Consolidando, Simplificando y Accediendo a los Centros Superiores
17 de agosto, 2015
Por José L. Stevens
www.thepowerpath.com
Por José L. Stevens
www.thepowerpath.com
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo http://www.manantialcaduceo.co m.ar/libros.htm
Difusión: El Manantial del Caduceo http://www.manantialcaduceo.co
Las dos
primeras palabras ocupan un lugar destacado en un vocabulario pragmático. Se
enfocan en la eficiencia y los tiempos exigen ser práctico, organizado y
eficiente. Si no eres un pragmático, estas formas de abordar los asuntos en tu
vida podrían serte elusivos, así que aquí voy a cubrir este territorio. Vamos a
empezar con lo básico y luego pasaremos a los centros superiores.
Esencialmente
consolidación significa reunir, fusionar, fundir y combinar con el fin de
fortalecer tu posición. Por ejemplo, digamos que tus herramientas de jardín
están repartidas por toda tu casa y para encontrar una tijeras de podar o una
pala de mano tienes recorrer todo el lugar para encontrar alguna. Revisas el
sótano, varios armarios, el patio lateral, el patio delantero y el patio
trasero, y en el momento en que has terminado has perdido tiempo y energía, y
perdiste la motivación para podar y quitar las malas hierbas de tu jardín. Tal
vez en el curso de tu búsqueda encontraste dos o tres podadores viejos desafilados
o que ya no tienen utilidad alguna y finalmente encontraste uno nuevo. Tal vez
también encontraste azadas, rastrillos, escobas, baldes, etc., que ni siquiera
sabías que tenías. Tal vez decides comprar o construir una pequeña caseta de
jardín para consolidar a todas ellas, para poder seguirles el rastro más
fácilmente. Al hacer esto eres capaz de tirar las herramientas desgastadas y
mantener las que aún se encuentran bien. Tal vez encuentres que no tienes rastrillos
pero tienes cuatro palas, haciéndote saber que necesitas comprar un rastrillo y
vender un par de palas en una venta de garaje. Este proceso emplea tanto la
consolidación como la priorización. Podrías simplemente hacer las cosas de la
manera antigua y dejarlas desparramadas por todo el lugar, pero eso básicamente
te mantendría alejado de la jardinería. Al consolidar y organizar, fortaleces tus
habilidades de jardinería, pues puedes hacerlo mucho más fácilmente.
De la
misma manera puedes consolidar muchas otras cosas en tu vida. Tal vez tus
finanzas son un desastre porque tienes demasiadas cuentas separadas y es más
eficiente consolidarlas en una o dos cuentas, permitiéndote saber exactamente
cuánto tienes de un vistazo. Puedes consolidar tus tarjetas de crédito o
préstamos y terminar pagando menos intereses y ser menos propenso a entrar en mayores
deudas.
Ahora
la gente piensa que tienes que ser organizado para hacer todo esto, pero la
verdad es que hay muchas personas que hacen un negocio del ayudar a consolidar,
organizar y priorizar, para que tu no tengas que hacer todo por ti mismo. Eso
es una buena cosa. Por otro lado, muchas personas deliberadamente eligen vivir
una vida de caos porque convenientemente les permite vivir de una manera
irresponsable.
Al
consolidar descubres que puedes hacer más con menos. Digamos que te juntas con
alguien y deciden irse a vivir juntos y terminan con dos juegos de elementos
del hogar. Consolidas al hacer una venta de garaje o pones cosas duplicadas que
ya no necesitas en los clasificados, como dos juegos de platos, dos
aspiradoras, dos camas king size y así sucesivamente. Tal vez te deshaces de un
tercer coche que nadie maneja. Por supuesto, esto te deja con más espacio para
moverte y menos gastos en el mantenimiento de elementos adicionales. Conozco
personas que han gastado toda su herencia por almacenar artículos de uso
doméstico durante años de miembros difuntos de la familia. Qué desperdicio de
dinero, espacio y oportunidad para otros menos afortunados de utilizar estos
elementos.
Sin
embargo no se trata sólo de bienes y cosas materiales que necesitan ser consolidadas,
organizadas y priorizadas. Hay muchas otras cosas que necesitan este proceso
también. Dar prioridad no sólo establece cuáles son las cosas más importantes
que hacer primero, también distingue lo que debe hacerse al final, si es el
caso. Esto entonces sugiere eliminar lo que no es importante. Lo que no es
importante es la preocupación, el obsesionarse, el estrés y el sentirse coaccionado
por los planes de otras personas por lo que ellos piensan que deberías hacer.
En otras palabras, lo que tu suegra piensa que debes hacer no es y no debería
ser una prioridad. Muchas personas permanecen en matrimonios que son inapropiados
o francamente destructivos porque no quieren decepcionar a los familiares o
amigos de su cónyuge. ¿Debería eso ser una prioridad? No, no debería serlo. Lo
qué es una prioridad es tu propia felicidad. No te puedo decir cuántas personas
se quedan en matrimonios horribles porque no quieren que los niños sean infelices.
Así que los niños crecen con dos padres odiándose o luchando sin cesar y ¿se
supone que eso es darles una buena infancia? La verdad es que los niños son
generalmente más felices cuando sus padres son más felices.
Satisfacer
las necesidades falsas de la personalidad y reaccionar a los temores debería ser
de baja prioridad. Consolidar es útil aquí también. Digamos que al clasificar tus
motivaciones en temerosas versus inspiradoras te das cuenta de que todos tus
miedos en realidad están relacionados con el hecho de que temes que la gente no
te apruebe si haces lo que quieres. Así que ahora en lugar de veinticinco
temores sólo tienes un miedo, el miedo a la desaprobación. Eso es algo con lo
que puedes lidiar, mucho más fácil que veinticinco miedos diferentes.
Consolidar tus miedos, preocupaciones e inquietudes. Es mucho más fácil de esa
manera. Siempre encontrarás que tienes menos desafíos de los que pensabas.
Luego asegúrate de que tienes tus prioridades en orden. En lugar de que sea una
prioridad hacer felices a todos tus parientes políticos, que sea una prioridad
cumplir con la tarea de tu vida, esa que te hace feliz.
Las
Nueve Necesidades ayudan a las personas a encontrar lo que los hace felices. Sólo
como un recordatorio, las Nueve Necesidades son: Seguridad, Aventura,
Libertad, Intercambio, Poder, Expresión, Aceptación, Comunión y Expansión. Toda
persona tiene estas nueve necesidades en un orden distinto de prioridad, así
que mientras la Aventura puede ser la máxima prioridad para ti puede ser la
última para tu hermana que puede tener la Seguridad en la posición número uno.
Cada necesidad tiene un polo positivo y uno negativo de los que siempre tienes
la opción desde cuál operar. Los polos positivos conducen a buenas elecciones
con un resultado positivo, pero los polos negativos conducen directamente a las
prioridades más pobres. Por ejemplo, las personas con una necesidad de
seguridad a menudo priorizaran el polo negativo, preocupación o miedo, porque erróneamente piensan que preocuparse
o tener miedo harán menos probable lo que ellos no quieren que suceda. La
verdad es lo opuesto. Cuanto más te preocupes, cuando más temeroso estés, más
probable es que el mal escenario suceda. Por lo tanto, en lugar de hacer que la
preocupación o el miedo sean una prioridad deberían ser eliminados por
completo. El polo positivo de la seguridad es la Confianza, así que esta es una prioridad mucho mejor. Cuando
confías en que todo va a salir bien y que vas a estar suficientemente seguro, es
mucho más probable que eso ocurra. Del mismo modo el polo positivo de intercambio
es dar y recibir, una gran
prioridad. El polo negativo es calumniar o chismotear,
una prioridad que siempre lleva a algo negativo y perjudicial. Así se puedes
ver que, en una forma muy práctica, poner las prioridades en orden es una llave
a tu felicidad total.
Ya
tienes la idea de cómo el consolidar y priorizar puede ser tan útil como forma
de mantener la psique organizada, de evitar que la vida se vuelva demasiado
complicada. En caso de duda, simplifica. Complicar es estresante y lleva a
estar confundido, abrumado, y en general más ansioso. La almas mayores
prefieren la simplificación en casi todo, "No te preocupes, sé
feliz", "Ama a quien está contigo" “Deja ir, deja a Dios."
Tienes la idea. Por otro lado, las almas más jóvenes aman la complicación, desde
las jergas complicadas a las negociaciones, leyes, planes fiscales e inversiones
complicadas, lo que sea. La complicación conduce a la ofuscación, hace que sea
más fácil de ocultar la actividad criminal, te hace parecer más inteligente ante
los demás, hace que sea más fácil manipular a otros y así sucesivamente. La complicación
es por lo cual nuestras vidas ya no son tan agradables. El caos es complicado.
Ser organizado, consolidar y priorizar conduce a la simplicidad pero no es tan
dramático, no es tan convincente, no es tan emocionante como el drama súper
complicado. ¿Qué es un drama super complicado? Por un lado la guerra, por el
otro la política. ¿Qué tal los divorcios o demandas super desagradables? ¿Qué tal
el no decir la verdad y tratar de mantener un registro de todas las mentiras y a
quién se les dijiste? Habla acerca del estres. ¿Qué tal el tener complicadas y múltiples
motivaciones para hacer algo? ¿Qué pasa si lo hiciste simplemente porque te
encanta? Más fácil, pero menos interesante y dramático.
Cuando
la vida es más simple y distrae menos es mucho más fácil acceder a los centros
superiores. La razón por la que las personas no acceden a los centros
superiores es que están tan distraídos por los centros inferiores, los centros
intelectual, emocional y del movimiento. Cada uno de los centros inferiores que
tienden a dominar la vida de la mayoría de la gente tiende a dirigirlos hacia
la obsesión. Muchas personas se obsesionan con sus pensamientos, otros con sus
sentimientos, otros más con sus acciones. Ninguno de ellos estaba destinados a
dominar la vida. Son herramientas para la vida y eso es todo. ¿Y si tuvieras
una sola herramienta para hacer todo? Digamos que un martillo. Si todo lo que
tenías era un martillo, entonces tu percepción se volvería miope y estarías gravemente
limitado en lo que podrías lograr, especialmente si necesitaras serruchar o
medir algo. Tal vez alguien tiene nada más que una cinta métrica o una sierra.
Imagínate lo que sería la vida si estuviera restringida a una de estas
herramientas. Los centros están destinados a ser fluidos, a fluir de uno a otro
según sea necesario, un pensamiento, un sentimiento, una acción, todas las
herramientas en uso. Cuando estas herramientas se vuelven fluidas es mucho más
fácil acceder a los centros superiores.
¿Cuáles
son entonces los centros superiores? Los centros superiores son versiones de
frecuencias más altas de los centros inferiores. Los centros inferiores son
formas sencillas de reaccionar a los estímulos. Una puerta se azota e
instantáneamente calculamos si fue el viento, un intruso, una persona enojada y
así sucesivamente. Una puerta se cierra y nos sentimos molestos. Una puerta se
cierra y saltamos para reasegurarla. Estas son nuestras opciones con respecto a
los centros inferiores. Los centros superiores conducen a algo más. Una puerta
se cierra y como un golpe Zen estimula una organización superior de las
frecuencias que llevan a una respuesta superior. En lugar de un simple cálculo,
de un sentimiento, o de una acción, el portazo nos catapulta a un momento
instantáneo de presencia definitiva, en síntesis nos despierta de nuestro
letargo, de nuestro adormecimiento, de nuestra hipnosis. De repente nos damos
cuenta de que estamos vivos, presentes en nuestro ser Dios, en contacto con la
esencia, todo incalculablemente hermoso, y somos inconscientes del paso del
tiempo. Y luego pasa pero no sin haber cambiado algo profundo dentro de
nosotros. Un centro inferior no nos cambia, no nos transforma, se olvida enseguida.
Una experiencia de centro superior puede quedarse con nosotros durante toda
nuestra vida. Es el momento en que nos damos cuenta sin una sombra de duda de
que amamos a alguien, que tal vez esta es la persona con la cual nos casaremos sin
importar nada.
A veces
la experiencia de un centro superior es una que es estimulada por una emergencia
extrema, un roce de cerca con la muerte, una pérdida terrible. Por ejemplo,
puede ser el momento en que uno elige renunciar a su vida por el bien de un
amigo o de un ser querido al saltar sobre una granada o puede ser dejar ir una cuerda
de seguridad como el personaje de George Clooney en la película de Gravedad.
Ese puede ser un momento no de pérdida sino de felicidad y satisfacción
extrema, como si no hay nada mejor que hacer en la totalidad de la vida que
este acto de altruismo. Podría ser dejar que alguien más gane lo que nos hemos
esforzado por conseguir durante años, simplemente por un acto de generosidad. Puede
ser alejarse de un ser querido, porque eso es simplemente lo que es mejor para
ellos en el largo plazo. Todo esto y más pueden ser experiencias de los centros
superiores: la visión desde la cima de una alta montaña justo antes de que la
tormenta se cierre; la verdadera comprensión final de lo que nos había eludido
durante toda nuestra vida; la prisa por caer desde el borde del espacio y ver
toda la tierra resplandeciendo en azul por debajo; la experiencia de unión con
la esencia en un profundo estado de meditación. La pérdida total de la
conciencia de sí mismo en un acto de hacer el amor. Dejar ir un pájaro herido
cuya ala se ha reparado y contemplarlo en dicha mientras se aleja volando.
Si bien
estas experiencias de centros superiores podrían ser raras para la mayoría de
las personas no tienen que serlo. Pueden ser experimentadas como aspectos
habituales de la vida, estados mentales enrarecidos que exhaustivamente toman
el control de los sentidos y de la percepción de manera diaria, semanal o
mensualmente. Ellos están totalmente disponibles para disfrutarse por cada ser
humano, si ellos también desean experimentarlas.
Al
final no podemos vivir con alegría sin estas experiencias de centros superiores.
Cuantas más de ellas, mejor. Cuantos más momentos podemos olvidar nuestras
preocupaciones, complicaciones, y obsesiones, más felices nos volvemos. Los
centros inferiores están llenos de complicaciones, ¿qué tal si esto y qué pasa
si aquello? Parálisis de análisis. Los sentimientos de celos, envidia,
resentimiento e irritación son complejos. Hacer un seguimiento de todas
nuestras estadísticas vitales en monitores de muñeca es complicado. Contar calorías
es complicado. Preguntarse si el amor está viniendo, es complicado. No perdonar
es difícil. Estar apegado a un antiguo camino desgastado es problemático. ¿Es
realmente tan necesario? ¿Y si simplemente acariciamos al gato, rascamos al
perro, disfrutamos de la tostada de canela, observamos la lluvia de meteoritos,
sentimos la brisa, admiramos la tormenta, decimos sí a un nuevo camino?
La consolidación
conduce a la simplicidad. Organizar con efectividad conduce a la simplicidad.
Priorizar nos ayuda a simplificar. La simplificación conduce a experiencias de
los centros superiores y que a su vez refuerzan la simplicidad. Bastante
simple.
Las traducciones de los artículos de José
L. Stevens pueden ser descargados en archivo Word desde el sitio creado para el
en http://www.manantialcaduceo.co m.ar/libros.htm https://www.facebook.com/Mana ntialCaduceo
Para recibir los mensajes en tu correo suscríbete en:
http://www.egrupos.net/grupo/l