Continuando con el tema de la intuición que habíamos explicado hace un par de artículos,
posiblemente, para complementarlo, tendríamos que hablar un poco de esa
transmisión de información entre planos superiores y el plano físico,
que, como dijimos en el post sobre la intuición, es una herramienta que a
todos nos iría de fábula tener activa y desarrollada a su máximo
potencial, pero qué, en general, desechamos por iniciativa programática
directa, pues consideramos, porque así nos lo han enseñado, que recibir
instrucciones, mensajes, informaciones, consejos, etc., de algo que no
es visible, que no es tangible, que no es “sólido” (que tampoco es que
exista nada sólido como tal, aunque así lo creamos) tiene o puede tener
valor, y puede ser tomado en cuenta, precisamente porque no se puede
demostrar con elementos “físicos” su validez o la validez de la supuesta
fuente hacia terceros.
Una tubería de muchos tramos
La
recepción de información desde niveles superiores al nuestro pasa por
varios filtros y canales, por lo que no es exactamente una tubería única
donde se vuelcan los datos, aunque es una buena analogía en muchos
casos que se puede hacer para intentar expresar la forma en la que,
energéticamente, las “ondas” con la información consciente y programada
que se nos envía termina conectando con la parte nuestra que es capaz de
entenderlo.
Imagínate el proceso como alguien que
está en la superficie de un lago (una parte superior de ti, por
ejemplo), en una barca, y tú (la personalidad) estás haciendo
submarinismo a muchos metros de profundidad. ¿Cómo crees que se puede
conectar la parte tuya de la barca para enviarte mensajes sobre hacia
dónde debes dirigirte cuando estás ahí sumergido? ¿Cómo puede avisarte
que está viendo rocas al final del lago, que ha visto árboles hundidos
con los cuales puedes chocar o enredarte? ¿Cómo hacer llegar su mensaje a
través del agua hacia nosotros (entendiendo el agua como la diferencia
dimensional que existe entre los niveles de frecuencia y vibración de
nuestro ser, Yo Superior, etc. y nuestra mente racional)?
La
realidad es que esa tubería interna que puede conectar la superficie
del lago con la parte de nuestra personalidad que está sumergida tiene
diferentes secciones, y cada sección tiene sus constricciones para
permitir el flujo de agua (energía con la información codificada) a
través de ella. Para empezar, si estamos intentando comunicarnos con
esos otros niveles superiores de nuestra configuración multidimensional,
más allá de la tríada inferior que forman los cuerpos etéricos,
emocionales y mentales, y más allá del cuerpo causal, donde cada uno de
nosotros puede empezar a conectar con otros niveles, dimensiones, etc.,
hay que hacer pasar el agua por tramos de cañería que requieren que cada
tramo esté limpio y adecuadamente preparado para traspasar los datos de
un punto a otro.
Conexión en la esfera de consciencia
Para
empezar, nuestra esfera de consciencia requiere que haya un “Yo” que
sea capaz de conectar con claridad con el centro de la misma, que es por
donde se accede a la consciencia superior de aquello que llamamos
nuestro ser, nuestro Yo Superior, el aspecto consciencia de nuestra
mónada, etc., lo cual ya requiere que la persona tenga, por lo menos,
una de sus sub-personalidades que consiga ponerse en control, mediante el programa ego que gestiona todos los Yos de la psique, para que este “yo comunicador”,
vamos a llamarlo así, sea el receptor de ese primer “tramo” de la
información. Lo ideal, como ya podéis suponer, es que en la esfera de
consciencia solo existiera un “Yo único”, cristalizado, que a mi me dio por llamar en su momento el Yo del ser,
por ser el único personaje de la consciencia artificial que aun siendo
parte de esa personalidad humana, responde y conecta directamente con
niveles más profundos y elevados de uno mismo. Así, si la conexión entre
el centro de la esfera de consciencia y su superficie, es decir, desde
nuestro Yo Superior/ser/consciencia de la mónada, etc., hacia el Yo del Ser
de la personalidad es establecido, está lo suficientemente afianzado y
es fluido, ya se pueden impregnar o impresionar ahí las energías con la
información que se desea transmitir a la mente racional.
Diferentes distorsiones en diferentes tramos
Pero la tubería sigue teniendo otros muchos tramos. Que la información llegue al Yo del ser (o cualquier otro “Yo” que esté siendo usado en la conexión),
en la superficie de la esfera de consciencia, no es sinónimo de una
transmisión todavía exenta de filtros, distorsiones y “fallos”. Es como
cuando muchas personas se explican una historia la una a la otra, en
cadena, donde el punto de origen cuenta algo, y cada persona que lo va
repitiendo a la persona de al lado añade su pequeña cantidad de
distorsión a la información inicial recibida, así que cuantos más pasos
haya entre el inicio y el final, mayor es la probabilidad de que el
mensaje comunicado inicialmente no se parezca en nada al recibido al
final.
Luego está el problema de la decodificación
de esos mensajes que decimos recibimos desde otros niveles. Nuestras
esferas mentales están llenas de filtros, miles de ellos, programas,
patrones, creencias, etc. Estos componentes son los encargados de darnos
la visión de la realidad que tiene cada uno, además de hacernos ver las
cosas de forma tan completamente distinta, ya que el mundo se construye
en el interior de nuestra psique, a partir de los datos recibidos por
los sentidos de lo que es captado del exterior de la misma. De la misma
manera, en este caso, si lo que recibimos es un flujo de información
desde niveles superiores (en vez de algo que nos llegara por la vista o
los oídos), los filtros son los mismos y actúan igual, así que
dependiendo del sistema de creencias, programas y demás patrones que
cada uno tenga instalado, la versión final re-cocinada del mensaje
original tendrá el color del tinte que tengan los coladores por los que
esta energía consciente con esa información tiene que pasar para llegar a
ser decodificada por la mente consciente. Hay varias esferas
involucradas en la conexión con niveles superiores, principalmente la
esfera subliminal, por lo que las capas que la información tiene que
atravesar para ser decodificada pueden alterar la energía radicalmente.
Otros filtros y bloqueos
Eso
es lo que suele pasar con la mayoría de los mensajes que,
supuestamente, decimos y creemos recibir desde otros niveles, planos y
dimensiones superiores, en vibración y energía, a la nuestra. Otros
problemas que causan distorsión radican en nuestros cuerpos sutiles, el
mental especialmente, y también en los canales energéticos que llamamos
el cordón de plata y la línea del Hara o cordón dorado, pues también son
“tuberías” de paso de información entre cuerpos sutiles, y por donde se
puede “bajar” y traspasar lo que uno percibe a nivel causal, por
ejemplo, hacia el nivel físico, pasando por la conexión del nivel mental
al emocional y de este al etérico. En un caso, pude percibir un “nudo”
en el llamado cordón de plata en una terapia, quizás más como imagen
simbólica al verlo en la persona que otra cosa, pero literalmente
representaba un tapón enorme que causaba un flujo reducido de
información desde cuerpos superiores en toda regla. Y es que suelen
percibirse todo tipo de bloqueos en estos canales, desde implantes hasta
taponamientos energéticos varios, que quizás no obstaculizan el 100%
del flujo entre niveles y cuerpos, pero sí lo difuminan y distorsionan,
el equivalente a una tubería con óxido que contamina el agua que pasa
por ella además de tener taponamientos que reducen el flujo de la misma
que puede atravesar por las diferentes secciones.
Aprendiendo a discernir
Conociendo
este proceso, uno se pregunta, entonces, ¿como me puedo fiar de lo que
creo estar recibiendo de mi mismo? La cuestión es el entrenamiento en
las facultades de discernimiento, intuición, y la autobservación del
resultado final de aquello que uno ha recibido. Es un proceso largo y
que requiere de constancia el preparar la tubería en todos sus tramos
para que esté lo más limpia posible. Hay quien nace con esa facultad ya
desarrollada, y por eso tenemos canalizadores, médiums y personas que de
forma innata y natural, les es “fácil”, pero nadie está exento de
filtros porque nadie está libre de programación de una forma u otra, a
menos que hayas trabajado en tus esferas mentales, en tu esfera de
consciencia, en tus cuerpos sutiles, etc., lo suficiente para hacer una
limpieza profunda de todo aquello que, por programación y educación
recibida, convierten la conexión con otros niveles superiores en un
perfecto lugar para una posible distorsión de cualquier cosa comunicada.
Tengamos en cuenta, por otro lado, lo fácil que es hacer llegar a una
persona supuestos mensajes canalizados, usando la técnica de la
inducción mental remota, donde literalmente se emiten “mensajes” hacia
la esfera subliminal de alguien por parte de cualquier ente, antena o
satélite, y no hay forma de discernir si es una canalización real y
correcta o viene de la NSA, por decir algo. Huelga decir que miles de
libros canalizados de tremendo éxito provienen del uso de esta técnica
en personas con tuberías “adecuadas” pero sin dotes de discernimiento
y/o ganas de comprobar por otros medios lo que están recibiendo.
Una herramienta mas de nuestra caja de utensilios
En
todo caso, finalmente, la cuestión es que uno no tiene que tener miedo a
abrirse a conectar con uno mismo, con los otros componentes de aquello
que somos, y que nos hacen ser seres con tanto potencial, pero tampoco
podemos ser ciegos al hecho de que se nos ha manipulado para instalar la
creencia, primero, de que en general, esto no es posible, luego, para
distorsionar todo lo recibido en caso que lo creamos posible, y luego
para introducir desinformación aprovechando el potencial que tiene el
programa ego para manipular la superficie de la esfera de consciencia,
creando todo tipo de Yos y sub-personalidades que permiten hacernos
creer que estamos recibiendo algo de niveles de vete a saber de donde,
cuando es todo una simple imitación de nuestro propio programa de
control de la psique haciéndose pasar por algo de esos otros planos.
Los
niveles superiores en los que también existimos nunca dejarán de
intentar transmitirnos información hacia los planos más densos en los
que se mueve nuestra vida terrenal, a través de la intuición como
decíamos, u a través de otros múltiples canales, y, siendo conscientes
de los procesos existentes, aprendiendo a auto observar lo que pensamos,
sentimos y decimos, conociendo los mecanismos de distorsión y
manipulación, y desarrollando los canales de conexión lo suficiente,
incluso llegando a activar el octavo chakra, el centro intelectual
superior, que actúa como “discernidor” universal de todo aquello que es
percibido, uno podrá empezar a tener la certeza de que se puede conectar
con uno mismo desde la tríada inferior de la personalidad, hacia los
niveles superiores por derecho innato, y enchufarnos al repositorio de
información y sabiduría que tenemos ahí todos, esperando a ser usado,
para el bien del conjunto de aquello que somos, y para el bien mayor de
todos aquellos a los que podamos llegar a servir con ello.