Siendo
misericordiosos con otros demuestra que están siendo conducidos por un
poder más elevado, un llamado más elevado para ser compasivos en su
comportamiento y modos de ser, palabras y acciones. Siempre se ha
involucrado más la misericordia que la mera simpatía; mientras la
simpatía es sentida como un compadecerse, la misericordia, por otro
lado, es el amor puro en acción, queridos míos. La profundidad de la
empatía empieza a moverse muy hondo en su interior y crea una necesidad,
un anhelo que es puro y bueno para ustedes para motivarlos a hacer
algo, cualquier cosa para ayudar. Parte del ser empático es desear
traer un alivio y confort a las serias necesidades de quienes la
necesitan, de quienes ustedes están conscientes, ya sea que estos
queridos seres estén justo en su propia comunidad o muy lejos. Quienes
rebosan del obsequio de la misericordia ayudan a menudo a quienes
tienen retos o dificultades emocionales, físicos, financieros o
espirituales.
Hay muchas iglesias en
la ciudad que demuestran misericordia satisfaciendo las necesidades
críticas dentro de su propia comunidad. Algunas iglesias hacen esto en
forma de comedores de beneficiencia, colectas de alimentos, regalos para
los niños, ayuda para quienes tienen ingresos muy bajos, etc. Muchas
iglesias y sus ministerios comparten y dan misericordiosamente a sus
miembros y ayudan a conectar el amor de Dios con aquellos dentro de y
fuera de las paredes de la iglesia.
La
misericordia es necesaria para muchas cosas y lugares. Ella puede
ayudar a aligerar la preocupación de una persona, pero es importante
darse cuenta de que la misericordia no actúa sola. La misericordia va
acompañada del amor incondicional, la compasión, la gratitud y el
perdón. Muchas veces, cuando ustedes rescatan a alguien de su
desesperación mediante su genuina amabilidad, les permiten hacerlo mejor
por sí mismos para mejorar sus vidas.
A
veces ustedes se frustran cuando tratan de ayudar a alguien porque tal
vez no ven en seguida cuál es el problema o asunto. O tal vez se
sienten subestimados cuando ven que suceden cambios lo suficientemente
rápidos. A veces los queridos seres que tienen el obsequio de la
misericordia se involucran demasiado en la necesidad de ayudar a aliviar
las cargas de otra gente y acaban agotados ellos mismos. Hemos sido
testigos de muchos queridos seres con el obsequio de la misericordia
volviéndose vanamente orgullosos de su trabajo misericordioso y se
vuelven hipócritas. Pasando un tiempo lejos o con la familia los ayuda a
reagruparse y reequilibrar su energía, trayendo paz y calma de regreso a
sus vidas.
Aunque no tengan el
obsequio de la misericordia, hay mucho trabajo que pueden hacer por
otros y por sí mismos que demuestra que Dios está obrando a través de
ustedes. Cuando ustedes se recuperan de situaciones o retos difíciles,
pudieran encontrarse buscando el perdón de Dios. Cuando reciben Su
perdón, entonces pueden compartir este obsequio con otros en forma de
obras, palabras y elecciones amorosas.
Nosotros
sabemos que cuando alguien los perjudica, es muy fácil contraatacar y
amargarse con la persona que los ha ofendido. Sin embargo, cuando se
amargan se están dañando más a sí mismos en realidad que a la otra
persona que los ha ofendido simplemente porque esto crea un lazo más
profundo con el odio y la negatividad. Si siguen en la dirección del
odio y la amargura acabarán experimentando las destructivas magnitudes
del odio y la amargura hasta que tomen la decisión consciente de andar
en la senda de la libertad y el perdón.
No,
no es fácil perdonar, queridos míos, pero el perdón siempre es posible a
través del obsequio de la Gracia de Dios . . . aprendiendo a entender
que hay otras formas, otros modos más sanos de responder a la ofensa y
uno de esos modos es teniendo un corazón que perdona. Cuando piensen del
perdón, piensen sobre cuánto los ha perdonado ya Dios por cosas de las
que ustedes ni siquiera han estado conscientes, Él los ha perdonado.
Recuerden que Él es misericordioso de todos Sus Niños y los ama
muchísimo a cada uno de ustedes. Él sabe que ustedes tienen mucho por
aprender y mucho que superar. Él no castiga. Él da Amor. La mente es
la que crea malestares emocionales e inquieta sus sentimientos creando
un gran sufrimiento innecesario y castigo. Él no cuestiona sus
motivos, pero los va a guiar a que cuestionen sus propios motivos y
determinen si sus acciones son de corazón. Si Dios los puede perdonar
por todas sus maldades que han cometido, ¿no es posible entonces perdonar a otros por sus modos y comportamientos ofensivos?
La
gente mantiene tantos resentimientos porque es incapaz de dejar ir y
perdonar. Cuando ustedes reciben la misericordia de Dios, Su Amor y
Amabilidad, estos obsequios deberían ser suficientes para motivarlos a
perdonar a otros, queridos míos. Perdonar es ser capaces de extender
una mano a otros en la misma capacidad que Dios les ha demostrado cuando
perdonó todas sus deudas kármicas que ustedes no podían pagar. Cuando
hay resentimientos, siguen habiendo elecciones, y una de ellas es el
dejar ir el resentimiento para liberarse de la acción y permitir que el
perdón entre a su ser y ame el ser compartido a través de sus acciones.
Es
difícil recordar que mientras están a merced de alguien que es
malicioso y los está ofendiendo de alguna manera, que es Dios quien
está obrando en realidad a través de este individuo. Él les está
tratando de mostrar que esta otra persona está sufriendo un tipo de
tormento o dolor por cosas suyas propias, demostrándoles que a través de
ellos es posible perdonar sus obras. Si se enfocan solamente en el
infractor, tendrán dificultades para evitar el firme agarre de la
amargura. Sin embargo, si pueden ver la situación como algo de lo que
pueden aprender, eso se puede aplicar positivamente a su vida para
desarrollar más su propio carácter y permitirse abrir a nuevas
oportunidades y posibilidades; entonces el significado del daño causado
por el infractor es reducido drásticamente y su respuesta a este
individuo se vuelve el principal foco de preocupación. Si ven en
retrospectiva al Hijo Dorado de Dios, Jesús, el Cristo, verán que Él
demostró el ejemplo más grandioso del perdón.. Él es Quien Perdonó
Libremente. En medio de su propio sufrimiento, Él no estaba enojado ni
amargado. Él oró por el perdón de quienes lo habían maltratado y
crucificado para que muriera en la cruz. Él eligió amar en vez de odiar.
Él eligió confiar y escuchar a Dios, Su Padre Celestial, en vez de
volverse vengativo. El Amor siempre ha triunfado sobre el odio. A
veces toma un tiempo, pero con una constante demostración de buena
voluntad hacia otros el Amor puede superar cualquier obstáculo.
Queridos
míos, es importante que cuando alguien los ofenda ustedes respondan con
fe, fe en Dios por este giro de los eventos, dando gracias por la
oportunidad de demostrar compasión y buena voluntad, así como por el
crecimiento y desarrollo que van a lograr gracias a esa experiencia.
Es importante ser capaces de agradecer por todo en su vida, no solamente
por las cosas buenas que puedan recibir, y a veces dar, sino por las
penurias y los que los ofenden también. Todo viene a su camino para
enseñarles y guiarlos más a lo largo de su trayectoria del
autodescubrimiento, reconociendo que cada querido ser es digno de amor,
perdón, misericordia y gratitud.
¿Saben la diferencia entre el perdón y la amnistía?
Ambas son muy diferentes. El perdón es una elección personal tomada a
fin de liberar el mal que alguien ha cometido contra ustedes, mientras
que la amnistía es una sanción legal. Es más que posible perdonar a
alguien que los ha ofendido, donde ustedes ya no sostienen ninguna
animosidad hacia ellos, pero ustedes no pueden liberar a esta persona de
cualquier crimen que pudiera haber cometido a menos que tengan la
autoridad legal para hacerlo.
Nosotros
hemos visto a muchas familias, especialmente los padres de niños que
han sido asesinados o abusados a manos de otros, ir profundo en su
corazón y encontrar el coraje y la fortaleza de perdonar al ofensor. Lo
que este perdón hace para la familia es permitir que Dios venga a ella y
la eleve, la ayude a quitar la energía negativa de sus acciones,
alineando a quien está en cuestión ante Dios para su reparación. Sí, la
persona que comete la infracción sigue siendo culpable de sus crímenes y
seguiría siendo responsable por sus obras, pero la familia que la
perdonó puede entonces sanar y proseguir adelante, y muchas veces esta
demostración ayuda al infractor a mostrar remordimiento por sus obras.
Confíen en que Dios es justo en toda situación, queridos míos, sin
importar la pequeñez o enormidad de la situación. No se vengen; confíen
y permitan que Dios obre de Sus modos misteriosos y todo saldrá bien.
Si
alguien ha cometido algo contra ustedes, pidan a Dios que los dirija,
queridos míos. Pregúntenle cómo quiere Él que ustedes demuestren Su Amor
a esta persona. Encuentren un modo que les permita comportarse
amorosamente, un modo que contrarreste cualquier oscuridad, la
inquietante amenaza de un estallido emocional. Aunque tengan que
invertir algo de su propia energía orando, elevando mediante palabras
afirmativas, haciendo obras de caridad y de servicio, o inclusive dando
pequeños y bien pensados regalos.
Superen
sus maneras ofensivas con amabilidad y buena voluntad. No importando
si el daño que les han hecho es intencional o no, el perdón les
proporcionará la habilidad de preocuparse por la persona que los ha
ofendido después del hecho. El perdón les permite abrir su corazón y
cooperar más con la labor de Dios en esta persona. El perdón permite
que su amor genuino e incondicional por esta persona la ayude a crecer, a
traer cambios positivos a su vida y madurar mental y emocionalmente.
La
vida tiene muchos momentos de sufrimiento y muchos de ellos pueden
superarse con los poderes de la misericordia, la gratitud, el perdón, el
amor y la compasión consigo mismos y con cualquiera que los ofenda.
Sin conocer el sufrimiento, ustedes nunca sabrían lo que significa
tener un placer genuino. Ustedes pueden regocijarse en cualquier
momento difícil que los haga sufrir debido al saber interno de la buena
labor que Dios desea que ustedes logren a través de la experiencia.
Simplemente piensen cuántos más conocimientos ganarían ustedes y
cuántos más conocimientos se tornarán en sabiduría que podrá ser
utilizada en situaciones venideras. Queridos míos, cada prueba y
tribulación es una oportunidad para crecer más en madurez y ser llenados
con un mayor y más grandioso entendimiento de las maneras y obras de
Dios que siempre rebosan de un Amor Divino puro.
SOY EL Arcángel Camuel…
…via Julie Miller
recibido por Julie Miller
1 de septiembre del 2014