Invitación a la Gran Comunión Planetaria
Unidos en el Corazón del Creador
Es aquí y es ahora, hermanos y hermanas, que estas palabras llegan a ustedes por Voluntad del Creador, impulsadas y sostenidas por la Hermandad Blanca de la Tierra, de la Galaxia y del Cosmos. Reciben en cada una de ellas tal emanación de bendición divina que vuestras almas, vuestros seres, sienten en estos momentos algo especial, un presente del Amor para ustedes. Permitid que este abrazo os inunde, sane y reconforte en la ternura de nuestro corazón.
Llegamos ahora ante vosotros para presentarnos en Unidad. En diferentes tiempos y lenguas se ha enseñado que Dios, el Creador, el Gran Espíritu, el Ser Supremo que ha sido nombrado de tantas formas, es UNO con su Creación. Todos sus hijos, vosotros y nosotros, estamos dentro de Él, unidos a cada ser de la Creación a través de la chispa, la presencia, el espíritu, el latido de su corazón que llevamos en nuestro interior, también nombrado de mil maneras a través de las edades.
¿Cómo os podemos explicar esto? ¿Cómo transmitiros que cuando un ser despierta y se Une al Creador, se hace UNO con su Creación? ¿Cómo deciros que estas palabras están siendo dichas al mismo tiempo por los grandes Seres Divinos que en distintas culturas y creencias son guías de la humanidad, y por todos aquellos que ya han quitado el velo de sus ojos y se reconocen en comunión con sus hermanos y hermanas? ¿Cómo haceros sentir en Unidad?
Os lo expresaremos así: los seres superiores que sirven al Gran Plan Divino estamos ya en la Unidad Eterna, por lo tanto, aquello que uno de nosotros afirma y realiza, también lo sentimos y sostenemos todos los demás. Es cierto que contamos con características y labores que nos identifican y conforman, mas, al expresar el sentimiento, el pensamiento, la decisión de nuestro Creador, nuestra manifestación es en Unidad. Para nosotros la Realidad es solo una, la del Amor; la Voluntad es solo una, la del Creador; la Luz es solo una, la Divina
Sentid como en Unidad estas palabras nacen de Jesuscristo, la Madre María, Lady Rowena, San Germain, Asthar Sheran, el Arcángel Miguel, Sanat Kumara, el Consejo Cósmico, la Junta Karmica, los Hermanos Mayores Confederados, Adama, Hilarión, Krión, el Logos Solar, la Maestra Kwan Yin, los Ángeles Divinos, el Maestro Tibetano, el Arcángel Metatrón, la Madre Divina… y todos aquellos seres que se han entregado y son expresión de la Voluntad Divina. En la verdad de nuestra Unión, al sentir, escuchar y recibir a uno de nosotros, estáis recibiendo a toda la Jerarquía Cósmica de Amor. Somos UNO, y podéis nombrarnos como lo sienta vuestro corazón, elevando vuestra mirada, palabra y anhelo, a todos nosotros que vivimos en Un Solo Ser.
Al comprender la verdad de la Unidad de la Creación en las dimensiones superiores, os dais cuenta que vuestra labor, vuestra misión, vuestra evolución es aprender a sentir, a vivir, a estar en Unidad, en Común Unidad con toda la Creación Divina. Para ello tenéis que ir más allá de las formas, más allá de las palabras, más allá de la apariencia, y sentir la Esencia Divina que hay en cada ser, en cada hermano y hermana, y en cada manifestación de vida del Creador. Es a esta Comunión con nuestro Creador, manifestada en la Comunión entre vosotros, que hemos venido a invitaros. En el Amor, Sabiduría y Voluntad de Dios se ha manifestado el tiempo en que vuestra humanidad dará un paso más en su evolución, un paso de tan enormes proporciones que para vosotros es un honor y, por lo tanto, una misión trascendental. Para decirlo con palabras vuestras: Es un "pequeño" paso para la humanidad, pero un gran paso para toda la Creación.
En vuestro aquí y ahora están presentes ya las condiciones para lograr esta tarea. En la historia de la Amada Tierra es la primera vez que puede hacerse realidad la Comunión de vuestros corazones a nivel planetario. La labor de muchos de ustedes, y de muchos otros que no son visibles, ha sembrado semillas de Amor y Sabiduría Divina en cada una de las naciones, estados y lugares habitados que conforman vuestra organización como sociedades. Y la tecnología de la que ahora disponéis os hace posible comunicaros y organizaros de forma tal que os permite llegar y unificaros en palabra, imagen y vibración a casi cualquier rincón de vuestro planeta.
Imaginad un día, e imaginad una hora de ese día, en que todas aquellas almas, todos aquellos seres, que anhelan la Unidad con el Creador y con su Creación, con sus hermanos y hermanas, participan en una Gran Oración-Meditación-Comunión, con el único propósito de manifestar su voluntad, por libre albedrío, de ser, sentir y vivir en un mismo corazón, en una misma vibración, en un mismo Amor, el Amor de Dios. ¿Podéis ver la grandeza de esa hora? ¿Podéis comprender como se elevará la frecuencia vibratoria de toda la Amada Tierra y los seres que la habitan? ¿Podéis sentir la indecible ternura que nacerá de vuestros corazones al estar de nuevo en Comunión con toda la Creación?
En la voluntad divina habéis realizado ya experiencias de oración-meditación a nivel planetario, en las cuales personas y grupos han coincidido en un día y hora. Esto ha sido un gran logro para la humanidad, y este logro os abre ya la posibilidad de uno mayor: la comunión a nivel planetario, y al mismo tiempo, en un mismo instante, de un gran número de almas, de seres, de todos los lugares, culturas y grupos que, de forma personal o colectiva, decidan participar en la más grande manifestación de hermandad que ha visto vuestra Amada Tierra. ¿Os dais cuenta de lo que esto significa? ¿Veis lo que puede lograr? ¿Sentís como sois llamados desde los más profundo de vuestro ser a realizarlo?
Para ello tenéis que trascender toda apariencia de separación, llámese lugar, cultura, lengua, religión, rol social y de más categorías con que os nombráis; tenéis que poneros de acuerdo y unificar vuestros esfuerzos para enfocarlos en esta tarea; tenéis que ser una sola voz, una sola palabra invitando a toda la humanidad, y a todos los seres que habitan nuestra Amada Tierra en todos sus Reinos, a participar de esta Gran Comunión Planetaria; solo así, en la realidad de vuestras acciones podéis manifestar la Unidad de vuestro corazón.
El día que la infinita sabiduría divina ha señalado para esta Gran Comunión Planetaria es el 24 de Junio de este trascendental año 2012, por razones que solo el Creador conoce a cabalidad. Y el momento señalado es las 12:OO horas, según lo que llamáis el Tiempo Universal Coordinado (UTC). Os damos el momento preciso de la tarea, para que vosotros os enfoquéis en lo más importante: su realización. ¿Os dais cuenta como buscamos vuestra unión? Si queréis verlo así, es igual a cuando un padre y una madre, anhelan ver a sus hijos conviviendo en armonía y en paz, y procuran evitarles aquellas pequeñas diferencias que pueden limitar su crecimiento, estableciendo desde su Amor y Sabiduría lo que genere el bien más elevado para todos.
Es verdad que para algunas zonas horarias, como las llamáis, este momento definido por la sabiduría eterna puede corresponder a la madrugada, o la hora de los alimentos, o al momento de trabajo; en la inmensidad de la Tierra el mismo instante puede representar experiencias muy diversas para cada ser. Mas, he ahí la encomienda, la decisión, la voluntad de estar en comunión con vuestros hermanos y hermanas, suspendiendo, si es necesario, el reposo, el alimento, el trabajo, y cualquier otra actividad acostumbrada por vosotros en el día o en la noche. Solo por una hora, es a lo que os invitamos, aunque bien sabemos que una infinidad de almas decidirán, en lo profundo de su corazón, mantener desde ese instante la Comunión con la Creación para toda la eternidad; así, esa pequeña hora se convertirá en la puerta por la que entrarán a la Unidad con nuestro Creador muchos de ustedes. Lo dicho, hermanos y hermanas, un gran paso para toda la Creación.
Esta es nuestra invitación, expresada por los Corazones Unificados de todos quienes habitamos las dimensiones de Amor y Luz Divina. Hacedla suya y llevadla a toda alma, a todo ser que sueña con una Tierra unida en el Amor de Dios, con una Tierra Nueva. Y os pedimos, que al difundir estas palabras recordéis sus tres pilares esenciales:
· Invitad a todas las almas que evolucionan en la Tierra, no solo las humanas, sino a la de los Reinos que conviven con ustedes. Nuestros hermanos y hermanas que ahora se expresan como minerales, como plantas, como animales, como elementales divinos, y como tantas y tantas formas con que la Infinita Voluntad Eterna a llenado su Creación. Usad para ello todos los medios a vuestro alcance, desde la meditación profunda hasta vuestros más avanzados sistemas de comunicación masiva, todos. Que la invitación llegue a los más posibles, a todos los grupos, a todas las culturas, a todas las creencias, y que sea el libre albedrío de cada Corriente de Vida la que decida su participación.
· Invitad a estar en unidad, en común unidad, en Comunión con el Creador y su Creación, solo a eso. Serán diversas, bellas todas en esencia, las formas, plegarias, ceremonias, meditaciones, lenguajes, invocaciones, experiencias con que cada persona y cada grupo decidirá participar y mantenerse en comunión con sus hermanos y hermanas de la Amada Tierra, con nosotros y con toda la Creación. La esencia de esta hora bendita es que estemos Unidos en el Amor de Dios, y para ello solo basta con desearlo y realizarlo desde vuestros corazones.
· Invitad a mantener esta comunión de forma permanente en cada corazón que participe en ella. Quedaos en comunión, manteneos día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, en cada instante, en comunión con vuestros hermanos y hermanos, con toda la Creación, con nuestro Creador. Esta hora bendita permitirá a toda aquella alma que así lo decida entrar a la frecuencia vibratoria a la que nombramos Unidad, y en la cual se siente el Infinito Latido del Corazón de Dios. Será vuestra voluntad seguir aquí.
Estos son los tres principios que sostienen esta invitación. Hacedla en el Amor de Dios y dejad que cada quien decida. Habrá quienes darán poca importancia a estas palabras que la Voluntad Divina pone en sus manos. No es preocupéis por ellos, tiempo llegará para otra oportunidad. Ocupaos más bien de hacer vosotros lo que os corresponde para que esta labor se haga realidad; y lo que os corresponde puede ser algo sencillo, o algo más complejo, toda colaboración es infinitamente valiosa, pues lo que realmente cuenta en la evolución de cada alma, de cada Ser, es que realice lo que le corresponde en el Gran Plan Divino, ni más ni menos.
En la medida de vuestras posibilidades llevad un registro de los lugares, las personas y los grupos que participarán en esta tarea a nivel planetario, para que podáis hacer consciente y comprender a nivel mental, lo que vais a sentir a nivel espiritual. Y tened en todo momento presente que quienes conformamos las bastas dimensiones de luz divina, estaremos en comunión con ustedes en la fecha y hora establecida. ¡Imaginad lo que esto significa! ¡Haremos realidad lo que durante tanto tiempo se ha anhelado y anunciado: la unión de los Cielos con la Tierra! ¡Enhora buena Amados hermanas y hermanos!
Lo que vais a sentir en ese momento será indescriptible, y vuestro ser querrá mantenerse en esta vibración de Unidad por siempre. Por ello os invitamos a realizar periódicamente esta Gran Comunión Planetaria, para fortalecer y expandir más y más este sentimiento en toda la Tierra. Para ello, os ofrecemos dos fechas más en las que os invitamos a manifestar nuestra Unión: 23 de septiembre y 23 de diciembre de este maravilloso año, también a las 12:OO horas UTC. Será vuestra voluntad y el anhelo de vuestro corazón quien determinará si lo hacéis realidad, y las fechas siguientes en que se continuará con esta labor han de surgir de vuestra Unidad. Siguiendo el ejemplo del padre y la madre amorosos, es necesario para vuestro crecimiento, para vuestra evolución, permitid que aprendáis a poneros de acuerdo como hermanos y hermanas que sois, y mostrar en vuestras actitudes y acciones que sois hijos de un mismo Creador.
Y tal vez os preguntáis la razón por la que en este mensaje no figura el nombre de quien lo ha recibido y hecho llegar a ustedes; si es así os pedimos ir un poco más allá y comprender que en la Sabiduría Divina lo importante es el propio mensaje, la vibración que lleva, la evolución a la que invita e impulsa. Aún nosotros somos solo puertas abiertas por las cuales el inmensurable Amor de Dios llega hasta ustedes, somos solo mensajeros, hermanos y hermanos vuestros que ahora tenemos la invaluable oportunidad de serviros. Esta es la razón por la que siempre se os ha pedido que no alabéis a quienes somos, a nuestra imagen, alabad solo a Uno, a Dios, a nuestro Creador, que mora en vuestro y en nuestro interior.
Mas, si fuese necesario decir el nombre de quien ha servido de mensajero en esta ocasión, decid que fue Juan, el joven que en una fabrica se esfuerza por llevar la comida a sus niños; y que fue Elena, la mujer que en silencio busca sanar sus heridas y estar en paz; y que fue Omar, quien con su alegría intenta que aquellos niños sonrían; y que fue Ana, la niña que hoy a orado para que su papás no discutan más; y que fue Don Roberto, quien abraza a sus nietos y les cuenta una historia, para que no llegue a sus oídos el ruido de la guerra; y que fue Esperanza, quien ha decidido meditar todos los días para ayudar a la humanidad; y que fuiste vosotros, quienes en algún momento de vuestra soledad anhelasteis sentiros unidos a Dios y soñasteis con esta invitación; decid que quien ha recibido y difunde este mensaje es toda la humanidad, pues en la realidad de la Unidad de toda la Creación esta es la Verdad.
Sea pues, la invitación esta hecha, y como en toda gran celebración os corresponde a cada uno decidir aceptarla, es su derecho; y es nuestro anhelo verlos aquí, con nosotros, Unidos en el Amor de Dios a todos y cada uno de nuestros hermanos y hermanas que habitan nuestra Amada Tierra. ¡Qué así sea, qué así sea, y cumplamos con la parte que nos corresponde!
¡Recibid nuestro dulce y cálido corazón!
Hermandad Blanca de la Tierra, de la Galaxia y del Cosmos.