendición, hoy yo les concedo un don. Un don que siempre estuvo en ustedes, pero hoy quiero revelarlo con más intensidad y para que den a este don, esta capacidad innata de la conciencia, una atención focalizada y plena.
Este don, es el Rayo de la Paz. La energía de la Paz es la fragancia de la Conciencia Una. El Fuego de la Paz es el calor exhalado por vuestro cuerpo Multidimensional, es su cualidad innata e inherente porque la Paz no puede estar distanciada del Ser. La Paz es la vestimenta del ser, así como la ropa sirve para vestir el cuerpo, pero mucho más que esto, como la piel que viste el cuerpo, pero más que esto, como la piel viste al cuerpo, así la Paz es la vestimenta del Ser. Es un órgano integrante y que permea la superficie de expresión del Ser, Uno y eterno.
Este Rayo de la Paz se revela en su experiencia, hijos e hijas, cuando ustedes resuenan la Paz del Ser, cuando comprenden que la mente es vacía en su naturaleza, que los sentidos son vacíos en su naturaleza, que nada allí se mantiene como forma o como separación, ni como diferenciación, que la Esencia es Una y los sentidos y la mente parecen vacuidad. Cuando la fragilidad de su experiencia es comprendida, cuando la fragilidad de sus pensamientos, impresiones y expresiones es aceptada, vista directamente, entonces el Rayo de la Paz exuda de su forma multidimensional y se esparce entonces como una gran campánula, envolviendo tan lejos como pueda ir su radiación sobre este planeta. En estos días, mi Presencia instalada en el Corazón resuena la vibración de la Paz, el Rayo de la Paz.
... Ishkaymá Naraití Umá...
Los invito, pues, hijos e hijas a vibrar en esta Paz, para reconocer la vacuidad de la mente, de los sentidos, de los conceptos, de sus impresiones y expresiones, y así descansar suavemente, dulcemente, en la Paz del Ser.
Yo y usted, que ahora me oye, somos Uno solo en el Ser eterno e inmutable. Ser que no es atributo ni atributivo. Ser que no se puede ser calificado y no puede ser la calidad de cosa alguna. Ser que para la mente y los sentidos, para la propia experiencia, es vacuidad. En este Ser yo y usted no somos, pues sólo el Ser es.
Nosotros somos, hijos míos, el sudor del Ser. Somos la exudación, emanación y la manifestación del Ser increado, incomprensible, incognoscible e inaccesible a los sentidos. Somos la Paz misma del Ser.
Reconozcan, hijos e hijas, no hay imagen que perdure. Reconozcan que no hay construcción que no se disipe en Mi Cuerpo Eterno. Reconozcan que toda manifestación surge y pasa en el Océano Mi Cuerpo. Yo soy el colectivo de todas las emanaciones, yo soy el Rayo primero y del cual todos los otros rayos son emitidos. Yo soy Shanti Ma, el Rayo de la Paz.
Recíbanme en su Presencia, porque en su Corazón ya he fijado morada. Acójanme en su expresión y en su mundo, porque en su esencia Yo soy. Recíbanme en sus palabras, pensamientos y emociones, porque este cuerpo Multidimensional es Mi reino.
Oh! Hijos e hijas, ábranse a la Paz, porque estos días exigen de ustedes servicio desinteresado, entrega sin restricciones. No miren hacia atrás, no miren lo que pasó, y mucho menos pongan su atención en lo que está pasando ahora en su Corazón. Porque el futuro no debe despertar su interés, excepto como una referencia de este lugar en el que se manifestará mi Reino de Comunión y Amor, totalmente. Ya que la Divina Yerushalaim, desciende a la Tierra, y a medida que la materia de este mundo objetivo se vuelve maleable y receptiva, esta Yerushalaim ancla, se mezcla y comienza a tomar forma, disipando los velos de la ilusión y disipando las carcasas frágiles de un mundo que ya pasó. Dejen que el velo quede detrás. Abracen el momento presente, porque en éste momento presente estoy en ustedes.
Vibren el Rayo de la Paz durante estos días y en este Concilio Intraterreno que tendrá lugar en la sala especial de mi Corazón, el Retiro Intraterreno de Lis, cantemos juntos:
... Ishkaymá Naraití Umá...
Yo los amo y les doy la bienvenida. Recíbanme en ustedes. Vibremos juntos una vez más, el Rayo de la Paz
(Participantes entonan juntos 3 veces)
... Ishkaymá Naraití Umá...
... Ishkaymá Naraití Umá...
... Ishkaymá Naraití Umá...
Los amo incondicionalmente. Yo soy en ustedes el Amor. Reconózcanme como su naturaleza. Aní Maritumi.
Los amo incondicionalmente. Yo soy en ustedes el Amor. Reconózcanme como su naturaleza. Aní Maritumi.
Selén Om.
