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domingo, 13 de septiembre de 2015

Jesús a través de Juan - Como hijos de Dios cada uno de ustedes es un campo de energía de Amor muy poderoso


domingo, 13 de setembro de 2015

Jesús a través de Juan - Como hijos de Dios cada uno de ustedes es un campo de energía de Amor muy poderoso

Jesús a través de Juan 



Muchos están sintiendo que la ilusión está fortaleciendo su apego en la humanidad ya que los medios de comunicación continúan reportando – aparentemente con gran satisfacción – guerras, conflictos, miedos económicos, corrupción y deshonestidad en altas esferas y una miríada de otros eventos infelices y ocurrencias. Estos reportes ciertamente se refieren a numerosos eventos globales actuales pero en verdad son solo una muy pequeña proporción de actividades planetarias. El actual flujo del Tsunami de Amor, el cual ha estado envolviendo al planeta desde finales del 2012, está llegando a más en sus efectos de elevación e inspiración que cualquier “supuesta” mala noticia la cual los medios de comunicación intentan enfocar su total atención.

Como hijos de Dios cada uno de ustedes es un campo de energía de Amor muy poderoso. Cada uno de ustedes tiene libre voluntad y por lo tanto puede elegir conectarse con su campo de amor o negarlo e ignorarlo al seguir sus vidas diarias como humanos dentro de la ilusión que colectivamente construyeron hace muchos eones. La elección que tomaron en este sentido – ya sea que estén conscientes de ella o no y que toman y retoman a cada momento – directamente afecta cómo experimentan la vida. Un número incrementado de ustedes están eligiendo conectarse con eso y el efecto de esta conexión es visible por todo el mundo.

Su naturaleza real y eterna es el Amor. Ustedes fueron creados en el Amor, y la Realidad, la presencia de Dios – o si prefieren, el Cielo – es Amor. Su existencia es eternamente mantenida por Dios, nuestro Padre amoroso, dentro del campo divino de Amor que es todo lo que existe. No pueden partir de ahí debido a que no hay otro lugar que exista. Solo está Dios, la Fuente, el campo de Amor que es Su creación y contiene toda vida sin excepción.

Dentro de ese campo infinito, el Hijo de Dios fue creado y se auto-otorgó todo lo que es Dios lo que es todo. La única diferencia entre Dios y su Hijo es que Dios es, siempre, mientras que su Hijo fue creado por Él para unirse al éxtasis de la Vida perdurando con su Padre celestial en ese campo de Amor divino. Sin embargo, el Amor no controla, es libre de cualquier forma de manipulación, dominación o restricción del amado, de otra forma, claro que no sería Amor.

El Hijo de Dios entonces eligió ejercitar la libre voluntad construyendo un ambiente ilusorio en el cual pudiera experimentar independencia y separación de Dios y el intento de probar que no necesitaba a Dios.

Pero más allá de Dios no hay nada, no hay más allá. Y el ambiente ilusorio que el Hijo de Dios construyó es ilusorio, no existe, una invención, una irrealidad. No obstante, el poder del Hijo de Dios es inmenso así que el ambiente ilusorio que él construyó aparece tanto vasto como muy real, en especial cuando está poblado por una enorme multitud de aspectos o partes separadas de Él mismo contenidas en contenedores extremadamente limitados – cuerpos humanos. Como humanos, entonces la ilusión aparece muy real, colocando límites muy reales en habilidades humanas, comparadas con el potencial creativo ilimitado que se le dio al Hijo de Dios en el momento de Su creación.

Y en la Tierra, los cuerpos humanos son necesarios. Necesitan comida, abrigo, aire y agua y si alguna de esas cosas se remueve o no están disponibles, esos cuerpos no pueden sobrevivir. La comprensión de eso es un estado aterrador de asuntos que lleva a la creencia de que necesitan pelear unos con otros constantemente para obtener suficiente de los recursos inadecuados del planeta para asegurar su propia supervivencia.

Pero como he dicho en la introducción de mi libreo, “Un Curso de Milagros”, “nada real puede amenazarse, nada irreal existe, aquí reside la paz de Dios”. En verdad no hay nada qué temer debido a que ustedes tienen su eterna existencia en la alegría y seguridad infinitas dentro de la Mente de Dios. Todo lo que aparente amenazarlos y traerles sufrimiento es irreal y desaparecerá.

Enfóquense diariamente en su verdadera naturaleza, el Amor, e intenten compartir y extenderlo incondicionalmente a toda la humanidad sin excepción y entonces disfruten la paz y la satisfacción que la intención brinda a su vida. Donde vean a otros sufrir, no importa quiénes sean o dónde están, tengan la intención de que el Amor fluya desde ustedes a ellos y mitíguenlo.

Muchos de ustedes ya están haciendo esto y es extremadamente efectivo. De hecho es deshacer y disolver la pesadilla lo que parece que envuelve a muchos en preparación de la inminente llegada de un sueño placentero que llevará a su despertar a la plena consciencia donde una vez más se conocerán a sí mismo como verdaderamente son – Seres Divinos siendo Uno con Dios.

Su verdadera naturaleza ya no puede ocultarse por el velo engañoso de la ilusión porque ese velo se está desintegrando irreparablemente ya que más y más de ustedes abren sus corazones al Amor que Dios les ofrece constantemente a cada momento de su existencia. Saben, muy en lo profundo de su ser que son Seres divinos, es solo que como humanos lo han olvidado debido a que el olvido es un poder limitado que el cuerpo toma para sí mismo en la encarnación, pero como el velo se está desintegrando así igual el olvido. La consciencia de su verdadera naturaleza está surgiendo en más y más de ustedes cada día y esa consciencia está intensificando el efecto del solvente – AMOR – que está disolviendo la ilusión.

Sepan por lo tanto que son eternamente amados por su Padre Celestial y debido a su infinito Amor por ustedes, ha provisto los medios y la energía que disolverá la ilusión finalmente y permanentemente. Todos despertarán porque es la Voluntad Divina y sus voluntades individuales están todas en alineación con esa Voluntad, en realidad solo hay Una sola Voluntad.

Su hermano que los ama, Jesús.


Traducción: Gustavo T