LAS
SACERDOTISAS DRUIDAS
Las
mujeres celtas, que en
la historia, nos llevaron a numerosas
leyendas, y hasta fantásticas aventuras, dado que las mujeres sacerdotisas celtas, eran
muy respetadas, en esa comunidad, porque su rol más
importante era ser guerreras,
de alto rango, al igual
que los hombres, ejercían autoridad,
y eran capaces de dirigir ejércitos.
Por su valentía y coraje, estaban
al frente de los combates, y su arma ,
era el arco y la flecha,
eran expertas y su puntería era
exacta, pero llevaban una ventaja muy notable, al resto de los guerreros, y como dominaban de arte,
de conectarse, con su magia,
la utilizaban produciendo una alquimia
perfecta, en el momento de enfrentarse con sus enemigos.
Antes de
sus batallas, realizaban rituales, como Diosas en el arte de manipular las energías, también preparaban
sus flechas, con sustancias
venenosas, especiales, que se preparaban, con
distintas hierbas, que se
encontraban en los bosques.
Las
sacerdotisas druidas, conocían muy bien
que no solo se podía vivir de lo material, es por esto,
que se preparaban, en su
aspecto interior, con la conexión divina, y el respeto de la madre
naturaleza, esta preparación la realizaban
diariamente.
El
pueblo celta, confiaba plenamente, en sus
mujeres, eran la manifestación de la representación individualizada de la energía femenina.
Y como tal eran valoradas.
En la
sociedad celta, era la mujer,
era la madre, la hermana, y la sabia
anciana.
A las abuelas ancianas, se las consideraban, tan
llenas de sabiduría, y ya están se encargaban de realizar
los oráculos para cada situación.
Las ancianas sabias, formaban
un consejo de ancianas mayores, que
también eran consultadas y tomaban las decisiones políticas de la comunidad.
Las druidesas,
formaban, organizaciones de
sacerdotisas femeninas, donde eran formadas,
para ser juezas,
sacerdotisas, y druidesas.
Ser druidesa,
ya era una categoría, especial, llena de
títulos , con un conocimiento es varias
artes.
Cada druidesa alcanzaba, conocimientos
que eran considerados de jerarquías
dentro de la comunidad.
Muchas de las ancianas que conformaban el consejo
de ancianas mayores, eran druidesas.
Las
druidesas adoraban a las diosas y celebraban con fiestas los diferentes ciclos lunares y estaciones.
Las druidesas,
alcanzaban la videncia, mediante la conexión directa con
la naturaleza.
La
madre tierra, era el
santuario donde desarrollaban sus dones.
Las
Driadas eran las sacerdotisas celtas y protectoras de los Bosques Sagrados.
Los
druidas y las driadas eran considerados de la alta sociedad celta, tanto por
sus poderes mágicos como sabiduría.
En
la tradición celta, la existencia de mujeres druidas es explícita. Debe reconocerse que los druidas, como
representantes de los conceptos religiosos y filosofía precristiana, reconocían
la importancia del papel de las mujeres, así como el de la “Diosa Madre”
suprema, símbolo del Conocimiento y la Libertad, sostén moral de la sociedad.
Los celtas sabían que la vida material no podía separase de la vida espiritual
y cada hombre y mujer aprendían desde pequeños a vivir en armonía con la
Naturaleza. Toda una filosofía de vida se cultivaba desde el aprendizaje hasta
sus enseñanzas.
Las sacerdotisas celtas eran
un símbolo de haber
alcanzado la Maestría Espiritual.
Según
las cualidades o dones de cada persona se vinculaba mas con uno de los 5
Elementos y de esta manera cada quien se “especializaba” en la sabiduría de
dicho elemento y sus dones y cualidades. Cada persona interactuaba con las
cualidades del elemento de la naturaleza por quien y con quien sentía mas
afinidad y en este sentido estaban los poderes del Agua, del Fuego, del Aire,
de la Tierra y del Éter.
La
enseñanza de los antepasados se transmitía de viva voz y su escritura era muy
natural y creativa; se utilizaba el alfabeto Oghamico donde cada letra era
representada por la hoja de un árbol que se iban juntando para formar palabras,
frases y así escribían sus poesías los Bardos (hombre sabio celta que dedicaba
su vida al arte del canto, la música y la recitación).
Las
Driadas eran sacerdotisas de las diosas. Era natural a su naturaleza, que se
comunicaran con los Elementales del Fuego, de la Tierra, del Aire y del Agua. Y
cuando alguna de ellas se reconocía tocada por la Luz de la Diosa, dedicaba su
vida al sacerdocio.
Adehanna Maria Rosa R.
22-1-2020