Yo acepto dentro mi la poderosa y permanente actividad de la llama violeta en, dentro, a través y en contorno mío, y de mis cuatro cuerpos: físico, etérico, mental y emocional, que descubre, disuelve, consume, libera, perdona y transmuta, la causa, núcleo, efecto, registro y memoria durante esta vida y en todas y cada una de mis vidas anteriores desde el principio del tiempo de todo karma, miedo, dolor, error, rencor, rabia, ira, discordias, odios, resentimientos, acumulaciones, desesperación, angustias, sufrimientos, limitaciones, bloqueos y deudas dentro de mi.
Toda creación indeseable anclada en mi mundo sensorio, psíquico o astral creada por mi o en mi contra en forma de entidades, palabras, pensamientos, sentimientos, acción, omisión y voluntad.
Ahora invoco la ley del perdón y decreto y afirmo: