JESHUA ~ RELACIONES AMOROSAS
Queridos amigos:
YO SOY Jeshua.
Os saludo a todos sinceramente. Estoy aquí con corazón pleno.
Quiero
compartir con vosotros porque sois mis hermanos y hermanas; y siento
una profunda afinidad con vosotros. Yo no soy ni más alto que vosotros,
nosotros somos uno. Nos embarcamos juntos en la siembra de la semilla de
la Energía Crística en la Tierra, una semilla que con el tiempo
crecería lentamente y florecería como una flor completamente madura.
Este
tiempo en la Tierra es el de la compleción de ese viaje. Es un tiempo
en el cual comienzan a desarrollarse muchas plántulas; y de muchas
maneras sois capullos en flor. Juntos formamos una unidad, un colectivo
de Almas que se dedican al nacimiento de una Nueva Consciencia. Así que
no me veáis más como un maestro que está por encima de vosotros, sino
como un amigo que os toma de la mano y quiere compartir este Amor con
vosotros, porque Yo os amo profundamente a todos.
Vosotros
tenéis un intenso deseo de Amor. Lo buscáis en relaciones con otros; y
también por medio de una conexión con lo Divino. Pero verdaderamente, lo
que anheláis yace dentro de vosotros; es vuestra propia naturaleza
Divina, la parte de tí que es una con el Amor y la Alegría
Incondicionales. Cuando experimentas esta parte de tí, se siente como
llegar al hogar. Todo lo demás en tu vida se vuelve fácil, ligero y
gozoso. Eres uno contigo mismo y no necesitas nada fuera de ti para
hacerte sentir bien.
Eres
una unidad por ti mismo; y sin embargo te sientes conectado con todo lo
demás de una manera profunda e íntima. Lo paradójico de las relaciones
es que puedes estar íntimamente conectado con otra persona solamente si
eres capaz de abrazar la Unicidad dentro de ti mismo. Si estás listo
para aceptarte, con las cargas del pasado, con las altas y las bajas;
entonces hay espacio para otra persona con su individualidad única.
Entonces ya no estás usando a otra persona para llegar al Hogar.
En
lugar de ello, compartes con esa otra persona el Hogar que llevas
dentro de tu corazón. Este tipo de relación se convierte en una
celebración conjunta, en compartir; y ésa es una relación sanadora, ya
sea con una pareja, un amigo o un niño; esencialmente no hay
diferencia.
Sin embargo, las relaciones amorosas, las relaciones de pareja, son las que más exigen de vosotros.
Os
tocan profundamente y agitan profundas emociones, porque más que
cualquier otra relación, parecen tener la promesa de llegar al Hogar.
Antes de hablar sobre las relaciones amorosas, me gustaría recordaros
que el Hogar que anheláis, esa unidad original de la cual nacisteis como
Almas, no está lejos. Puedes decir que en el reino del tiempo, hace un
tiempo extremadamente largo que saliste, simbólicamente hablando, del
Paraíso. Que seguiste tu propio camino como "Alma en un cuerpo" y
elegiste cierta forma en la cual manifestarte y pasar por las
experiencias; y visitar diferentes lugares del Universo.
Cuando
naciste como un Alma individual y emprendiste tu viaje, renunciaste a
esa unidad primordial, la cual puedes imaginar con una cálida manta de
Amor y Luz que era muy familiar para ti. Una unidad donde siempre
sentías la presencia segura de un Padre Madre Dios; y entonces nunca
tenías miedo de estar solo ni de ser rechazado.
Estos
conceptos "negativos" ni siquiera estaban en tu comprensión; y sin
embargo, en Dios estaba trabajando un poder arquetípico que te dio
nacimiento desde el útero de la Unicidad de este Padre Madre Dios. ¿Cuál
fue el propósito de ese nacimiento? ¡Para que todos
os pudierais convertir en dioses independientes! ¡Para que vosotros
mismos os pudierais convertir en puntos de partida de un Padre Madre
Dios, fuente de calidez y Amor, del cual fueran creados y surgieran
infinitos seres.
Pero
la despedida que se os dio en el comienzo, os llegó como un impacto. Os
disteis cuenta de que con esta separación de la Unicidad llegaba el
conocimiento de que para experimentar verdaderamente el proceso de
evolución, no podríais saber nada anticipadamente. Te diste cuenta de
que solamente te podrías separar de esa unidad primordial, yéndote
completamente por tu propia cuenta como Alma individual, que por primera
vez se familiarizaba con el temor y la desolación y la oscuridad de
no-saber y no-entender.
Aún
llevas esa experiencia original de desolación y soledad, la cual puede
surgir muy fuertemente en el ámbito de las relaciones amorosas. Pero
antes de abordar esas relaciones, me gustaría recordarte que tienes la
posibilidad de experimentar esa conexión primordial en cualquier
momento. Cuando te duermes sin soñar, abandonas tu cuerpo y te conectas
con la fuente más profunda de la cual viniste, con Dios, si quieres
llamarla así, o con el núcleo más profundo de ti mismo: esa parte de ti
que nunca salió del Paraíso y aún está allí.
Aunque
saliste de allí hace miles de millones de años, la Unicidad aún está
dentro de ti; es una parte inalienable de tu consciencia. En la noche,
si tu mente no está demasiado activa y te rindes al sueño y a los reinos
no-físicos en los que entras, entonces, cuando dejas tu cuerpo, acoges
esa Fuente y te renuevas. En tu vida diaria también puedes hacer la
conexión con esta realidad del Espíritu Divino, del cual eres una íntima
parte.
Poniéndote
muy quieto, puedes sentir esa presencia aquí y ahora. Te invito a
sentir que juntos, como uno, todos hacemos parte de ese rostro original
de Dios. Imagina que en medio de tu pecho, en tu Chakra del Corazón, hay
un bello cristal brillante. Imagínalo allí y siente su poder: un claro
cristal puro en el cual todas las facetas reflejan simultáneamente tus
muchas experiencias. Este cristal-corazón está conectado también con
todo lo que te rodea.
Los
sentimientos que recibes de otros pueden ser reflejados por este
cristal; así que al recibir su humor y sus emociones a través de este
cristal, llegas a entender a otros. Desde este cristal-corazón,
entiendes las experiencias de otros: su dolor y sus decepciones, son
claros para ti. Este cristal-corazón está conectado con los corazones de
todos los otros seres vivientes, porque todos somos uno.
Y
sin embargo puedes sentir también que este corazón que llevas en tu
pecho, te pertenece: es tu Corazón Álmico. Siente cómo se reúnen ambos
aspectos. Estás conectado en el nivel del corazón, un campo horizontal
que te conecta con todas las cosas vivas, así que allí no hay separación
pues todos somos uno. Pero tú también eres "uno", lo cual significa que
tú eres tú; y nadie más es exactamente como tú. Tú eres un Ser
individual y hay una línea vertical que te conecta directamente con tu
Fuente, con Dios.
Estás
en este cuerpo físico, que es el portador de tu corazón, tu propia
parte de la Consciencia de Dios. Siente la vastedad de este cristal: la
consciencia infinita que te pertenece y sin embargo puede ir a donde
quiera. No está atada a este cuerpo, aunque ahora está en este cuerpo,
temporalmente, pero es una energía tan vasta, que en últimas no está
ligada con ninguna forma.
Tú eres esa consciencia; has traído contigo una parte del tejido Divino de Padre Madre Dios aquí a la Tierra.
Tú eres íntegro y completo dentro de ti mismo; y tú eres el guardián de este cristal-corazón.
Recuerda que ahora miramos el tema de las relaciones amorosas...
Cuando
te enamoras de otra persona, frecuentemente al comienzo de la relación
hay una intensa experiencia de deleite. Parece como si algo se abriera
ampliamente dentro de ti, algo que estuvo largamente oculto y que
solamente puede ser liberado por la mirada del otro/a. Otras personas
parecen no ver ese "algo" dentro de ti, pero tu ser amado despierta la
desnuda belleza de quien eres. Retornan tu pasión y tu entusiasmo por la
vida, te sientes visto y amado; y vas a experimentar tu propia
profundidad, la maravilla que eres.
Eso
es lo que experimentas en el enamoramiento. ¡Y aunque parece tener que
ver con el otro, realmente tiene que ver contigo, con lo que el otro
evoca en ti, que es delicioso, un milagro!
Solamente
entonces pareces despertar y sentir lo mucho que tienes para dar y lo
mucho que puedes ser amado. En el enamoramiento que experimentan,
usualmente las personas se intoxican con el asombro y la maravilla; y
ciegamente se atan a quien despertó en ellos este sentimiento.
Ella
o él tiene la "varita mágica" en sus manos; y lo que primero condujo a
una revelación; y a un sentimiento de Amor hacia ti mismo así como hacia
el otro, conduce gradualmente a un escape de ti mismo, mientras te
enfocas totalmente en el otro. Entonces comienza una lucha con el otro.
Quieres
poseer la parte de éste que te hace sentir tan bien. Y la otra parte a
menudo hace lo mismo contigo; y ambos estáis inmensamente confundidos
por este tira y afloja. De esta manera, lo más alto que os podéis dar,
llama a lo más bajo; es decir: celos, dependencia y luchas de poder.
Ésta
es una caída extremadamente dolorosa que casi todos habéis
experimentado en la vida. ¿Cómo sucede esta caída? Hay dos partes dentro
de ti. A partir de ese cristal-corazón que describí, hay un Amor en ti
que puede ver al otro exactamente como es; y puede experimentar la
belleza que hay allí. Desde este espacio en vuestro corazón, podéis
entrar en una conexión mutua igual y equilibrada, en la cual reconocéis
lo Divino en el otro; y en la cual no perdéis de vista el Humano en el
otro. Aceptas en el otro su dolor, su desconfianza, sus desilusiones y
sus resistencias.
Pero
hay otra energía que está funcionando a partir de tu vientre, algo que
puede ser una gran fuerza perturbadora en el enamoramiento. Yo llamo a
esta energía el Niño Interno Abandonado, que tiene un dolor muy fuerte y
profundo desde ese dolor del nacimiento cósmico original, por abandonar
la Unicidad de Padre Madre Dios.
Cuando
te enamoras, este niño también despierta; y este niño tiene muchas
emociones que pueden oscurecer tu corazón. Estas emociones pueden
envolver al cristal-corazón y ocultar el hecho de que tú eres la fuente
del deleite y la dicha que experimentaste en las etapas iniciales del
amor romántico.
Esos
sentimientos tenían que ver contigo y con el espacio que te diste, lo
cual fue hecho posible por el otro, pero aún así tenía que ver contigo.
Sin embargo, el niño en ti, que está adolorido y reclamando la atención,
el Amor y el reconocimiento que le han faltado por tanto tiempo, puede
ser tentado a ejercer una especie de dominio sobre la pareja; quiere
aferrarse a toda costa para obtener lo que le falta.
De
esta manera, el niño y el cristal-corazón pueden terminar en lados
opuestos. Lo que al comienzo parecía ser muy bello, se convierte en una
relación destructiva en la cual vais a luchar el uno con el otro y a
entrar en una batalla que nadie quiere, pero que sucede de todos modos.
Cuando
se presenta la amenaza de que la magia desaparezca, puedes
desesperarte. A toda costa quieres aferrarte a tu pareja, porque una vez
tuviste un sentimiento de absoluto Amor por esa persona. Vas a luchar
por aferrarte a ella; y pueden entrar en juego tus más antiguos dolores,
tus emociones de ira, temor al abandono, incluso odio. Incluso entonces
es muy difícil dejar ir a la otra persona, porque eres impulsado por el
recuerdo de cuán bueno era cuando todo estaba en armonía.
"En
esta etapa es muy importante que sepáis cómo dejar ir". Cuando sintáis
que vuestra relación va por una espiral descendente; y vayáis a acusaros
y culparos mutuamente, es el momento de dar un paso atrás.
Os
podéis herir tanto, precisamente porque os habéis tocado tan
profundamente; y ese dolor es difícil de sanar. Así que atrévete a dar
un paso atrás cuando sientas que estás girando fuera de control, que
estás siendo arrollado por emociones que evitan que te aproximes a tu
pareja con el corazón abierto.
Puedes
sentir un profundo temor de ser abandonado, o precisamente lo opuesto:
Un temor de conectarte tan profundamente con alguien, que te pierdas en
ello. Puede haber otras emociones tales como ira o celos, pero lo más
importante es que te des cuenta de que las más intensas emociones tienen
que ver más contigo que con la relación. La relación detonó las
emociones, pero se derivan de causas más profundas.
¡Lo
que importa ahora es que te vuelvas hacia el herido y abandonado niño
interno, que es la causa real de tu desequilibrio emocional!... Hacer
eso no es responsabilidad de tu pareja. Ni tú tampoco eres responsable
del niño interior de tu pareja. Hacer a otro responsable de tu dolor y
esperar que éste lo sane, conduce a enorme confusión en las relaciones.
¿Entonces cómo puedes ver cuándo la relación, que inicialmente era un vínculo amoroso, va mal y se está desequilibrando?
Realmente hay signos claros; y una manera de encontrarlos es haciendo simbólicamente un ejercicio con tu niño interior:
Imagínate
parado frente a tu pareja en este momento. O si no tienes pareja, elige
a alguien muy importante para ti; y permite que tu niño interno se pare
a tu izquierda. Simplemente imagínate como un niño de menos de diez
años; y párate frente a tu pareja con ese niño parado a tu izquierda.
Ahora mira cómo responde el niño a tu amado/a.
Observa la primera reacción de ese niño.
Pregunta al niño:
"¿Qué te atrajo a él o ella?
¿Qué encontraste tan irresistible?
¿Qué tocó tu corazón?
¿Qué te fascinó?"
Y luego pregunta:
"¿Cómo te sientes ahora?"
¿Le sucedió algo a esa cualidad original?
¿Aún puede el niño sentir ese Amor?
En
una relación sanadora, esa cualidad única aún está muy presente. Aún te
nutre, aún te abriga, mientras que al mismo tiempo tu pareja ha
adquirido una forma más humana, con sus propios problemas, subidas y
bajadas.
Sin
embargo, algo de esa magia original aún está allí; y por causa de esa
magia, los problemas se pueden superar. Si te das cuenta de que esa
magia está ausente, si tu niño interior no se siente amado o se siente
amenazado injustamente, entonces hay algo en curso a lo que le tienes
que poner atención. Dedica tiempo a descubrir esto con tu niño interno.
Para
aclarar la situación, deja ir la imagen del niño interno; y ahora
imagina que estás parado ante la pareja que has elegido; y observa cómo
fluye entre vosotros la energía de dar y recibir.
Primero,
mira lo que tú le das y siéntelo; y no tiene que ser expresado en
palabras, mientras lo sientas. Mira lo que fluye desde ti hacia el otro;
y percibe cómo te sientes en este momento.
¿Por causa de esta dádiva te sientes más energético, o te sientes vacío y exhausto?
¿Dar te resulta inspirador, o eso te agota?
Mantente
en ese primer sentimiento. Después de observar lo que das al otro,
observa la interacción inversa. ¿Qué recibes del otro? Sólo confía en el
primer sentimiento tal como te llega.
¿Lo que recibes se siente bien?
¿Hace que tu corazón se abra más?
¿Te sientes más feliz contigo mismo como resultado de lo que recibes?
La esencia de una relación sanadora es que la otra parte te da algo que crea alegría en tu corazón.
Finalmente, hay otra señal de una relación destructiva...
A
partir de tu Plexo Solar - un sitio cercano tu estómago - siente una
"cuerda" de energía que te conecta con el otro miembro de la pareja. Si
eres sensible, es posible que puedas experimentar esa cuerda. Lo que
estás buscando es el sentimiento de que necesitas poseer al otro; de que
te da pánico al pensar que el otro ya no estará aquí; de que algo tira
de esa cuerda. Si sientes eso, entonces esa cuerda es esencialmente un
cordón umbilical energético que te conecta con el otro y te produce el
sentimiento de:
"¡Lo/la necesito, no puedo vivir sin ella/él!"
Ese
sentimiento de pánico te muestra que no operas independientemente, o al
menos que piensas que no eres capaz de vivir sin el otro; y semejante
dependencia puede conducir a una relación destructiva.
En
una relación sanadora, es natural que os extrañéis mutuamente si de
alguna manera estáis separados. Es natural disfrutar; y consecuentemente
anhelar, la compañía del otro. Puedes querer al otro, pero no necesitas
al otro.
Pero
en una relación destructiva, está activo algo maligno. ¡Hay un
sentimiento de que no puedes vivir o estar sin el otro, que de él/ella
depende tu bienestar, quizá tu propia vida! Y esto te debilita
sustancialmente. Hay un profundo temor del posible rechazo por parte del
otro; y eso hace que te sientas pequeño y restringido; y la relación
entera ya no tiene esa gozosa expansividad y libertad que tenía al
comienzo.
Trata
de sentir estas cosas por ti mismo, calmadamente, a tu propia manera. Y
no tengas miedo de dar cabida en la relación a permitirte sentir esta
clase de cosas. Porque una vez que te encuentras en una espiral
descendente en una relación, frecuentemente es necesario que los
miembros de la pareja se distancien, física y emocionalmente, para
comprobar dónde está parado cada uno.
Durante
ese tiempo, frecuentemente no es útil tratar de hablar las cosas.
Primero es necesario que vuestros campos energéticos se liberen
mutuamente, para tener suficiente espacio para regresar al centro de tu
cristal-corazón. Entra con tu consciencia en ese bello cristal puro que
es tu esencia. No dependas de otros para experimentar eso en ti; está
allí para ti; siempre. Es el susurro de Dios que puedes oír en el
silencio. Entonces siente que desde ese cristal brillan rayos de luz
hacia el niño en ti, que aún sufre dolor y que aún está buscando fuera
de sí mismo aceptación y Amor y seguridad. Deja que tus rayos de Luz
caigan en ese niño; y literalmente puedes ver que la Luz cristalina
parece anclarse y fluír hacia abajo cada vez más profundamente a través
de tu vientre y baja por tus piernas hacia la Tierra. ¡Ésta es tu Luz,
tu Luz Álmica única!
Estás
aquí para experimentar esta Luz en un cuerpo en la Tierra. Tu Luz
particular es única, es tu Ángel de Luz; y si permaneces conectado con
Ella, entonces atraes a tu vida relaciones sanadoras.
Tú
no "necesitas" a otro/a. Y tampoco tienes necesidad de convertir a otro
en algo "perfecto": alguien que finalmente te ve en la perspectiva que
deseas; y que te entiende y te acepta de la manera incondicional que
deseas. La aceptación y el Amor Incondicional solamente se encuentran en
tu propio corazón; por y para ti mismo. No cargues a otro con ese
deber.
Ese
amor absoluto es algo entre tú y tu Yo. Esto solamente te lo puedes dar
tú mismo; y cuando lo hagas, te convertirás en una fuente de Amor para
otros, porque entonces has llegado a ser completamente honesto y veraz
contigo mismo. Tú te amas, incluyendo la parte oscura: ese niño en ti
que algunas veces lucha y se atormenta. Cuando te amas, te resulta más
fácil ver a la otra persona en una perspectiva verdadera. Ya no tienes
que tomar tan personalmente las cosas ofensivas o hirientes que algunas
veces ella o él dice o hace. Sus acciones y reacciones le pertenecen; y
te resulta más fácil no responder a ellas tan emocionalmente.
La
otra persona ya no es responsable de la salvación de tu Alma; tú lo
eres. Tú eres dueño de tu propio mundo, de tu realidad. Todos vosotros
estáis en esta senda de auto-realización y ya estáis tocando a otras
personas con vuestro corazón cristalino: les estáis dando chispas de
Amor y esperanza.
Os
agradezco por venir a la Tierra en este tiempo, en este período de
cambio y transición. Yo estoy con vosotros y os cuido profundamente.
Sois mis hermanos y hermanas; y os amo.
JESHUA.
Canalizado por Pamela Kribbe
Enero 31 de 2013
www.jeshua.net
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
Recibido de Tony de Pablo, el Sábado, 2 de febrero de 2013 a la(s) 8:57
¡¡ Hermoso mensaje !!