La influencia energética de los próximos días, enfatizada y acrecentada a partir del día 11 y del eclipse total de sol que tendrá lugar 48 horas después, regenera un fuerte impulso sobre nuestra “ruta interna” produciendo un sagrado e íntimo contacto con la Fuente Interior, que supondrá un luminoso destello de “percepción”, capaz de anclarnos a los siguientes ritmos y movimientos estelares.
Las distintas influencias de estos días, forman parte del colosal movimiento sincrónico, que tanto Gaia y sus reinos, como las distintas jerarquias planetarias y sistemas estelares están llevando a cabo para producir la creciente aceleración de las formas y su acoplamiento a las desarrolladas frecuencias vibracionales, que han de ser capaces de producir primero una retro-alimentación de los diferentes planos y sub-planos, y finalmente una “síntesis” generadora de una única y gran fuerza, capaz de anclar un proceso de transformación consciente de grandes dimensiones a-temporales.
Como sucedió el pasado año, la influencia del portal 11/11, promueve una vigorosa reconexión con lo profundo, generando espacios internos donde desde el vacio y el efecto silencioso de la Presencia luminosa, el Ser puede manifestar la “crisálida” que le permitirá emerger, tras haber llevado a cabo un proceso natural de re-conexión consigo mismo.
El proceso que delinea los siguientes acontecimientos, cuya principal expresión es, como es sabido, la re-capacitación de la humanidad como agente creador universal, requiere imprescindiblemente el despliegue de un estado “intuitivo”, de una percepción libre, de una observación desapegada, y de una creciente “ascensión” emocional hacia el Amor Universal.
El entreno de la mente, como agente distribuidor de la energia, se convierte en uno de los principales movimientos que el ser humano debe llevar a cabo, para comenzar a generar un poderoso punto de anclaje, que sea capaz de producir la “síntesis” de los distintos reinos y vehículos físicos, a la vez que se convierte en un “portal” donde los diferentes estados conscientes y las fuerzas sincrónicas que trabajan en “unidad” vibratoria desde los éteres dimensionales, puedan desplegar y producir, un campo magnético planetario, capaz de sostener y mantener abiertas, las vias de comunicación e interacción de los diferentes reinos convocados.
Desde el ingreso de Plutón en Capricornio en 2008 (tiempo en el que se tuvo “constancia” de la apertura del portal del despertar 11/11), estas dos poderosas influencias, personificación sagrada de los más altos ritos de iniciación espiritual, han estado derramando la fuerza del primer rayo de Voluntad y Poder a través del planeta (acercándonos destellos del Plan) mientras la constelación estimulaba las percepciones iniciáticas, insinuándonos la via hacia su manifestación: “Estoy perdido en la luz suprema, y a esa luz doy la espalda” (conocer y manifestar la “iluminación” para descender devolviéndola al mundo).
Plutón continuará en Capricornio hasta 2023, destruyendo limitaciones, regiendo el mundo de los deseos colectivos y causando un sinfín de renacimientos y regeneraciones cuyo fin es la influencia psicológica de las masas, que han de producir la quiebra de los viejos sistemas y la “creación” de los nuevos modelos y ritmos de la era de Acuario.
A través del mito de Orfeo, intuimos como es a través de la música (elevación, y sintonización de la vibración humana) que podemos emprender la búsqueda del Alma en Plutón (Voluntad y Poder), y sumergirnos en los “infiernos” que Hades custodia, (inconsciente individual y colectivo) para “iluminar” los escenarios potenciales de la propia búsqueda, generando espacios fértiles de nosotros mismos que radian e influyen en los agentes y espacios planetarios y cósmicos.
Bajo la influencia de Escorpio y sus frecuencias probatorias, el espacio transmutador de estas percepciones energéticas, nos revelan el “camino interno” como la única fuente de iluminación que permanece conectada al todo, y nos empuja a sumergernos en el lugar sagrado donde nuestro Ser custodia, las edades del Tiempo, con la conciencia pura y cristalina, que es capaz de manifestar tanto la recepción de las corrientes externas(jerárquicas y espirituales) como las emanaciones propias de un mismo gran agente planetario (Gaia y sus reinos).
Durante este tiempo de auto-exploración, muchos se habrán dado cuenta del hiperdesarrollo que se ha producido en los canales sensibles de la humanidad. Este modelo de hipersensibilidad (producido principalmente por la influencia del Ángel Solar sobre el chakra corazón) nos ha permitido descubrir en nuestro propio cuerpo etérico, una gran biblioteca astral, donde distintos pasajes, momentos, lineas temporales y vinculaciones, se han ido manifestando para evocar la “sabiduria eterna” que ha estado gestando una red energética de causas y efectos sobre la senda del planeta.
Este despliegue de conocimiento, producido y surgido a través de distintos aspectos psicológicos no sólo nos dota del “conocimiento” abstracto de las influencias, retornos y aprendizajes, si no que a su vez, amplia nuestra visión, produciendo un sagrado vínculo de hipercomunicación con todos aquellos reinos que en varios ciclos de las edades de los hombres, encuentran una “nueva via” donde escenificar y reproducir su perfección original.
Las constelaciones y planetas que durante estos días siguen derramando su poder creador mientras amplian sus áreas de influencia y generan sus propios vínculos hacia el nuevo estatus del tiempo acuariano, nos revelan con distintos trígonos y conjunciones, los escenarios energéticos disponibles, para encontrarnos durante el solsticio invernal, con la más grande experiencia iniciática.
Los novilunios y plenilunios que nos separan de este gran evento de alineación galáctica, son los regalos celestiales de aquellos custodios y alter egos, que en perfecta resonancia nos ofrecen el escenario divino desde donde ascender “La Puerta de los Dioses” durante el solsticio, y donde aquellos que en comunicación y enfoque con sus reinos dévicos, se sumergan en el perfecto estado del armónico vacío, tomarán parte de un gran evento iniciático donde el YO revelará su magnífica y poderosa trinidad, derramando sobre los agentes psicológicos y conscientes, el ritmo natural y perfecto del HOMBRE ORIGINAL y DIVINO.
La influencia de planetas lentos y espirituales, como Urano, Saturno, Neptuno y Plutón será de marcado recorrido durante una larga temporada, en la que la humanidad es llamada a conectar con la propia esencia donde el retorno inicia su andadura, y donde la “comprensión” de la propia dimensionalidad debe ser manifestada en servicio de un orquestado y celestial evento galáctico.
El Sol y la Luna en Escorpio, en conjunción con Mercurio (mensajero de los dioses) en Sagitario, nos desvelan nuevos modelos para captar y manejar la energia, en el proceso creador y creativo de iniciarnos en los dones del arte y la magia ritual.
Mercurio y su enfoque concentrado y constructivo nos “desvela” el siguiente movimiento en Sagitario “Veo la meta”, recordándonos con la conjunción solar, (en eclipse total el día 13) y lunar (en su estatus de planeta muerto) , que es en la oscuridad y en la inmaterialidad de nuestra propia Fuente, donde la luz se genera y expande, donde la sabiduria inmemorial descansa, donde el reino del Alma incia su andadura…
El sol se oculta en eclipse, formando parte de este estímulo hacia el propio reino interno. Los agentes externos son brillantes milagros convocados por la propia experiencia y expresión divina, que en su esencia más pura y más sagrada, nos contiene y nos da forma.
Venus en Libra (polarizando y equilibrando “el secreto de las Edades” que en nosotros mora) con su trígono al gran Júpiter (en Géminis/humanidad) quien intensifica nuestra sensibilidad a las corrientes psíquicas de los reinos inferiores, de la colectividad y de los mundos invisibles, nos regalan el escenario perfecto con el que bucear nuestro propio silencio durante estos días.
La crisálida que este 11/11 surge en el interior de la forma sagrada y que expresa la perfección del divino espíritu de la naturaleza, es otra sutil hipercomunicación, donde bajo la fuerte influencia de Júpiter podemos convocar la fusión de las visiones místicas con el conocimiento oculto de la realidad.
Este periodo energético, de silencio, recogimiento y principalmente aceptación de nuestro propio Estatus Creador, nos revelará el nuevo ritmo para los distintos eventos y acontecimientos…y descubriremos que desde el vacio donde todo se convoca, la nueva tónica y vibración de una percepción elevada y cada vez más completa, encuentra la naturaleza y perfección original, con la que manifestar la plenitud y la abundancia de una nueva Era que se gesta, en este mismo instante, en las entrañas de un tiempo y de unos hombres.
Namasté