Mensaje del Arcángel Sandalfon
Recibido por Julie Miller
13 de diciembre del 2014
Queridos Corazones:
Cuán
profundamente es amado cada uno de ustedes. Inclusive en días en que
se comportan de lo peor, Dios sigue estando allí, a su lado, iluminando
su senda para que ustedes la sigan. Aunque saben que son amados y que
nunca están solos de verdad, a menudo se ponen a sí mismos como jueces y
como críticos, no sólo de sí mismos sino de todos los demás.
Simplemente por el modo en que se presenta una persona, ¿surgen acaso
pensamientos concernientes a su ropa, su pelo, su limpieza, su lenguaje
corporal o cualquier otra cosa que se fije en su mente? Ustedes se la
pasan siempre evaluando a otros según su apariencia, determinando si son
buenos o malos, si son agradables o merecedores de ser menospreciados.
Mediante sus juicios de otros ustedes deciden quién es merecedor en su
vida y quién no. Este tipo de práctica es muy similar a cuando un
animal de granja es subastado. A partir de todos los juicios realizados
en su ocupada mente, es entendible entonces cómo son capaces de
calumniar con facilidad a otro querido ser basándose totalmente en su
apariencia, sin intentar descubrir la persona detrás de esa apariencia.
Traten de recordar siempre que la gente es más de lo que aparenta.
Hay una cierta actitud moral que es obvia en la gente que elige juzgar a
otros, y esta actitud tiene la habilidad de afectar a aquellos a los
que juzgan y etiquetan. Lo que están haciendo en realidad cuando juzgan
a otro es buscar a propósito faltas. ¿Es necesario esto? ¿acaso es su
ego tan grande que necesitan buscar faltas en otro querido ser, aunque
esa falta sea superimpuesta por su imaginación? Cada vez que se
encuentren a sí mismos cayendo en este hábito negativo actúan de un modo
que no representa la bondad y pureza de su corazón.
¿Es necesario juzgar a la gente todo el tiempo? Bueno, Queridos
Corazones, eso depende realmente de la situación, ¿no es eso? Si están a
punto de realizar una gran compra, o de cerrar un trato de negocios,
necesitan estudiar todas las posibilidades antes de comprometerse
legalmente. Tampoco van a caminar por un callejón oscuro por la noche
por precaución y seguridad. Hay otras situaciones tales como éstas que
requieren de su habilidad para discernir, pero no tienen necesariamente
que encontrar alguna falla en cada situación. Lo que se necesita
definitivamente, Queridos Corazones, es mejorar su percepción,
volviéndose más discriminadores al tiempo que respetan a quienes están
en su compañía y a sí mismos.
Cuando participan en encontrar faltas en otros ustedes hacen un juicio
de valor que es más negativo que positivo. Cada vez que buscan fallas
están determinando la valía de una persona. y esto se reduce a cuánto
les desagrada, la desaprueban, o a su inhabilidad para relacionarse con
ella. Cuando eligen discriminar discerniendo, lo que sucede es que
están usando alguna sabiduría del corazón y viendo justo a la persona
tal y como es. . . ni más ni menos. Ustedes no necesitan juzgar ni
discriminar ni encontrar faltas en la mayoría de la gente con la que se
encuentran a diario. A menudo lo que se necesita es dejar ir el hábito
de encontrar faltas en otras personas a fin de descubrir que ellas
tienen también una luz interna que hacer brillar. Cuando son capaces de
aceptar a una persona por quien ella es, sin importar su apariencia,
entonces abren una puerta de un gozo increíble que se encuentra
simplemente estando con otra gente sin la negatividad de los juicios,
suposiciones, devaluaciones o deshumanizaciones. Aceptando a la gente a
primera vista sin crear una carga en su senda causada cuando juzgan es
un acto hermoso y divino que cada uno de ustedes puede emplear y
mejorar.
Sabemos que ustedes son duros para consigo mismos y se encuentran
fácilmente faltas. ¿Cuántas veces han saboteado algo en sus vidas por
temor o pensando que no eran lo suficientemente buenos o no estaban
haciendo algo correctamente? Nadie los fuerza a sentirse de algún modo
en ninguna situación. Hay instancias en las que se espera de ustedes
que lloren, sientan pena o se sientan irritados; posiblemente un ser
querido ha muerto, o tal vez estén pasando por un divorcio, sus hijos se
han mudado a otro país o muy lejos donde no será posible visitarlos
frecuentemente. Es normal tener sentimientos y juzgar qué es lo mejor
durante dichos eventos, pero ¿han considerado cómo sería si pudieran
aceptarse a sí mismos tal y como son y estar contentos totalmente con
esta persona? ¿y cómo se sentirían si renunciaran a juzgar, a
compadecerse de sí mismos o inclusive a juzgarse a sí mismos? Vean
cuánta energía tendrían si lo hicieran. ¿Se dan cuenta de que cuando
encuentras faltas en sí mismos se separan de su verdadera y más profunda
naturaleza? Esto sucede también cuando eligen encontrar fallas en
otros y juzgarlos, y esto no los acerca sino que crea una brecha mayor.
Ustedes se distraen en las acciones negativas en las que toman parte,
desde el odio de sí mismos hasta el etiquetar a quienes están a su
alrededor, sin importar si son desconocidos o gente que conocen. Cuando
aceptan su situación por lo que es, aceptan también a la gente que está
presente y a ustedes mismos, mantienen el respeto y valoran quiénes son
ustedes como personas y quién es la otra persona como su propio yo
individual. Pueden traer un enfoque discriminatorio objetivo a
cualquier situación, transformándola ante ustedes y ayudándolos a
determinar cuáles mejoras necesitan implementarse, y observen entonces a
su vida mejorar.
Queridos Corazones, los estamos alentando a que sean simplemente y se
relajen en presencia de otros. Refrénense de encontrar faltas porque
esto no trae nada positivo y no eleva el ánimo. No necesitan criticar
internamente ni criticar a cada persona que pasa a su lado. Lo que
necesitan hacer es aceptar quiénes son ustedes y aceptar quiénes son
ellos, y eso es suficiente.
Y así es
SOY el Arcángel Sandalfon…