¡Bellísimo! El Matrimonio Místico con  El Cristo Viene a Fecundaros. Santa Teresa de Lisieux. Bodas  Celestiales. 10-03-2012. Con Audio. ¡Compartir!!!!
¡Lectura o escucha recomendada!
 
  SANTA TERESA DE LISIEUX 
 
 
 
SANTA TERESA DE LISIEUX 
10 marzo2012
 
 
Hermanos y Hermanas en humanidad, doy Gracia por vuestra Presencia  en este espacio. Yo soy THERESE,  una de las Estrellas, se dice, en  resonancia con PROFUNDIDAD.  Yo soy la unión del elemento Tierra y del  elemento Agua, el Agua que fecunda la Tierra, el Agua que entra en las  profundidades de la Tierra a fin de vivificarla. Yo soy también, por  haber expresado en numerosas ocasiones la Vía de la Infancia, la  Pequeñez, esa que considera ser una cantidad despreciable y despreciada,  aquí, no es cualquier paradoja querer desaparecer sino porque, muy  joven, en mi última encarnación, después de un experiencia particular  vivida en mi infancia, yo comprendía que había dos mundos. Este mundo  donde había seres como yo, seres para amar más o menos, seres con los  que había lazos de carne, de sangre y después había la religión, algo  que era misterioso pero que no era visible. Para un niño es muy  desagradable no poder ver algo de lo que se habla todo el tiempo, en la  familia. Desde el instante en que he vivido mi primer reencuentro con  ese otro mundo, me pareció evidente que esos dos mundos estaban  separados, fuera lo que dijeran los que oficiaban en las iglesias, fuera  lo que dijeran mis padres, mis hermanos, mis hermanas esencialmente, ya  que mi hermano murió muy joven. No pude imaginar jamás otra cosa y  pensar otra cosa que, para tener acceso a ese otro mundo, había como un  principio de vasos comunicantes y yo no podía ser lo que sea, aquí, si  quería en mi cabeza de niña, obtener algunos favores de ese Cielo, para,  si era posible, Vivir muy rápido el Cielo. Como he dicho más tarde,  antes de partir de ese lado desde donde me expreso, yo decía que pasaría  mi Cielo haciendo el bien en la Tierra, a través de cierto número de  signos. Muchos seres humanos han podido concretar esos signos.
 
 
Desde el inicio de ese día, mis Hermanas os hablan de este  Matrimonio Místico, de esta Alianza Sagrada, de ese Sacramento Último a  la Unidad, a la Verdad, al CRISTO, al Absoluto. Mis Hermanas os han  hablado, a la vez de las condiciones y de las manifestaciones de esta  Onda de Vida, en vosotros. Mi Hermana GEMMA os ha dado incluso, hace un  tiempo, observaciones que mantener de alguna forma, para vivir el  Absoluto, ese Matrimonio, desposar el CRISTO, desposar el Absoluto. La  Onda de Vida, como ha enunciado GEMMA, justo antes de mí, es un  movimiento ascendente que viene a completar un movimiento descendente.  El descenso del Espíritu Santo, el descenso de la Luz ha fecundado la  Tierra, ha fecundado vuestra carne, yo diría, en sus recovecos más  íntimos, ahí donde se encontraban, no solamente las últimas ataduras a  la personalidad sino todas las cosas que  a nivel de la humanidad, están  inscritas en una noción de pecado (cualquiera que sea la religión,  cualquiera que sea vuestra cultura), ahí se encuentran inscritas las  dudas, ahí donde se encuentra inscrito, no las ataduras sino la  aprensión Última, la de la muerte, cierto: la gran pregunta y el gran  enigma. Ir a sus profundidades, es más bien que aceptar ver, como decía  el comendador (ndr: O.M.AIVANHOV), sus propias Sombras, no meterlas  debajo de la alfombra, verlas. Ir a las profundidades está más allá de  eso, es entender que en el Absoluto, todo lo que a nivel de lo limitado  de la persona y de la experiencia de la carne, aquí en este mundo, puede  aparecer como herida, como carencia, como tragedia o como felicidad,  todo esto participa de la misma ilusión, de la misma cosa que vosotros  denomináis y que yo llamo con vosotros, ahora, efímero. Todo eso no  tiene ningún contenido en el tiempo ni en la Eternidad.
 
 
La única experiencia que calificaríais de mística ha tenido la  oportunidad de producirse en mí, en la edad de la infancia y por tanto  dejar esa marca indeleble, esa necesidad de hacerse lo más pequeño de  los humanos aquí, repito, para atraerme los favores de CRISTO.   Obviamente, esto me ha consumido: yo me consumí de Amor, durante mi vida  endeble, hasta morir, como sabéis quizá, escaparme de este mundo,  extremadamente joven.
 
 
Hoy en este mundo, en el tiempo en que estáis, no tenéis que  consumiros de Amor sino Ser el Amor. Es esta última etapa de la que os  han hablado los Arcángeles, los Ancianos, algunas de mis Hermanas. Esta  última etapa si se puede llamar así, no es un final, es realmente un  Coronamiento que viene a poner fin a todas las ilusiones, incluso esas  que se había esfumado, en tanto que tabú, en todas las profundidades,  inscritas en la carne humana, es decir en el ADN, en lo que vosotros  llamáis vuestros cerebros más antiguos. Es pues, algo de lo que no se  puede escapar, a nuestro pesar: esa noción de pecado, esa noción de  culpabilidad, esa noción de debilidad de la carne, de estigma. Aunque en  definitiva, todo esto no es más que una ilusión, participa tanto en la  ilusión como la manifestación de la Alegría. Llega un momento en que  cuando aceptáis entrar en vuestras profundidades (no para ver las  sombras, tan ilusorias como lo que podéis ver más allá): es el momento  en que capituláis, es el momento en que rendís las armas, es el momento  en que os volvéis como un niño y que decís, de alguna forma: “hágase Tu  Voluntad y no la mía”. Es el momento en que capituláis ante, a la vez,  la enormidad y lo absurdo incluso de todo lo que es este mundo. Os lo  repito, que esta vida sea la más feliz, la más simple o la más dolorosa,  esto no cambia estrictamente nada la problemática de la Profundidad.
 
 
Hoy el Matrimonio Místico viene a fecundaros. Lo que se casa en  definitiva, no es nada más que vosotros mismos: vosotros mismos en lo  efímero, dejando el lugar a vosotros mismos en la Eternidad. Ese momento  remarcable que se os ofrece, porque es uno de los Dones del Manto de la  Gracia, representa el Don del Amor de CRISTO,  el Don de Amor del  Absoluto. Ese Don de Amor, corresponde a vosotros agarrarlo totalmente,  como una cuerda que se os da, en vuestro interior, en lo más profundo de  todas las angustias como de todas las alegrías. Ir hasta lo más  profundo, no para discernir lo que es Sombra, lo que es resistencia,  sino para dejar la duda, la aprensión, el miedo, el miedo de esta carne  perecedera y vencerla. No para cualquier voluntad sino, como se ha dicho  y repetido, por la acción a la vez, de la Luz, de su Inteligencia y  sobre todo, de ahora en adelante, la acción del Manto Azul de la Gracia.  Porque en ese momento, viviréis realmente ese Absoluto. Constataréis  que hay en vosotros, un estado diferente de todo lo que ha podido ser  experimentado. Constataréis que todo lo que tenía peso, cuerpo,  densidad, no existe ya para vosotros: entráis en las esferas de la  ligereza y esta ligereza no es simplemente Alegría, ni simplemente un  estado de beatitud. Es mucho más que eso y se os ofrece. No hay ninguna  barrera, no hay ningún obstáculo, no hay nada entre vosotros y Eso:  justo la duda. Eso está mucho más allá de las últimas ataduras, ya que  es la Última atadura, no únicamente el miedo de lo desconocido o de la  muerte sino el miedo de la Transcendencia de esta carne perecedera.
 
 
La Ascensión se desarrolla para vosotros que estáis presentes sobre  este mundo, en este mundo, en vuestra carne. Y es esta carne, llamada  ilusoria la que se debe Transfigurar, debe Ascender con o sin esa carne,  la más densa. Sin embargo, el Matrimonio Místico os hace descubrir un  pasaje obligado que es el de vuestras propias profundidades, que no es  nada más que la última muerte. Lo que yo he llamado Puerta Estrecha, la  Vía de la Infancia, no es nada más que ese Abandono total de todo lo que  se ha encontrado, de todo lo que se ha vivido, de todo lo que se ha  experimentado. No tenéis nada que retener. Agarraros a la cuerda y  agarraros al Absoluto, es indiscutiblemente soltar todo lo demás. Y  quién mejor que el niño puede realizar esto: volverse como un niño,  abandonar toda veleidad porque no hay nada que conquistar. Abandonar  toda experiencia porque no hay nada que experimentar. Abandonar todo  estado porque todos esos estados solo son transiciones hacia ese Último.
 
 
Así la Onda de Vida habiendo roto las últimas dudas, las últimas  ataduras más allá de las ataduras, va a permitir emerger en vosotros, a  partir de las zonas más profundas, a partir del pie, a partir de esa  zona calificada de vergonzosa. Todo lo que ha caracterizado al primer  chakra (a la carne), al segundo chakra (a todo lo que ha caracterizado  al poder), os estalla en la cara. Por supuesto, cuando se es una niña  como yo, se es incapaz de poner las palabras como Júbilo, como Éxtasis y  sin embargo. Y sin embargo, vosotros que tenéis la experiencia, por  vuestra vida (de esta vida que habéis llevado o que lleváis), es  exactamente eso. Pero eso indecible es mucho más que lo que se vive en  la limitación. Alcanzar las profundidades, no es descender. Alcanzar las  profundidades es apoyarse en todo para ser Todo, es no ser más nada,  quebrando el impulso de la savia de Vida, quebrando el impulso de la  Onda de Vida, esta Onda estática que asciende y os recorre, permutando  de alguna forma, ese Canal del Éter, esa Vía Sagrada situada a lo largo  de la columna vertebral y que no está ya ni detrás ni delante. No hay  más antes. No hay más después. No hay más detrás. No hay más lo que sea  que esta Onda.
 
 
La Profundidad es ciertamente el último obstáculo, porque la Luz  está siempre concebida (y sobre todo cuando uno es niño), como un ideal,  como una perfección, como algo inaccesible en este mundo y que quizá,  será accesible según las acciones realizadas. Es así como lo comprendía  de niña: todas esas nociones de duda, de prohibido, de pecado, todas  esas nociones limitantes, frustrantes no existirán más una vez liberada  de la carne, en los brazos de CRISTO.  Entonces a pesar de que esto sea  las representaciones para mí, esto me ha permitido realizar mi Pequeña  Vía, esto me ha permitido vivir con toda serenidad el hecho de dejar  este mundo. Aunque, todavía atada, en sentido profundo, a lo que quedaba  de mi familia, a mis hermanas, a CRISTO, yo he franqueado ese paso, el  de superar este miedo, porque desde el instante en que superáis el  miedo, desde el instante en que superáis ese choque donde os dicen,  donde sentís que vais a desaparecer, os dais cuenta en ese momento, que  cuanto más desaparecéis, menos desaparecéis, que cuanto más se apaga  todo, más se enciende todo y es solamente en ese momento cuando la Onda  de Vida puede efectivamente atraparos y maravillaros. La muerte, en ese  momento, no es en absoluto ni para temer ni para proyectar.
 
 
La desaparición de lo efímero, conservando por el momento, esta  forma que tenéis, debe ser, al contrario mucho más fácil pero es el  mismo sentimiento, el de la duda, el de esa última atadura a la carne, a  lo que es perecedero, esto es lo que la Onda de Vida viene a realizar.  Entonces, esto no os pide una armadura de guerrero, no os pide batiros y  tampoco debatiros, simplemente os pide pasar a través, sea la que sea  la forma. Esto os pide simplemente asentir a la Luz, asentir al  Absoluto, asentir a CRISTO,  sea lo que se manifieste en vuestra  conciencia, sea lo que se manifieste en este cuerpo, sea lo que se  manifieste en la personalidad o incluso en aquél que contempla la Luz.  ¿Qué arriesgar? ¿Qué temer? El Absoluto es todo. Es Amor. Es Luz. Este  mundo no lo es. Todos, en encarnación, ya sea el peor de los asesinos,  ya sea la Vía de la Infancia, ya sea vuestro camino que es personal,  todos, sin ninguna excepción, digo bien sin ninguna excepción, tienen la  misma capacidad de atravesar, no podéis juzgar un camino porque ese  camino es personal es diferente y todos los caminos, en definitiva, solo  pueden llevar al Absoluto y a la Eternidad.
 
 
Comprender esto, es aceptar incluso las propias dudas, no para  darles más peso, más realidad, no para atarse sino más bien, para verlas  por lo que son: cosas que pasan. Como os han dicho mis Hermanas, un  pensamiento puede pasar. Entonces cuando oráis, cuando meditáis, podéis  tener pensamientos sanos, más pensamientos o muchos pensamientos, pero  importa poco. Porque si tomáis también, el tiempo de plantearos, incluso  la contemplación de la Luz (en lo que nuestros Hermanos y Hermanas  llaman el Sí, como los Arcángeles) entonces, en el Sí Luz, como en el  Yo-Sombra, hay una Transcendencia. Hay una Transcendencia desde el  instante en que todo sentido de todo Yo, de todo placer o de todo  displacer os hace no reflexionar sino entender, de alguna forma, su  absurdez incluso porque lo sabemos todos, en este mundo ningún placer es  eterno, ningún displacer es eterno, ninguna vida es eterna: todo pasa  por ciclos, todo pasa por experiencias. Entonces ¿qué experiencia puede  alterar realmente, este otro mundo que es perfecto, que es el Amor, la  Gracia que está lleno de Ángeles, de Seres de Luz?
 
 
Desde ese instante, el Manto Azul dela Gracia va a actuar en  vosotros. Porque os va a dar, no la confianza ni la esperanza sino os va  a hacer vivir realmente, a ver (interiormente y en profundidad) lo  absurdo, lo absurdo total de todo eso que no es Amor. El Amor no es la  duda. El Amor no es ni el sufrimiento ni el placer. El Amor no es la  Alegría. Es mucho más que todo eso. El Amor es la naturaleza misma de lo  que somos todos nosotros, sin ninguna excepción, cuando todos los Yo de  apariencia, cuando todos los Yo que contenemos (o rechazamos) se  borran, porque aparecen como lo que son, absurdeces. Pero esto no los  relega como para rechazarlos, como para descartarlos en nuestro camino  de Luz, sino más bien para comprender que finalmente y en definitiva, no  hay ni camino, ni Sombra, ni alegría, ni pena porque todo esto procede  de lo efímero. Esta sed de Eternidad, esta sed de Unidad, repito, está  también inscrita en toda conciencia, sin ninguna excepción, a partir de  la partícula más elemental hasta todo el Universo, los Multiversos, las  Dimensiones. Este principio es el mismo, inmutable, no cambiado desde  toda la Eternidad, en todo lo Creado y en lo Increado. Esto es lo que  somos. Por supuesto, ir a las profundidades, no es ir hacia la negrura,  es no ir hacia los infiernos otros, que aquél en el que todos hemos sido  encerrados, es ir al reencuentro del Absoluto: Transcender el Sí,  Transcender el Yo-Sombra o el Sí Luz, ir hacia ese indecible, vivir ese  indecible, porque desde que hay reencuentro, ya no puede haber  pérdida,  ya no puede haber separación. Todo lo que es verificado y realizado en  ese momento, os sitúa definitivamente con el CRISTO,  es decir “en este  mundo pero no de este mundo”. Las ilusiones desaparecen, solo queda la  certeza de este Absoluto, la certeza de  este Inefable Éxtasis. Tal es  el Matrimonio Místico. Tener la conciencia, incluso si esto no se ha  vivido aun por la Onda de Vida, procura la certeza de que cuando llegue  el momento, momento Último de este mundo, lo viviréis. Entonces  efectivamente, no hay nada que temer. Solo lo que vuestra conciencia  pueda proyectar (sea en la persona como en aquél que contempla la Luz),  tiene el mismo juego y el mismo rol: distanciaros, de alguna forma, de  vuestra naturaleza y de vuestra Esencia. Pero cuando descubrís la  Verdad, esa que el Arcángel ANAEL llamaba Verdad Absoluta, no podéis ser  más que el Absoluto. No podéis ser nada de lo que pasa, nada de lo que  nace, nada de lo que fallece, no podéis ser nada de lo que creéis, de lo  que definís. Vosotros no sois ninguna de vuestras proyecciones.  Vosotros no sois ningún tiempo, ni el pasado ni el futuro. Vosotros no  sois ningún espacio y sobre todo, ninguna forma.
 
 
Vivir el Absoluto os hace vivir la ausencia de límites, incluso si  la conciencia está aun inscrita en una forma, sea la que sea. Vivís la  conciencia de que esto es un tiempo y que ese tiempo no es la Eternidad,  aun menos el Absoluto. Entonces, en ese momento, como os han dicho ya  mis Hermanas, encontráis la Paz, porque sois la Paz. Encontráis la  Felicidad porque sois la Felicidad. Sois a la vez lo que está en alto,  lo que está abajo: no hay diferencia. El Matrimonio Místico está  consumado. Ha consumado por el Agua de Vida, el Fuego de vuestro  Corazón. En ese momento no sois ni el Fuego, ni el Agua, ni el Aire, ni  la Tierra. Os habéis transformado en el Éter, lo que subyace los mundos,  las Dimensiones, las manifestaciones, lo que está presente por doquier,  absolutamente por todas partes.
 
 
Los tiempos de la Gracia, el Manto Azul de la Gracia que se derrama  en vosotros, que es vosotros, es de alguna forma este impulso Último,  esta Llamada apremiante de la Luz a vivir al fin, vuestra Naturaleza y  vuestra Esencia, a no interesaros más, simplemente en lo que es  superficial, en las actividades de vuestro cuerpo o de vuestros  pensamientos, aunque por supuesto, esto no os dispensa en algunos casos,  de realizar vuestras actividades ordinarias. Sea lo que haga la Luz, de  todas formas, siendo Absoluto, nada puede alterar el Absoluto. Lo que  podáis hacer o lo que no podáis hacer, la Luz provee todo. Si supierais  cuanto me ha sorprendido esta frase, en mi infancia y cuantas veces me  la he repetido (en los evangelios, cuando el CRISTO decía): “¿se  preocupa el pájaro por lo que va a comer mañana?”. Y siendo niña  incluso, me decía: “pero el pájaro no es humano, el pájaro no ha  construido todo lo que hemos construido los humanos. Y por tanto el  pájaro en su despreocupación ¿estaría mucho más próximo a la Verdad?”.  Hace muchísimo tiempo, desde mi acceso a lo que soy, comprendía que esta  frase era la estricta Verdad. Por supuesto, algunos pueden vivir esta  frase por voluntad del ego pero no es de esto de lo que yo hablo. De lo  que hablo es la Vía de la Infancia, es decir, que en este momento, en la  infancia, está la despreocupación, la espontaneidad. Hay lo que todavía  no ha sido atrapado por las obscuridades (así llamadas) de este mundo,  por la carne, por los afectos, por las heridas. La Onda de Vida hace de  vosotros, o hará de vosotros, seres de Verdad y de Absoluto, regenerados  por su propia naturaleza. Recordad mis palabras. Cualquiera que sea la  Onda de Vida que os recorra, o no, lo viviréis. Solo la duda puede  frenarlo pero no puede extinguirla porque nada puede extinguir el  Absoluto. Nada puede sustituirlo. Entonces, mi forma de llevar la Onda  de Vida, a vosotros, no emplea palabras como puede emplearlas mi Hermana  GEMMA pero no importa. Si penetráis más allá de las palabras, más allá  de una comprensión, vivís la Esencia de lo que yo os digo, o lo  viviréis. No hay tiempo. Lo que se realiza en este momento mismo, sobre  la Tierra, es la Ascensión de la Tierra. Pero por eso no conocéis la  verdad o la realidad, en el arreglo de este tiempo ilusorio donde  estáis. Siempre os hemos dicho y sobretodo los Ancianos, que habíais  obrado para aligerar el fardo de duda, del sufrimiento, de la prueba,  porque muchas cosas se han realizado y os damos gracia por lo que se ha  realizado. Pero hoy, la Ascensión de la Tierra es real y efectiva.  Entonces el ego, la persona, se planteará siempre la cuestión de saber  si va a haber 3 días, si va a haber la Llamada de María. Pero ¿qué más  bella Llamada puede existir que aquella del Don de la Gracia a vosotros  mismos, mucho más allá de María, más allá de CRISTO,  más allá de  nuestra presentación? Si el Manto Azul de la Gracia (que marca el  Despertar de la Tierra, su Eternidad) puede evitar todo lo demás,  entonces, que así sea. Porqué querer imaginar, proyectar, pensar que  todo esto va a ser difícil, que la Puerta Estrecha es una Puerta difícil  de franquear. Es difícil de franquear para el ego, para la persona, con  todo lo que obstaculiza, todas las ilusiones, todas las Creencias,  todas las certezas también. Pero la Onda de Vida aligera vuestro fardo.  Viene a liberaros de todo esto. Vosotros no sois la duda. No sois ningún  límite posible. Sed Simples. Sed esta Infancia. Y el Reino de los  Cielos será vuestro porque no hay otro Reino, no hay otra Verdad. La  Onda de Vida que yo os transmito, a través de estas pocas palabras, es  también testimonio. Pero yo doy testimonio ¿de qué y de quién?  Simplemente de vosotros, de cada uno de nosotros, de lo que somos en  Absoluto. He aquí lo que la Estrella PROFUNDIDAD tenía que daros: otra  faceta de vosotros mismos, de ese prisma perfecto, de ese Absoluto  total.
 
 
 En general, yo prefiero realizar mis milagros (como los he  llamado, más aun, yo diría) a título individual. Cuando un alma, un  cuerpo, cuando un espíritu o cuando una persona, sin ninguna creencia me  pide, entonces respondo siempre con la rosa. Esto lo sabéis todos,   aquellos que os habéis interesado en mi corta vida. No hay condición de  creencia, no hay condición ninguna. Yo intervengo desde el instante en  que la Comunión puede establecerse. No hay ninguna condición limitante  en la demanda. Solamente hay lo que es, de alguna forma, el tiempo de su  demanda, para volverse como un Niño que se dirige a otro Niño, más allá  de cualquier prejuicio, más allá mismo de la demanda en sí, de su  satisfacción. Hoy, las Bodas Místicas, esas Bodas de Luz que vivís, os  llevan a vivir estados no ordinarios en su fase de instalación. Guardáis  el recuerdo de vuestras deslocalizaciones, de vuestros sueños (que no  son sueños) sino lo que pueden a veces, ser proyecciones sobre un ideal,  sobre lo que podría ser la Onda de Vida, eso en lo que ella va a  cambiar de manera definitiva, alguna cosa. Todos los acercamientos son a  la vez enfados y dudas. Id cada vez más hacia la Simplicidad. No tenéis  nada que reivindicar, porque Sois, desde toda la Eternidad. No tenéis  nada que pedir, de hecho, porque sois el Todo. Desde que os acercáis a  este estado de Gracia, también estáis en Comunión. Mientras sea con una  personificación de Thérèse, sea con una Estrella, sea con un Ser de Luz,  ilustre desconocido en este mundo, el principio es el mismo. Solo hay  la parcela limitada que busca identificar, nombrar, dar un nombre a una  forma que de hecho, no tiene forma. Esto es la lógica humana: no hay que  rechazarla, solamente hay que estar lúcido y verdaderamente entender  que no sois nada de todo esto.
 
 
Pregunta: ¿de dónde viene la impresión, en un sueño, de vivir realmente otra vida?
 
Hermana mía, pienso que muchos Ancianos, en particular orientales  explicarían mucho mejor que yo, esto. Hasta el presente, y de lo que yo  he comprendido también (y de mi vivencia en el Absoluto), aquí en este  mundo, tenéis la conciencia ordinaria, la que realiza vuestras  ocupaciones más simples, como las más complejas. Tenéis una conciencia  llamada de sueño que es, de hecho, una ausencia de conciencia. No estáis  mas en este mundo. No sois tal persona.¿Dónde estáis? Y después en ese  sueño, en esta conciencia, hay momentos de sueño. Cuando salís del  sueño, por la mañana, hasta el presente sabéis que habéis soñado. La  particularidad de esos tiempos, es que cualquiera que sea el sueño, no  sabéis  ya cuando soñáis. ¿Soñáis cuando estáis despiertos o soñáis  cuando soñáis? Yo os responderé en los dos casos: “no sois ni lo uno ni  lo otro”. Entonces puede ser desorientador para el ego, para la persona e  incluso para el Sí, porque hay un balanceo, de alguna forma. ¿Qué es lo  real? ¿Qué es lo irreal? Hasta el presente, el sueño aparecía como  irreal y, para algunos de vosotros, la forma de haceros soltar vuestras  últimas dudas, es hacer vuestros sueños más vívidos que vuestra vida,  para daros cuenta de que el uno como el otro, de hecho, solo son una  ilusión, una proyección. Así actúa la Onda de la Gracia. Ella os  prepara. Ciertamente, también están los mecanismos de  deslocalización. Entonces cuando volvéis, el cerebro os va a devolver  imágenes. Por ejemplo, estabais en una nave: os va a hacer ver un barco,  un avión, un coche. Encontráis seres que conocéis en este mundo y los  reconocéis, pero no son los mismos. Cierto que no son los mismos. Y eso  no son sueños tampoco, hasta el momento en que guardéis la continuidad  de la conciencia. No habrá más alternancia de despertar, en el sentido  de la conciencia de vigilia y de sueño. No habrá más diferencia entre el  sueño y la realidad ordinaria, porque los dos son la misma  ilusión.  Seréis lúcidos. Es eso lo que se prepara. Algunos Hermanos y  Hermanas llamados, creo, primitivos, dicen que este mundo llega a su  fin, que el tiempo del sueño toma fin y que en efecto, el sueño era  creer en esta vida. Tanto es así, que no sea una pesadilla. Pero incluso  el más bello de los sueños no es la Verdad.
 
 
Pregunta: hay un trabajo que hacer para acompañar la Ascensión de la Tierra?
 
Sobre todo no acompañar nada. Sobre todo no hacer nada. Sobre todo  no querer nada. Porque nada de lo que puede ser emprendido (por la  personalidad, o por el Sí) puede conducir al Absoluto. Contentaos con  Ser, con vivir lo que la Vida os trae, en lo efímero, estando consciente  de que no sois eso. Estando lúcido sobre todo de lo que hemos dicho,  desde hace semanas. Todo lo demás se establecerá por sí mismo.
 
 
No tenemos más cuestiones. Os damos las gracias.
 
Queridos Hermanos y Hermanas en humanidad, no tengo nada más que  añadir sobre la Onda de Vida. No tengo nada más que añadir sobre la  Profundidad. Os doy las gracias por haberme permitido expresarme entre  vosotros, haber vivido con vosotros lo que algunos de vosotros, aquí, ya  vivís en Verdad. Y os digo: no, no soñáis. No, no proyectáis nada. No,  no imagináis nada. Es la Verdad estricta de lo que Sois: ese Absoluto,  ese incalificable Amor. Sois la Onda de Vida y yo os aprieto a todos  sobre mi Corazón que es vuestro Corazón. Hasta pronto.
 
 
************
OD ER IM IS AL: Las 5 claves Metatrónicas
Ki-Ris-Ti, Is-Is, IM, AL: La Tri-Unidad (Cristo-María-Miguel)
Visión, Mas allá del Bien y del Mal, Claridad, Precisión, Profundidad, Unidad.
Las 7 claves restantes: Humildad, Simplicidad, Atención, Intención, Aquí y Ahora, Etica e Integridad. Abandono a la Luz.
Cuatro pilares del corazón: Humildad, simplicidad, transparencia, pobreza de espíritu, (volverse como un niño).