Esta noche siento una cálida invitación del Papito interior, me dejo escuchar y escribir...
La dualidad no es el fruto de una caída, 
un error o una injerencia. Esto tiene que sentirse, esto tiene que 
vivirse y reconocerse en lo más sincero de nuestro profundo Corazón.
Se nos ofrece primero unos espacios de 
Silencio para recordar... acogemos el Silencio y la Paz de nuestra 
íntima naturaleza durante unos minutos...
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
La dualidad proviene de la misma 
proyección de la conciencia. Ella se creyó separada, ella imagina 
entonces, ella percibe y experimenta. Es una ilusión pero no es un error
 ni un accidente... la dualidad es el sueño divino
 que nos permite la experiencia del olvido.
La dualidad es por lo tanto inherente a 
la misma conciencia; cuando ésta se cansa de proyectar ella reconoce de 
nuevo al Ser, allí donde el sujeto y el objeto desvanecen.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
Cuando la conciencia queda atrapada en la
 matriz ilusoria se adhiere a los papeles y a los roles adoptados, 
pasando por la amplia gama de opuestos entre la luz y la sombra, el bien
 y el mal.
Hasta que ella se percata de que no es 
estos papeles y deja de identificarse para volver a la Fuente de Vida. 
Desde el espíritu todo esto es nada, él no es jamás culpable de la 
actuación ni es concernido por ella, esto forma
 parte del espéctaculo que se proyecta. Nosotros somos pues en realidad 
libres del karma desde el momento en que nos percatamos de la dualidad 
para reconocernos como el Ser inmutable y eterno que es nuestra 
auténtica naturaleza.
La conciencia humana creía y cree todavía
 que tiene que "salir" de la ilusión mientras que no estamos en Verdad 
ni dentro ni fuera de la misma. No hay dualidad, no hay prisión en el 
Ser. No estamos simplemente concernidos
 por esta ilusión en el Ser. Basta con observarlo en total 
transparencia, basta con darse cuenta y ponerlo en claro.
La conciencia descubre también con 
asombro que durante las escenas de la película proyectada nada sucedió 
por error, que todo se tiene en cuenta desde nuestro proyector supremo: 
la Fuente en la que todos nosotros somos Uno.
Los así llamados "niños malos" o rebeldes
 ante la Luz cumplen dentro de la matriz con su función, ellos tienen su
 cometido. En todos los casos vuelven a ser libres cuando se rinden de 
nuevo a la Fuente de Vida en total humildad
 y sencillez.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
La mente egoica siempre nos persuadió de 
que somos unos culpables, nos habla de pecados y frutos prohibidos... de
 que hicimos algo "mal". Se nos omite que desde los planos más elevados 
todo estuvo previsto: cualquier experiencia,
 cualquier suceso, cualquier rol, cualquier identidad de la película es 
siempre contemplada desde la Fuente de Vida que nosotros somos.
En la dualidad resulta pues inevitable 
pasar por estos extremos, vivimos todos los opuestos de la matriz hasta 
regresar al Centro de nuestro Ser. Dicho de otro modo: nosotros no 
podemos centrarnos, nadie llega al balanceo
 final sin haber sido antes plena luz y oscuridad. Esto es ineludible en
 el sendero de la experiencia dual.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
La Magia de la Vida que nos propone hoy 
el Bien Amado es la maravillosa Alquimia, el Milagro de la sencillez que
 disuelve la aparente limitación percibida en el infinito Amor que ya 
somos. Contemplamos la ilusión hasta que
 desaparecemos de la misma volviendo a lo Real donde no hay más mundo, 
no hay sucesos.
Nos corresponde pues permanecer en esta 
vacuidad pacificadora, en este silencio tan inefable... observando los 
pensamientos sin reaccionar más ante ellos. Quedamos así neutros, 
tranquilos, atentos en no alimentar las numerosas
 construcciones sugeridas por la mente egoica. Ella intentará obviamente
 por todos los medios de que nos involucremos en la ilusión y su épica.
La Fuente nos invita pues a día de hoy a 
volver al Silencio que emerge de nuestro más íntimo Corazón, a la Paz de
 nuestro Ser. No podremos jamás comprender por entero la dualidad ni la 
historia universal. Si nos interesamos
 por la ilusión atraemos la ilusión.
Sólo en el Silencio del Corazón, sólo en 
nuestro íntimo vacío del Silencio, sólo en la Paz interior que nosotros 
somos abrazamos aquello inexplicable, lo inabarcable.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
Si todos los actores provienen del mismo 
Uno, el "malo, malísimo" de la película y el "bueno, buenísimo" de la 
película somos nosotros mismos, literalmente. Son personajes que no 
existen en realidad. Mientras sigamos viendo
 en los demás a una persona o incluso a un alma que hizo tal o cual 
cosa... no podemos ser libres. Nos atamos, nos condenamos los unos a los
 otros, muchas veces hasta inconscientemente, sujetos al karma 
colectivo.
Nuestro Ser jamás se cayó, él jamás quedó
 alterado, él jamás perdió ni ganó nada, ni siquiera se movió, tampoco 
hizo nada. Nuestro Ser no es concernido por estos malabarismos que tanto
 nos hizo creer nuestra propia sombra.
 Nada sucedió en verdad.
Aunque no negamos de ninguna manera la 
película, de este mundo u otros. No rechazamos tampoco la vivencia ni 
las miserias percibidas. No negamos nuestros papeles, los roles ni las 
misiones desempeñadas.
Desvelar pues que no hay prisión no 
invalida nuestras responsabilidades en este mundo u otros, no impide de 
ninguna manera llevar a cabo todo aquello requerido por la Fuente que 
somos. No condenamos entonces tampoco al mundo.
 Bien al contrario, lo bendecimos sintiendo nuestra Divinidad para cada 
instante.
De este modo, sólo podemos agradecer, 
sólo podemos rendir Gracia a nuestra Divina Madre, a nuestro Padre 
Celestial, a nuestros Hermanos estelares y a la entera Humanidad. 
Nuestro Servicio a la Humanidad es un compromiso total
 durante las 24 horas del día en Presencia, en Donación con uno mismo a 
través de las vías que considere más oportunas la Gracia. Mantenemos 
nuestra mente fundida en el Ser que mora dentro de nosotros, en la 
conciencia atemporal y la Verdad absoluta.
Devenimos así unos liberadores naturales,
 no por una autoimposición de la personalidad sino por nuestra rendición
 amorosa e incondicional a lo Supremo, a nuestro Yo real.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
Nosotros somos por lo tanto libres del 
karma y del pecado en tanto que espíritus libres. Siempre lo fuimos. No 
hubo tampoco un pecado original en el sentido en que nos fue narrado. 
Sólo hubo una ilusión de separación y unos
 niños que se sintieron abandonados.
Os invitamos hoy pues a soltar con 
franqueza, a liberar este sentimiento ancestral desde el más profundo 
Corazón. Comprobando que no somos nunca esta sombra, no somos aquellos 
personajes que se perdieron, no somos tampoco
 concernidos por estos sucesos en el Ser. Cualquier punto de vista donde
 nos sujetemos será una farsa. Tan solo nos hace falta abandonarlo todo a
 nivel mental.
Soltemos pues ligeros queridos hermanos y
 hermanas, soltemos en la Paz y en la Alegría del Corazón resucitando a 
nuestro amoroso Ser original en la Magia de cada respiración.
(Recogimiento en el Silencio... Efusión vibral...)
Del Corazón Uno al Corazón Uno os rindo Gracia, os bendigo, os lavo los pies en el Agua vivificadora.