Mensaje
de María de Nazareth
He
traído llamas de amor y de fuego a la Tierra
Por
Adehenna- María Ruso
3-2-2015
Amada
hija,  amados niños de mi corazón,  soy María de Nazareth vuestra Madre, reina de
los Cielos y de la Tierra.
 Llamas de Amor 
y de fuego, rodean la Tierra, se combaten aun en vuestros suelos,  arrasando con 
toda oscuridad definitivamente, cuanto se halla a su paso. Son  los finales, los que más cuestan, para que mi
corazón  inmaculado por fin  pueda acunaros a todos en  mi regazo.
Una
visión has tenido,  amada niña, canal
amoroso, de mi rebaño.
Vuestra
Madre,  os protege,  no temáis.
La
Madre Tierra ya no permitirá más, ser uso de maltratos, ante cualquier
intento,  se defenderá.
Madre
Tierra ya ha ascendido a otra dimensión, y solo espera que vosotros hagáis lo
mismo.
Mis
llamas de amor y fuego ya han  sido
derramadas por todos los confines de la Tierra, 
como se ha anunciado,  y no he
venido sola,  Dios Padre me
acompaña,  mi Hijo  Jesús, 
el ala poderosa de mi amado Arcángel Miguel,  todos los arcángeles,  los gloriosos ángeles y los Maestros
ascendidos,  estamos dispuestos que el
Reino de Luz, La Ciudad de Luz,  ya ha
sido instaurada en  la Tierra.
El
amor esta venciendo,  el amor triunfara
mas que les pueda pesar,  aquellos que se
resisten, y aun  ponen  piedras en el camino. Pues no se han  dado cuenta que mis llamas de amor lo
cubren  todo, y amorosamente están  tocando el corazón  de las almas, 
los están  bañando permanentemente,  y mi aroma a rosas frescas, se expande como una
fragancia que penetra en  lo mas profundo
del corazón,  y no podrá salir jamás. 
Mis
gloriosos ángeles, dejan  mi perfume,
como semilla que germinara, y contaminara de amor y mis lenguas fuego
transformaran las angustias,  los temores,
la venganza,  la violencia, el desamor,
en  paz y calma.
La
consciencia de mis niños, se elevara, a niveles más sutiles, angelicales
diría,  porque yo vuestra Madre,  amo hablaros al oído, con  palabras de esperanza,  amo aliviaros vuestras penas.
No
amarguéis mas por las dificultades, en 
el nombre de Dios Padre,  y el
mío,  encontrareis refugio eterno y
confianza. 
Estamos
velando por  vosotros.
Con
gran amor recuerdos en  mis  tiempos en Nazareth, un día hace frio, mucho
frio, y mi niño Jesús me decía 
“
Immi, te traigo leña para encender el fuego”
Y
encendiendo el fuego, veía su rostro entre las llamas”
“Se
iluminaba su alma, y su mirada llena de dulzura y amor formaba olas inmensas,
la calidez llenaba  nuestra casa y José y
yo,  emocionados por lo que nos
hacia  sentir nuestro niño”.
 Nuestra familia es y fue felicísima,  Jesús, nos enseño a amar,  fue una vida vivida con  alegría, 
disfrutando cada instante a pleno.
Mi
Jesús,  siendo Dios y siendo Hombre, nos conmovía
hasta las lágrimas, lagrimas de felicidad.
Y
aunque en  mi interior  conocía el dolor de su calvario y muerte. 
Jesús
nos contenía y fundamentalmente me aliviaba, 
en  mis pensamientos y la
incertidumbre de como se sucederían  los
hechos. 
Por  eso Yo Maria de Nazareth,  quiero tomar en  Mí, 
vuestros sentimientos, sus angustias y traerles llamas de amor y fuego
convirtiendo en  cenizas vuestro pesar.
Son
 tiempos de amar y amar en  grande. Como lo hizo,  mi niño que se preocupaba por todo.
Os
contare, Jesús tenia diez años,  y llevaba
sandalias de cuero,  mis rosales estaban  llenos de brotes de pimpollos, de varios
colores, y vino a mi porque se le había despegado un a cinta de su sandalia, enseguida
como Madre,  me preocupe por solucionarle
su andar,  pero el me decía.
“Immi,  si voy al Taller y busco un  martillo y una tachuela lo arreglo yo solo” y
en  un 
instante volvió,  con  su sandalia, arreglada, y corrió rápidamente porque
quería hacer una carrera y probar su sandalia.
Y
 al volver, estando arreglando mi jardín,  se tropezó conmigo, y una espina del rosal de
rosas amarillas, rompió el borde de mi vestido, 
se quedo muy afligido. “Y le dije Takini, mi niño, lo puedo arreglar
acorto un  poco mi vestido y quedara como
antes”.
Ese
sentido de responsabilidad  no común  en  esos
tiempos fue uno de los aspectos que conmovió a sus discípulos,  era un 
verdadero líder.
Pareciera,
que estas vivencias no pertenecen para estos tiempos, Jesús fue un  Maestro y su misión  traernos un 
mensaje amor, mi misión  es
trascender lo que mi niño me enseño entonces 
os digo 
“He
traído llamas de amor y Fuego a la Tierra “
Para
vosotros mis bien amados niños de mi corazón.
Estad
en paz,  amor  y luz, os María de Nazareth  vuestra Madre.

 
 



