Todos, todos los seres
humanos llevamos dentro dos fuerzas que se contraponen y que nosotros
divorciamos porque mientras nos esforzamos por exaltar nuestro lado luminoso,
escondemos las sombra y algunos hasta la niegan.
Para poder ser seres
integrales debemos primero aprender a amar a nuestras sombras. Tenemos que desprogramarnos
y borrar todo aquello que nuestra mente nos dice que somos. Nuestro programa
está compuesto por la educación, la sociedad, la religión, la tradición
familiar, etc. Al quitarnos todo aquello que NO somos quedamos desnudos frente
a la realidad, a solas con nuestro yo.
Amamos nuestras luces
y nos encanta ser alegres, piadosos, simpáticos, amistosos, generosos, exitosos
y valorados… Pero odiamos ser egoístas, celosos, envidiosos, manipuladores,
rencorosos, discriminadores... y por eso lo ocultamos… Pero la sombra sigue ahí, esperando
el mínimo descuido para dejarnos en vergüenza.
Somos como una moneda
que muestra solo una cara… Y oculta la otra. De esa forma siempre hay un lado
oscuro para los demás… y lo que es peor… para nosotros mismos, porque nos
negamos a aceptar ese espacio sombrío. Es así como la sombra se vuelva nuestra
enemiga y vivimos en una constante lucha por derrocarla sin saber que así solo
la estamos haciendo más fuerte…
Muchos viven la
ilusión de ser personas totalmente buenas y ponen todo su esfuerzo en no
salirse de ese molde y jamás se enojan (al menos en público), siempre están
dispuestos para lo que se les solicite y les encanta que los demás recalquen lo
buenas que ellas son. Otros viven la fantasía de ser malvados (a veces porque
sus padres o sus profesores se han esforzado en hacérselos creer) y también
ponen su máximo esfuerzo en mantener ese papel de villanos o descarriados… Pero no existen las personas totalmente
buenas ni completamente malas. Somos dueños de mucha luz, pero también de
oscuridad. Todo en la vida tiene dos polaridades: Bien y mal, luz y oscuridad,
día y noche, yin y yang, calor y frío, etc. Integrar estas polaridades es
siempre una tarea pendiente en nuestras vidas.
De
nada sirve leer
libros, hacer muchos cursos, meditar o volvernos vegetarianos si no
aprendemos a aceptar
nuestra sombra y a amarnos en lo que somos. Ese el primer paso hacia la
evolución de la conciencia. Si no somos capaces de abrazar a la sombra
tampoco estaremos
aptos para conocer y abrazar nuestra luz… por eso hoy atrévete a dar el
primer paso y reconocer tu lado B... así muy pronto estarás en
disposición de abrazar esa parte tuya y aprender a amarte como un ser
humano integral.