Original en francés.
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
 
24 marzo 2012
Yo soy URIEL,  Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Amadísimos Niños de la  Luz, Aquí y Ahora, en este espacio como en cualquier espacio, de esta  Tierra como más allá, os invito a todos, sin ninguna excepción, a  vivir lo que hay que vivir. La Onda de la Gracia recuerda el Estado de  Gracia que es vuestra Naturaleza, más allá de cualquier estado, más allá  mismo de vuestra Presencia. Vosotros sois la Vida. Vosotros sois la  Vía. Vosotros sois la Verdad y la Eternidad. Porque este es el principio  de toda vida, ser Eternidad. Estáis más allá de lo que es conocido.  Estáis más allá de lo que parece. Estáis mucho más allá de toda  apariencia, más allá de toda Acción y de toda Reacción, aquí como allí.  Sois lo que porta la Gracia, porque sois la Gracia, llevada en vuestra  Presencia. Entonces, llevaos a vosotros mismos, más allá de cualquier  ilusión, más allá de todo lo efímero, en el sentido mismo de vuestra  Presencia, porque sois la Esencia de la Vía, porque sois la Esencia de  la Verdad. En un sentido donde no existe más sentido, simplemente Ser,  más allá de toda apariencia, más allá de todo ser. Ahí, en ese instante,  más allá de ese instante y más allá de cualquier tiempo, sois la  Eternidad de la Belleza, sois la Eternidad de la Gracia. En vosotros  canta la Vida. En vosotros canta la Eternidad. Sois la Presencia, más  allá de cualquier presencia. Estáis más allá de cualquier forma, más  allá mismo de lo informe, porque transcendéis la noción de forma y de  informe. Vosotros sois el Todo. Nada puede existir, soportado y  sostenido por la Onda de Gracia y la Onda de Vida. Entonces, ¿qué queda  para oponerse a lo que es la Verdad? ¿Qué queda para evitar lo que es la  Verdad, lo que es la Eternidad? Sosegaos. No hay nada que imponer. No  hay nada que transponer. Justo estar ahí, más allá de cualquier tiempo,  más allá de cualquier presencia. Así, la Onda de Vida Asciende en  vosotros, realizando el Ser. Realizando el Ser más allá de cualquier  Ser. Onda de Verdad. Compostura y Oda a la Eternidad. Vosotros sois  Belleza. Estáis más allá de cualquier nombre y de todo lo que puede ser  deletreado. Entonces vivid.
De igual forma que CRISTO os ha dicho: “yo soy la Vía, la  Verdad y la Vida”, a vuestro turno, más allá de cualquier vuelta, más  allá de cualquier Ronda, decid que Sois, más allá del Ser. Decid que  Sois: la Vía, la Verdad y la Vida. Testimoniad. Testimoniad la Gracia  que es Éxtasis y que es Gozo. Penetración Eterna, más allá de cualquier  objeto, más allá de cualquier carne. Transcendencia de toda carne,  llevándoos a estableceros en vuestra Morada de Eternidad, en vuestra  Presencia Eterna. Amados del Amor, el Amor es lo que os Ama, porque no  podéis ser ni no ser, lo que Sois desde toda la Eternidad: la Oda del  Amor, la Danza de la Vida (más allá de cualquier danza), el sonido de  toda Vida (más allá de cualquier palabra). Vosotros sois la Eternidad,  Belleza y Gracia. La Onda de la Gracia os invita a ser Gracia, más allá  de cualquier estado, os invita a la Alegría, más allá de cualquier  belleza.
Sois la Eternidad, Belleza y Gracia. La Onda de la Gracia  os invita a ser Gracia, más allá de todo estado, os invita a la Alegría,  más allá de toda belleza. Vosotros estáis más allá. Más allá no es otra  parte. Más allá no es mañana. Más allá es Aquí. Más allá es Ahora.  Simplemente, os queda asentir en la Última Renuncia, haciendo que viváis  el Último Absoluto de vuestra Eternidad, donde todo es Belleza, donde  todo es instantáneo, donde todo es Gracia, donde nada puede oponerse, ni  incluso vosotros mismos. Porque ¿quién puede oponerse a la Onda de  Gracia? Lo efímero no puede hacer presa de lo que es Eterno. Vosotros  estáis más allá de este cuerpo. Estáis más allá de la apariencia del  ser. Estáis más allá de cualquier límite, más allá de cualquier  confrontación, porque no tenéis nada que confrontar. La Onda de Gracia  es evidencia. Ella os apresa a fin de soltaros de vuestras propias  ilusiones, de vuestros propios límites (que no existen en ninguna parte  más que en lo conocido y en lo efímero).
El Canto, ese de la Vida Unificada para siempre presente en  su Presente, se eleva en vosotros, como un impulso que os transporta,  más allá de cualquier ilusión, a vivir el transporte del Amor. El de  vuestra Eternidad, de vuestra Presencia, de vuestra Belleza. Entonces  podéis decir, como Gracia: “yo soy la Gracia”. Solo el ego, el que está  encerrado, va a negar la posibilidad de la Eternidad, va a negar la  instantaneidad de la Eternidad, de lo que es inmanente, más allá de  cualquier transformación. Porque hoy, más allá mismo de cualquier forma  (esa que habitáis, como la forma de esta Tierra o de todo el cosmos),  vosotros Sois, no lo informe, sino el conjunto de formas. Vosotros sois  la Eternidad, la que canta, la que danza, la que os afirma, no en este  cuerpo (y que sin embargo está en este cuerpo), para elevar la Vibración  y la frecuencia y descubrir lo que Es. Más allá de cualquier  apariencia. Porque sois la Esencia. Vuestra Naturaleza es esta y nada  más que esta. Amados del Amor, sois el Amor, sois la Luz, más allá de lo  que podéis entender, más allá de lo que podéis parar. No hay nada que  parar. Solo hay que superar, sin moverse, sin emocionarse, porque la  Onda se mueve en vosotros. Se mueve en vosotros porque es el movimiento  de la Gracia. Es el Éxtasis que viene a captaros, para liberaros de las  últimas angustias del aislamiento y del encierro.
Amadísimos del Amor, amadísimos de la Gracia, la Gracia es  vuestra Eternidad, es vuestra Esencia, sublimando la carne y cualquier  oposición. Porque, repito, nada puede oponerse, nada puede evitar lo que  es inevitable, lo que está inscrito más allá de cualquier forma y más  allá de todas las formas. Amados del Amor, sois la Vía, la Verdad y la  Vida. La Vía más allá de cualquier palabra. La Verdad más allá de todo  relativo. Y la Vida más allá de cualquier vida encerrada, esa que fluye y  surge desde la Eternidad, en este mundo como en cualquier mundo y más  allá de los mundos, más allá de las Dimensiones, englobando en el mismo  Amor, del más pequeño al más grande, de la más pequeña ilusión a la más  terrible de las ilusiones. Vosotros sois la Verdad. Sois la Eternidad.  Por eso, no hay nada que establecer, nada más que manifestar. Nada más  que pedir porque ¿cómo podéis pedir lo que Está ahí desde la Eternidad?  Solo hay que soltar y renunciar a vuestros fardos, abandonar vuestras  heridas.
Sois la Vida, más allá de esta vida. Sois la Vida, más allá  de cualquier sufrimiento. Sois la Vida más allá de cualquier ilusión.  Sois la Verdad misma, en acción sobre en este mundo y no ya en Reacción,  superando los límites, transcendiéndolos. Los límites vuelan en  chispas, haciendo que la chispa de lo Ilimitado permanezca en vuestra  Eternidad. No sois nada más que esto porque ¿puede haber más que la  absoluta Verdad de vuestro Amor, que la absoluta Verdad de vuestra  Presencia, más allá de cualquier presencia, que hace disolver todo  límite, toda barrera? Vosotros sois eso y nada más. Solamente hay que  dejar nacer lo que ha nacido, desde la Eternidad. Solamente hay que  dejar parir, lo que ya está parido, desde la Eternidad. Situaros.  Situaros donde estáis. Ahí dónde estáis es el lugar adecuado. Porque no  existe ningún otro lugar que os permita vivir y decir: “yo soy la Vía,  la Verdad y la Vida”. Sed esta Eternidad. Aceptad no ser nada más aquí,  para ser todo, aquí como allí, para no ser más limitados. Vosotros sois  lo Ilimitado.
Sois la absoluta Verdad de la Gracia, esa (de arriba abajo y  de ahora en delante de abajo a arriba, en este espacio orientado, en la  Onda tornasolada) que viene a maravillaros y llevaros a vuestra Morada,  en esta carne transfigurada, en esta carne transparente, que hace ver  la Unidad, que hace ver y manifestar la Humildad y la Simplicidad, en la  belleza de su evidencia, en la belleza de vuestro Ser, más allá de  cualquier ser. El otro solo es vosotros, en otro momento y otro tiempo.  No hay otro. Solo hay vosotros. Solo hay la Onda que recorre vuestra  Morada de Eternidad, de arriba abajo y de abajo a arriba y después sin  ningún sentido más. Porque la Esencia está en todos los sentidos. No hay  ya sentido que rechazar. No hay más deseo que no pueda estar pleno por  la Verdad de vuestra Esencia. Entonces, en la Majestad del instante,  vosotros ponéis vuestra Eternidad en el Templo de vuestra Morada, en  este espacio donde no hay más espacio. En este espacio donde todo se  hace el tiempo, sujeto y parado en la Eternidad, haciéndoos salir de lo  Ilusorio efímero, de ser lo que creíais ser antes. Porque no hay más  tiempo, no hay más antes, incluso no hay más por venir, porque todo ha  llegado. Vosotros sois esto, en este instante y en todo tiempo: Gracia y  magnificencia.
Acojamos la Onda de Vida, porque sois la Gracia, porque la  Onda de Vida no es más que lo que somos, desde la Eternidad. El uno en  el otro y en otro en el uno, y en cada Uno y en cada otro, porque no  existe en la Gracia, ningún límite, ninguna pérdida, porque todo es  entrega. Entonces, entregaos. Abandonaos y en fin, vivid el tiempo de la  Eternidad, más allá de todo tiempo de la Tierra, más allá de cualquier  sentido. Vosotros Estáis más allá, que es Aquí, más allá, que es Ahora,  donde no hay nada que contener, donde ninguna mano puede agarraros,  porque es la Gracia la que os sostiene, liberándoos de lo que os ha  encerrado. Sois la Vía, la Verdad y la Vida. Seres de Fuego, Seres de  Transparencia, que se inscriben más allá de sus propios límites, incluso  dentro de la Luz. Vosotros sois el Amor. El Amor es Luz. El Amor es  Todo. El Amor es Gracia. Esta es vuestra Esencia, como esa es nuestra  Esencia. Este Éxtasis permanente de encontrarse permanentemente, en la  Inmanencia. Os corresponde a vosotros Ser esto. Porque no hay nada que  descubrir. Solo Ser, más allá de cualquier descubrimiento. No tenéis  nada que descubrir. Solo tenéis que vivir, ser abrevados en la Fuente de  Agua Viva, en la Fuente de Cristal, esa que, por vuestros pies, esa  que, por vuestra cabeza, esa que, por vuestras extremidades, os hace Ser  y estableceros en lo que está establecido, desde la Eternidad.
Niños del Ilimitado, ha llegado la hora de nacer a la  Verdad, a la Belleza. Habéis parido, porque ha llegado la hora de  levantarse y elevarse, acompañando esta carne en su Belleza y en la  Transcendencia. Ninguna carne será jamás opaca. Ninguna carne será nunca  más sufrimiento, en los tiempos que se instalan, más allá de cualquier  tiempo. Vosotros sois la Eternidad que no conoce ningún tiempo, ninguna  Dimensión. Vosotros sois la Onda de Vida, Presencia Infinita, superando  el marco de la presencia del individuo, superando el marco de cualquier  persona, porque efectivamente sois el Todo, más allá de nadie, mucho más  allá de un individuo. Vosotros sois el Único, Verdad, Belleza,  Eternidad, Gracia. Es la eflorescencia de lo que florece, sin decaer  jamás, sin extinguirse jamás. Justo, eso. Justo, todo. Juntos, Unidos y  Libres para siempre, de toda condición, de todo límite, crepitando de  ese mismo Amor, de esa misma ola de Éxtasis Infinito que viene a  vosotros, porque Es vosotros. Así, instalados en ese estado, más allá de  cualquier estado, descubrís lo que jamás hubiera debido ser ocultado o  separado. Porque ¿cómo es que la Naturaleza y la Esencia misma de la  Vida podría estar separada de la Verdad, de la Vía y de la Vida? Eso Es.  Entonces, la Ronda de los Arcángeles, disuelta, está presente en  vosotros, no como una ronda sino como una espiral de Vida que se eleva y  desciende, realizando el Matrimonio Místico de lo que está arriba, de  lo que está abajo. Porque en este estado, no hay ningún alto y ningún  bajo. Lo alto y lo bajo solo son una y misma cosa, en el centro del  Templo Interior, de ahí es, de donde viene la Onda de Vida, Gracia de la  Vida a sí mismo. Llegados al fin, más allá de cualquier destino.  Llegados al fin, más allá de cualquier tiempo. Vosotros Sois lo que  nosotros Somos. Nosotros Somos lo que vosotros Sois. No hay juegos de  palabras, ni juego de Yo, sino más bien la estricta intimidad de la  Verdad. Ninguna distancia puede separaros ya, de lo que sea. Ningún  tiempo pude ya, ocultar la Verdad. Ninguna memoria es necesaria.  Vosotros sois la Vía, la Verdad, y la Vida. Y esto está inscrito en la  Eternidad de los Cielos, como en la Eternidad de la Tierra, de esta  Tierra, como en cualquier tierra, de vuestra carne, como de cualquier  carne.
Entonces osad. Osad Ser lo que Sois. Osad vivir la Onda de  la Gracia que se eleva. Savia deslumbrante y que sin embargo no  encandila sino que sitúa en Verdad, en Sabiduría en el santuario del  Amor, más allá de todo santuario. Porque el conjunto de los mundos solo  es el santuario de la Gracia, de la Belleza, de la Verdad y de vuestra  Eternidad. Entonces, juntos, en fin Libres de toda atadura, en los  espacios donde no existen ninguna mancha y ninguna sombra, en esos  espacios donde no hay lugar para lo que sea que no sea la Esencia misma  de la Gracia, nosotros Arcángeles, os decimos de igual forma que  vosotros decís vosotros mismos: “yo Soy la Vía, la Verdad y la Vida”.
Entonces, fluye en vosotros la Sangre Nueva, la de la Nueva  Alianza, la de la Eternidad, viniendo a romper lo que debe ser roto.  Así, amados del Amor, presentes en vuestra Presencia, la Gracia recorre  toda vuestra carne. Matrimonio Místico. Éxtasis permanente de vuestra  propia Verdad. Mientras se hace el silencio, porque en el silencio  existen todos los sonidos, que se disuelven en el mismo sonido, en el  mismo canto: canto de Eternidad, canto de Belleza. El Coronamiento, más  allá de cualquier Corona, pone en vosotros la Semilla que ya ha  germinado desde toda la Eternidad, de vuestra propia Gracia, de vuestro  propio Éxtasis, haciendo que viváis la Unión Mística Total. Vosotros  Sois eso. El resto se convertirá en lo que debe devenir, fecundado por  la Gracia. No os preocupéis de otra cosa que esto. Vivid la Vía, la  Verdad y la Vida. En el instante de vuestra Presencia, en el instante de  toda Presencia, en el instante de todo tiempo, más allá de todo  espacio, vosotros sois el Último Absoluto. Vosotros sois el Amor y la  Gracia. ¿Cómo podríais ser otra cosa que lo que Sois? Más allá del rol,  más allá de cualquier máscara, sois la sonrisa eterna de la Gracia, sois  el reír infinito de la Verdad. La Onda de Vida no es nada más que  vuestra Presencia Eterna, Inmutable e Infinita, haciendo que viváis, al  fin y en definitiva, más allá de todo recorrido, más allá de cualquier  camino, el Instante de la Gracia y el Instante de lo Eterno, Instante de  la Eternidad. Sonrisa que viene a abrir lo que jamás ha podido ser  apagado, ni encerrado ni vuelto a encerrar.
Amados del Amor, yo soy el Ángel URIEL. Juntos. Yo me abro a  vosotros en la Gracia del Infinito, en la Gracia del Amor. Os invito al  banquete del Cielo, al banquete de vuestro Cielo, al banquete de  vuestra Eternidad, ese donde nada falta, donde nada se apaga, donde nada  termina. Os invito a Ser lo que Sois. Os invito a Ser la Vida.  Escuchad, más allá de la armonía. Escuchad, más allá de la escucha y más  allá del sonido, el canto de vuestra Eternidad, que viene a ocultar  todo lo que os hace decantaros por vuestras experiencias efímeras para,  de nuevo y para siempre, estar encantados y paridos en la Eterna Gracia  de la Eternidad. Estáis en este mundo. Él alimenta no solamente el  sufrimiento, sino más bien, ahora y enseguida, la Gracia que se eleva.  Onda vivificante, Fuente de Cristal que emerge y hace vivir la Justeza.
Bien amados Niños de la Gracia, amadísimas Semillas de  Estrellas, Niños del amor, dejemos nacer el Tiempo de la Gracia. Dejemos  elevarse la Gracia. Éxtasis. Matrimonio. Vía y Verdad. Verdad y Vida.  Absoluto. Último. Transcendencia. A vosotros. A cada uno. Escuchad. El  tiempo más allá del tiempo, la Eternidad está ahí. La Gracia, Onda del  Éter que viene a abrir y franquear lo que debe serlo. Poniendo fin a  toda transgresión, la de esta carne encerrada en su propia Ilusión.  Carne Sagrada, Iluminada, Transfigurada. Es tiempo de vuestras Bodas  Místicas, Bodas del Cielo y de la Tierra, que se despliegan en la  Gracia, se desarrollan en esta carne. La carne se hace Gracia, más allá  de cualquier posesión, más allá de cualquier sufrimiento. Porque la  carne también es amor. Porque en la Gracia, ninguna distancia y ninguna  separación puede alterar el sentido mismo de lo que asciende. Vosotros  sois Belleza. Vosotros sois Eternidad. Sois eso en este instante, en  todo tiempo. Entonces, Vibra en vosotros, como en cualquier otro, como  en cualquier mirada y cualquier sentido, la misma Onda que os hace vivir  en fin, eso Último, temido y esperado. Vosotros sois el Amor. Juntos,  decretemos la Ley de la Gracia. Juntos y Libres. Se exhala, de cada  célula (física, de la carne, como mística), la misma Onda. Último  sentido y olor del Absoluto. Sois Perfectos. Porque la Gracia es  Perfección. Porque la Gracia es Amor. Gozo permanente de la Belleza y de  la Verdad. La Onda de la Gracia. Juntos. Yo soy URIEL. Yo soy Vosotros.  Cada uno de vosotros. Juntos, en la misma Onda, en la misma Vía, en la  misma Eternidad, en la misma Gracia. Sed Libres. Porque os habéis  liberado de las trabas y de cualquier ilusión. La Gracia es Libertad. La  Gracia es Totalidad.
Yo soy el Arcángel URIEL y bendigo en vosotros, la  bendición de vuestra Presencia. Amados del Amor. Vía, Verdad y Vida.  Hijos Ardientes del Sol, abrazando el Éter. La Onda de Gracia se hace  esta Gracia ondulante, recorriendo toda carne, toda alma, todo espíritu.  Entonces, juntos, dejemos libremente elevarse la Onda de la Gracia que  viene a desposar al Cielo. Sois el Cielo. Sois la Tierra. Amados del  Amor. El Ángel URIEL os ama y os dice: “sed Libres”. Sed los Niños de la  Libertad. Sed la Gracia. Porque todo es Gracia y Libertad. Nada más  puede tener peso que esa mirada que podáis posar. Hoy, la Gracia os  demanda soltar vuestros fardos. ¿Queréis ser ligeros o queréis ser  pesados? ¿Queréis ser lo que frena o queréis ser lo que se da? ¿Queréis  ser la Vía, la Verdad y la Vida? O ¿queréis ser otra cosa? Yo soy el  Ángel URIEL. Vivamos ahora, en el tiempo de mi Presencia y de mi  silencio, en vosotros y en cada uno, la Comunión de la Gracia.
…Reparto del Don de la Gracia…
Uriel saluda en vosotros, la Belleza y la Eternidad de  vuestra Gracia, porque yo reconozco en esta Gracia, mi propia Gracia.  Como cada uno de vosotros reconoce cada uno de vosotros, en la misma  Gracia. Silencio. Terminaré con estas palabras: sed Libres, porque sois  la Libertad. Ningún ser puede privaros, ninguna ilusión puede privaros,  ningún mundo puede privaros, de lo que sea. URIEL os saluda. Vosotros  sois el Saludo. Os Amo. Hasta pronto.
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