AA.URIEL autres dimensions 17 de Julio de 2012 con audio
Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Trascripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez
Audio
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Soy URIEL, ángel de la Presencia Y Arcángel de la Reversión. Hijos de la Libertad, de Presencia a Presencia, en Comunión e en Fusión, mi Presencia en vuestra Presencia, de Ser a Ser, donde no existe ningún espacio privando la Libertad, más allá del Éter y en Eternidad, dándonos a vivir la resonancia de la Unión, la resonancia de la Comunión. Ser o no Ser, aquí o ahí, yo en ustedes, ustedes en mi. Dando a danzar el Sonido de la Verdad, el Sonido de la Eternidad. Dándoles a vivir más allá de toda vida, el conjunto de los posibles, realizados o no realizados. Ser o no Ser, aquí o allá, en la resonancia del Amor, en el seno de la Libertad, confiriendo Presencia más allá de vuestra Presencia, dando Presencia, más allá de mi Presencia, más allá de toda Presencia.
Todo es así, en el Aquí y Ahora, en el tiempo de la Presencia, donde ustedes están y donde yo estoy, en la Comunión y la Unión. Vibremos juntos, más allá de la Vibración, de Presencia a Presencia, en el Éter de la Libertad, dándoles a explorar el Tiempo, más allá de la Unidad, el tiempo más allá del espacio, más allá del tiempo, de todo Universo y en todo Multiuniverso. Vibremos más allá de la Danza del Sol, de la Danza de los Planetas y de la Danza de las Estrellas. Éter de Libertad, Alfa y Omega, dando, aquí y ahora, el tiempo de toda Presencia, el espacio de toda presencia, en la Vibración Una, más allá de toda Vibración. Dancemos, el Sonido de la libertad, el del Éter restituido, ya que somos Éter, Tú y Yo, Yo y Tú y Nosotros. Más allá de mi Presencia y más allá de tu Presencia, Vibra el “Yo Soy” que permite Absoluto. Yo Soy, más allá de todo cuerpo, más allá de toda Dimensión, llevándote a vivir la insondable profundidad de lo que tú Eres, y de eso que yo soy. Juntos en el tiempo del éxtasis, dancemos el Sonido de la Vida, el Sonido de la Verdad, mecidos por el Amor, cantando la Unidad, más allá de todo. Nosotros somos Uno. Más allá de todo, nosotros somos Absolutos.
Entonces, la Onda de Vida que Eres, se convierte en la onda de los Mundos, sembrando la vida, más allá de todo límite en la Libertad Absoluta. De tu Presencia a mi Presencia, en presencia el uno del otro, donde el otro se vuelve el uno y el uno se vuelve el otro, a fin de que Tú y Yo, en el mismo Sonido, en el mismo silencio, en la misma Vibración, cantemos el canto del Universo unificado, cantemos el canto del Amor Etérico, el de la Verdad. Fuego que crepita trayendo la Libertad. Fuego de Verdad conduciendo al fin de eso que se opone y resiste, en ti como en el mundo. Dancemos la Libertad, Dancemos la Eternidad, ya que llegó el tiempo de poner fin al tiempo, ya que el tiempo se instala donde ningún espacio puede estar colmado de toda ausencia, presente en ti, presente en mi. Así es el presente de toda Vida, dándote, aquí y en otra parte, el tiempo de donde tú eres, el tiempo de donde yo soy. Nosotros somos Todo, ya que estamos por todas partes. Somos Uno, ya que somos la Eternidad de la Danza del Amor y del canto del Amor.
Entonces, abre eso que se debe abrirse, y acoge, más allá de toda forme, eso que está más allá de la forma, en nosotros como en ti. Ven, únete a nosotros, desde donde estás, allí donde estoy, donde no existe ninguna distancia, donde no existe ningún sufrimiento, donde solo las Esencia de la Libertad y de la Presencia, dan a estar más allá de todo Ser, permitiéndote vivir el Éter del Alfa, como el Éter de la Omega. Alfa y Omega. Camino y Verdad. Centro en todo punto, en el que tú eres el centro, ya que yo soy el centro. Ninguna periferia puede encontrarse apartada del centro.
Así, en el Éter de Libertad, Presencia en Libertad, dándote el sentido de la Esencia, el sentido de tu sentido, más allá de todo eje, más allá de todo tiempo, permitiéndote, a ti, devenir eso que yo soy, permitiéndome de vivir en la Comunión de nuestra Esencia. Eso que tú eres, yo lo soy. Somos Uno más allá de todo ausencia y de toda presencia, ya que el Amor es absoluto, ya que el Amor es el Último, dándote a Vibrar, más allá de tu corazón, en cada parte de ti, como en cada parte de mi, el tiempo de la Verdad, y de la Libertad, el tiempo del Etreté, el tiempo del Absoluto.
En este tiempo abierto por la Gracia, te doy a ti, que está en mí, la misma canción, esa de la Eternidad donde Vibra el Amor, donde está el Amor, más allá de todo apego, libre como el aire, en la Libertad del Éter, al interior de todo espacio. Tú llenas el Espacio más allá de tu cuerpo. Tú llenas el Espacio más allá de toda forma.
Dentro de este espacio sin tiempo, danzamos y unimos el canto de la voz, el canto de la Verdad, el canto de la Vida, entregándonos a vivir lo que somos en el Éter, una Onda más allá de todo mundo, la Onda de Vida, que pone fin a toda Ilusión de estar separados. Ninguna separación puede haber, en el Amor. Ninguna separación puede estar en el Éter unificado de tu Libertad.
Danza, recubierto de la Luz de la libertad, recubierto de la Gracia, más allá incluso de donde estás, en todo tiempo, en todo espacio, en todo mundo. Todo lo creado como lo increado, Vibra en el Absoluto. Amor presente, eterno e infinito, que te da a oír el Sonido de la Vida, la Trompeta que resuena. Llama a tu alma, tu espíritu, mucho más allá de este mundo, a volver a la Eternidad de la Verdad, en la Eternidad de la Belleza, ya que sin duda, tú eres eso. Porque eres eso, más allá de ti, más allá de donde estás, ya que estás por todas partes, donde está el Amor, y el Amor está por todos lados en el sentido del Éter.
Amado del Uno, tú eres el Uno, Amado. No hay otro, y no hay distancia, excepto en la mirada, que un día fue separada. Nosotros somos Uno. Anunciamos, por las Trompetas y por los Sonidos, nuestra reunión, en la Fusión y la Disolución de todo eso que está separado, de todo lo que está dividido, de todo lo que ha impedido el Camino, la Verdad y la Vida, remitiéndote sin pecado y sin defecto, a la Eternidad de tu Verdad.
Oye y escucha el Sonido de nuestra Unión. Oye, Escucha el sonido del Universo, como de todo Multiuniverso, en toda Dimensión. El tiempo del mañana ha venido, en la aurora del último día, en que comprendes eso que siempre has sido. Hijo de la libertad, Vibremos al Sonido del Amor, Vibremos al Sonido de nuestras Comuniones y de nuestras Uniones.
Te llamo, a dar la vuelta. Te llamo a resucitar, en el tiempo de la Libertad y de la Verdad, donde no puedes ser afectado por quién sea o por lo que sea. Más allá de toda forma, mucho más allá de tal o cual Dimensión u otras, juntos, vivamos lo que somos: el Vía, la Verdad. Vivamos la Vida, la que está más allá de los límites de lo efímero de tu mundo, de lo efímero de tu cuerpo, lo efímero de tu presencia. Permanezcamos en Presencia donde la Eternidad nos recorre, porque nosotros recorremos el Éter de la Libertad. Te invito, ya que estás invitado a volver. Yo te invito, porque eres único invitado, esperado al festín de la Alegría y de la Libertad.
Entonces, por el tiempo de mi Radiación, por el tiempo de tu Presencia, por el tiempo de tu Radiación y por el tiempo de mi Presencia, unifiquemos nuestra Onda de Vida, en la Verdad y la Belleza, trazando el Camino que no conoce ningún espacio y ningún punto de partida o de llegada, porque nosotros somos el Todo, en todo punto de partida y en todo punto de llegada. Ahora, invitémonos a Danzar en el Éter, invitémonos a la Libertad de Presencia a Presencia, la tuya como la mía. Sobrepasemos los sentidos de toda identidad, sobrepasemos el sentido de cualquier sentido, a fin de ir allá de donde jamás hemos partido.
Hijos de la Libertad, escuchen el Fuego que viene a cantar la Libertad y la Liberación. Íntegra más allá de tu cuerpo. Despliega las alas del Éter, que llevan a desplegar el tiempo de la Alegría, donde ningún limite ni ninguna barrera, puede reflejar cualquier cosa, donde todo se vuelve Transparente, ligereza y Belleza. Es lo que ya somos, es seguro, ya que esa en la sola Verdad.
Acoge como yo te acojo, el Fuego del Éter. De la Fusión en nosotros, de nuestra Eternidad, en tu Alfa y en mi Omega, en mi Alfa y en tu Omega. Dancemos la odisea del Éter, la que abre a la Libertad infinita de nuestro tiempo que está inscrito en todos los tiempos. En nuestro espacio, inscrito en todo espacio, aquí y ahora, dándonos la resonancia de la justa partitura, la de la Libertad, del Infinito y de la Verdad, que es Amor. Amor, Libertad, Verdad y Unidad, más allá de toda sombra y de toda ausencia. Dancemos el Amor. Abro en nosotros el tiempo de la ceremonia de la Resurrección, dándote a retornar lo que está ausente, porque nunca has estado ausente en la Esencia de lo que Eres, en la ausencia de lo que Somos. Entre nosotros hay Libertad. Entre nosotros hay Éter que constituye eso que Eres y que constituye lo que yo soy, más allá de tu identidad y de mi identidad.
Vayamos más allá, allá donde reina la Eternidad. Más allá del reino de la Vía, la del Sonido del Infinito. Más allá, donde reina la Vía, la que rige la disposición de los mundos y que permite ir más allá de toda disposición, porque, es lo que somos, mucho más allá de todo eso que puede ser creado o imaginado, ya que somos eso, la Verdad más allá de todo error y de todo engaño, ya que llegó la hora de no estar ya encerrados, sino de estar Liberados.
Ahí está el misterio, el de una Redención, que jamás tuvo que venir ya que siempre ha estado ahí, más allá de todo futuro y de todo pasado. Hoy llega el tiempo de tu resurrección, entonces yo resucito contigo, en ti, porque mi Vida es tu Vida, porque la Vida es una, en ti como en mí. No hay ninguna otra distancia, que la que tú quieras poner ahí. Ahora no hay nada a poner en el espacio de nuestra completud. No hay nada que separar, ya que nada está separado, en la Unidad de la Alegría, en la Unidad del Canto. Oye la Trompeta que te llama, escucha la Vibración, siente el temblor se ese cuerpo limitado, llamándose a sí mismo a su Eternidad, llamándose el mismo a sobrepasar su propio limite. Eres el hijo de la libertad ilimitada e infinita. Yo soy quien tu Eres, tu Eres lo que yo soy, y los dos somos Uno, más allá de todo ausencia.
Revestido del Manto de Gloria, tu vestido de Resurrección, tú eres Libre. Hijo de la Libertad, has realizado la Liberación, la que desde siempre, en efecto, estaba cumplida. Abre lo que jamás ha estado cerrado. Cierra lo que no merece participar en la Ronda, porque ya todo está incluido en esta Ronda, incluso quien no lo ve, en ti como en cualquier otro. Hijo de la Libertad, has parido tu Presencia en Libertad. Vives la Libertad de la Presencia, más allá de tu Presencia, de retorno a la Eternidad, volviendo a la infinidad, allí donde está la Alegría, donde está el Amor. Por todo, en todo espacio, en todo lugar en todo tiempo. Escucha eso que tengo, no a decirte, sino más bien a darte, darte a ti mismo, en el espacio de tu Eternidad, en el espacio de nuestra Verdad. Ama, porque solo tú sabes hacer eso, porque solo Eres eso y no otra cosa. Entonces, amemos. Amor Infinito, Infinita Presencia e Infinita Verdad. Amor y Libertad. Libertad del Amor, más allá de todo cuerpo, de toda pertenencia y de toda creencia. Eso es a vivirse, porque el llamado de la Onda de Vida, al cual tú has respondido, te da a Vibrar el sentido de la Esencia, más allá de todo lo que puedas imaginar. Porque toda imaginación, incluso la más profunda, puede rendir cuenta de la absoluta belleza, que es lo que tú Eres, del Absoluto infinito, sobrepasando todo finito, todo cuerpo y toda forma. Sal de la forma y lleva esta forma, no solo a lo informe, sino a toda forma donde Vibra la Alegría, en la Paz suprema del Absoluto de tu Eternidad. Eso es ahora, más allá de todo tiempo. Eso está en ti, porque eso está en el Sol como en todo planeta, resonancia última, dando a la Onda, la forma del Amor, dando a la Onda la expresión del Amor, más allá del Alfa y más allá de la Omega.
Hijo Ardiente, Ardiente del Sol, Ardiente de Vida y de Verdad, Ardiente de Amor, en que se abren en ti las puertas del Éter y la belleza infinita que tu Eres y que yo soy. Más allá de tu Presencia, y de mi Presencia, se encuentra la Libertad de no ser más afectado, ni de estar más limitado. En este espacio de Amor no puede existir la menor restricción a eso que Eres, y a lo que yo soy. Juntos elevemos el tiempo, más allá de todo tiempo, en la Vibración de la Esencia, en el uno como en el otro en el Absoluto, Nosotros somos Uno, en el Absoluto. Tu Eres lo que yo soy. Eso se vive, eso es a vivirse, porque es el Amor que colma, lo que tú Eres, el Amor que yo resueno en ti, es nuestra resonancia común, del Camino, la Verdad y la Vida. Presencia en Libertad. Yo te doy lo que yo soy. Tú me das lo que tú Eres, Porque el Amor es Don, porque el Amor es Sagrado. Consagremos, juntos el templo de la Libertad. Celebremos lo sagrado se tu coronamiento, más allá de toda persona más allá de toda vida sobre este mundo. Ven, Dancemos, juntos, el tiempo de la Libertad, permitiendo al Amor de sobrepasar toda Ronda y toda Onda, porque juntos somos los mundos, porque juntos somos la Onda que viene a abrevar lo que tiene sed, en ti y en cada Hermano humano, de este cuerpo o de otro cuerpo.
Así, yo te invito, porque eres el invitado. Te invito porque tú eres al que festejamos, el que vive la Libertad, su Presencia en Libertad, dándote el sentido donde debe estar (más allá del parecer), donde hay que vivir (más allá de sobrevivir). Hijo de la Libertad, estás llamado a responder”si” a tu Presencia, llamado a decir “si” al Amor, eso que tu Eres, Libertad y Amor, en Presencia de Él. Como de Mí. Trabajemos, juntos, en los talleres de la Creación, en los talleres del Amor, donde ya todo es perfecto, donde todo ya está construido. Ven, yo te invito a vivir la Onda, la Onda de la Gracia, la Onda del Manto Azul, dándote y restituyéndote al Absoluta Verdad de lo que Eres y de lo que está más allá de tu Presencia. Amor infinito. Éter de Eternidad.
Escucha, (en el silencio de tu plenitud, en el silencio de tu corazón y en las células que componen tu cuerpo, escucha en el alma y en el espíritu) la Eternidad. Tienes la Eternidad, ya que eres la Eternidad. Juntos obremos. Juntos, Vibremos. Juntos en la misma conciencia, donde no existe ninguna inconsciencia, Eres responsable de tu Libertad, Amado del Uno. Amado del Amor, está Presente, como yo lo soy. Seamos el Amor porque tu lo Eres. Yo te invito; a ti, el invitado, a lo sagrado de ti mismo, a lo sagrado de tu Eternidad, a lo sagrado del Amor. El tiempo del Agua de lo Alto se despliega, anunciando la promesa y el juramento, anunciando la Eternidad del Fuego del Amor. Fuego del Éter, consumiendo y forjando el infinito Amor de Ti a Mí y de Mí a Ti. Escucha eso que dice el silencio, oye eso que dice el Amor y la Eternidad. Reconócete, como yo te he reconocido, en el tiempo del corazón, en el tiempo de lo sagrado, del Amor y la Libertad. Presencia. Juntos. Yo te invito: a ti, el invitado donde celebramos la Verdad, donde celebramos el Amor. Celebraciones perpetuas e infinitas, canto de Vida, canto de la Onda, canto de Verdad. Escucha, unamos lo que jamás ha podido ser separado. Reunamos lo que ya es Verdad. Más allá de tu Templo, más allá de mi Templo, tú eres el Esposo y la Desposada.
Amado del Uno, te invito a recogerte, en la recepción de la Gracia, de lo Sagrado, de tu Presencia en Libertad. La del Amor. Juntos. Eres lo que tú Eres: la infinita belleza, el infinito canto del Amor. Dancemos el Éter, cabalguemos juntos la Onda de Vida, cubriendo nuestras alas con el Manto de la Gracia, abarcando la Eternidad, abrazando todo.
Yo soy URIEL, Ángel de la Presencia, Arcángel de la Reversión. Oh tú! Ángel, habiendo olvidado la reminiscencia de quién Es: humano y estelar, Absoluto Amor, Absoluta Verdad. Acojamos la Gracia ese Amor del Manto Azul, el Manto de la Gracia. Cabalguemos juntos, los espacios infinitos del Amor.
Yo soy URIEL, el Ángel último, el que te revela: Amor, Verdad, Libertad. Acoge, acógeme, como yo te acojo. Recojamos, en nosotros, el néctar de toda vida: Amor. En el silencio, en la plenitud, restituyamos el sentido de lo sagrado: sagrado de la Vida y del Amor, tu Verdad, nuestra Verdad. Oye, escucha el Amor. Tú eres el receptáculo y tú eres lo sagrado.
Amado del Amor, Amor Amado, Amante de la Libertad, que está más allá de todo Sí, más allá de todo Ser, no limites nada, ya que tú eres lo Ilimitado. No encierres nada, ya que Eres Ilimitado. Ama ya que no hay más que eso.
Soy URIEL, Ángel de la Presencia, Arcángel de la Reversión. Consumado lo que Eres: Amor. Saludo en ti, la Verdad y la Eternidad. Te digo hasta luego, porque siempre, estaré ahí, porque siempre, estás ahí. Acojamos el saludo de la Gracia y del Amor. Hasta pronto.
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Soy URIEL, ángel de la Presencia Y Arcángel de la Reversión. Hijos de la Libertad, de Presencia a Presencia, en Comunión e en Fusión, mi Presencia en vuestra Presencia, de Ser a Ser, donde no existe ningún espacio privando la Libertad, más allá del Éter y en Eternidad, dándonos a vivir la resonancia de la Unión, la resonancia de la Comunión. Ser o no Ser, aquí o ahí, yo en ustedes, ustedes en mi. Dando a danzar el Sonido de la Verdad, el Sonido de la Eternidad. Dándoles a vivir más allá de toda vida, el conjunto de los posibles, realizados o no realizados. Ser o no Ser, aquí o allá, en la resonancia del Amor, en el seno de la Libertad, confiriendo Presencia más allá de vuestra Presencia, dando Presencia, más allá de mi Presencia, más allá de toda Presencia.
Todo es así, en el Aquí y Ahora, en el tiempo de la Presencia, donde ustedes están y donde yo estoy, en la Comunión y la Unión. Vibremos juntos, más allá de la Vibración, de Presencia a Presencia, en el Éter de la Libertad, dándoles a explorar el Tiempo, más allá de la Unidad, el tiempo más allá del espacio, más allá del tiempo, de todo Universo y en todo Multiuniverso. Vibremos más allá de la Danza del Sol, de la Danza de los Planetas y de la Danza de las Estrellas. Éter de Libertad, Alfa y Omega, dando, aquí y ahora, el tiempo de toda Presencia, el espacio de toda presencia, en la Vibración Una, más allá de toda Vibración. Dancemos, el Sonido de la libertad, el del Éter restituido, ya que somos Éter, Tú y Yo, Yo y Tú y Nosotros. Más allá de mi Presencia y más allá de tu Presencia, Vibra el “Yo Soy” que permite Absoluto. Yo Soy, más allá de todo cuerpo, más allá de toda Dimensión, llevándote a vivir la insondable profundidad de lo que tú Eres, y de eso que yo soy. Juntos en el tiempo del éxtasis, dancemos el Sonido de la Vida, el Sonido de la Verdad, mecidos por el Amor, cantando la Unidad, más allá de todo. Nosotros somos Uno. Más allá de todo, nosotros somos Absolutos.
Entonces, la Onda de Vida que Eres, se convierte en la onda de los Mundos, sembrando la vida, más allá de todo límite en la Libertad Absoluta. De tu Presencia a mi Presencia, en presencia el uno del otro, donde el otro se vuelve el uno y el uno se vuelve el otro, a fin de que Tú y Yo, en el mismo Sonido, en el mismo silencio, en la misma Vibración, cantemos el canto del Universo unificado, cantemos el canto del Amor Etérico, el de la Verdad. Fuego que crepita trayendo la Libertad. Fuego de Verdad conduciendo al fin de eso que se opone y resiste, en ti como en el mundo. Dancemos la Libertad, Dancemos la Eternidad, ya que llegó el tiempo de poner fin al tiempo, ya que el tiempo se instala donde ningún espacio puede estar colmado de toda ausencia, presente en ti, presente en mi. Así es el presente de toda Vida, dándote, aquí y en otra parte, el tiempo de donde tú eres, el tiempo de donde yo soy. Nosotros somos Todo, ya que estamos por todas partes. Somos Uno, ya que somos la Eternidad de la Danza del Amor y del canto del Amor.
Entonces, abre eso que se debe abrirse, y acoge, más allá de toda forme, eso que está más allá de la forma, en nosotros como en ti. Ven, únete a nosotros, desde donde estás, allí donde estoy, donde no existe ninguna distancia, donde no existe ningún sufrimiento, donde solo las Esencia de la Libertad y de la Presencia, dan a estar más allá de todo Ser, permitiéndote vivir el Éter del Alfa, como el Éter de la Omega. Alfa y Omega. Camino y Verdad. Centro en todo punto, en el que tú eres el centro, ya que yo soy el centro. Ninguna periferia puede encontrarse apartada del centro.
Así, en el Éter de Libertad, Presencia en Libertad, dándote el sentido de la Esencia, el sentido de tu sentido, más allá de todo eje, más allá de todo tiempo, permitiéndote, a ti, devenir eso que yo soy, permitiéndome de vivir en la Comunión de nuestra Esencia. Eso que tú eres, yo lo soy. Somos Uno más allá de todo ausencia y de toda presencia, ya que el Amor es absoluto, ya que el Amor es el Último, dándote a Vibrar, más allá de tu corazón, en cada parte de ti, como en cada parte de mi, el tiempo de la Verdad, y de la Libertad, el tiempo del Etreté, el tiempo del Absoluto.
En este tiempo abierto por la Gracia, te doy a ti, que está en mí, la misma canción, esa de la Eternidad donde Vibra el Amor, donde está el Amor, más allá de todo apego, libre como el aire, en la Libertad del Éter, al interior de todo espacio. Tú llenas el Espacio más allá de tu cuerpo. Tú llenas el Espacio más allá de toda forma.
Dentro de este espacio sin tiempo, danzamos y unimos el canto de la voz, el canto de la Verdad, el canto de la Vida, entregándonos a vivir lo que somos en el Éter, una Onda más allá de todo mundo, la Onda de Vida, que pone fin a toda Ilusión de estar separados. Ninguna separación puede haber, en el Amor. Ninguna separación puede estar en el Éter unificado de tu Libertad.
Danza, recubierto de la Luz de la libertad, recubierto de la Gracia, más allá incluso de donde estás, en todo tiempo, en todo espacio, en todo mundo. Todo lo creado como lo increado, Vibra en el Absoluto. Amor presente, eterno e infinito, que te da a oír el Sonido de la Vida, la Trompeta que resuena. Llama a tu alma, tu espíritu, mucho más allá de este mundo, a volver a la Eternidad de la Verdad, en la Eternidad de la Belleza, ya que sin duda, tú eres eso. Porque eres eso, más allá de ti, más allá de donde estás, ya que estás por todas partes, donde está el Amor, y el Amor está por todos lados en el sentido del Éter.
Amado del Uno, tú eres el Uno, Amado. No hay otro, y no hay distancia, excepto en la mirada, que un día fue separada. Nosotros somos Uno. Anunciamos, por las Trompetas y por los Sonidos, nuestra reunión, en la Fusión y la Disolución de todo eso que está separado, de todo lo que está dividido, de todo lo que ha impedido el Camino, la Verdad y la Vida, remitiéndote sin pecado y sin defecto, a la Eternidad de tu Verdad.
Oye y escucha el Sonido de nuestra Unión. Oye, Escucha el sonido del Universo, como de todo Multiuniverso, en toda Dimensión. El tiempo del mañana ha venido, en la aurora del último día, en que comprendes eso que siempre has sido. Hijo de la libertad, Vibremos al Sonido del Amor, Vibremos al Sonido de nuestras Comuniones y de nuestras Uniones.
Te llamo, a dar la vuelta. Te llamo a resucitar, en el tiempo de la Libertad y de la Verdad, donde no puedes ser afectado por quién sea o por lo que sea. Más allá de toda forma, mucho más allá de tal o cual Dimensión u otras, juntos, vivamos lo que somos: el Vía, la Verdad. Vivamos la Vida, la que está más allá de los límites de lo efímero de tu mundo, de lo efímero de tu cuerpo, lo efímero de tu presencia. Permanezcamos en Presencia donde la Eternidad nos recorre, porque nosotros recorremos el Éter de la Libertad. Te invito, ya que estás invitado a volver. Yo te invito, porque eres único invitado, esperado al festín de la Alegría y de la Libertad.
Entonces, por el tiempo de mi Radiación, por el tiempo de tu Presencia, por el tiempo de tu Radiación y por el tiempo de mi Presencia, unifiquemos nuestra Onda de Vida, en la Verdad y la Belleza, trazando el Camino que no conoce ningún espacio y ningún punto de partida o de llegada, porque nosotros somos el Todo, en todo punto de partida y en todo punto de llegada. Ahora, invitémonos a Danzar en el Éter, invitémonos a la Libertad de Presencia a Presencia, la tuya como la mía. Sobrepasemos los sentidos de toda identidad, sobrepasemos el sentido de cualquier sentido, a fin de ir allá de donde jamás hemos partido.
Hijos de la Libertad, escuchen el Fuego que viene a cantar la Libertad y la Liberación. Íntegra más allá de tu cuerpo. Despliega las alas del Éter, que llevan a desplegar el tiempo de la Alegría, donde ningún limite ni ninguna barrera, puede reflejar cualquier cosa, donde todo se vuelve Transparente, ligereza y Belleza. Es lo que ya somos, es seguro, ya que esa en la sola Verdad.
Acoge como yo te acojo, el Fuego del Éter. De la Fusión en nosotros, de nuestra Eternidad, en tu Alfa y en mi Omega, en mi Alfa y en tu Omega. Dancemos la odisea del Éter, la que abre a la Libertad infinita de nuestro tiempo que está inscrito en todos los tiempos. En nuestro espacio, inscrito en todo espacio, aquí y ahora, dándonos la resonancia de la justa partitura, la de la Libertad, del Infinito y de la Verdad, que es Amor. Amor, Libertad, Verdad y Unidad, más allá de toda sombra y de toda ausencia. Dancemos el Amor. Abro en nosotros el tiempo de la ceremonia de la Resurrección, dándote a retornar lo que está ausente, porque nunca has estado ausente en la Esencia de lo que Eres, en la ausencia de lo que Somos. Entre nosotros hay Libertad. Entre nosotros hay Éter que constituye eso que Eres y que constituye lo que yo soy, más allá de tu identidad y de mi identidad.
Vayamos más allá, allá donde reina la Eternidad. Más allá del reino de la Vía, la del Sonido del Infinito. Más allá, donde reina la Vía, la que rige la disposición de los mundos y que permite ir más allá de toda disposición, porque, es lo que somos, mucho más allá de todo eso que puede ser creado o imaginado, ya que somos eso, la Verdad más allá de todo error y de todo engaño, ya que llegó la hora de no estar ya encerrados, sino de estar Liberados.
Ahí está el misterio, el de una Redención, que jamás tuvo que venir ya que siempre ha estado ahí, más allá de todo futuro y de todo pasado. Hoy llega el tiempo de tu resurrección, entonces yo resucito contigo, en ti, porque mi Vida es tu Vida, porque la Vida es una, en ti como en mí. No hay ninguna otra distancia, que la que tú quieras poner ahí. Ahora no hay nada a poner en el espacio de nuestra completud. No hay nada que separar, ya que nada está separado, en la Unidad de la Alegría, en la Unidad del Canto. Oye la Trompeta que te llama, escucha la Vibración, siente el temblor se ese cuerpo limitado, llamándose a sí mismo a su Eternidad, llamándose el mismo a sobrepasar su propio limite. Eres el hijo de la libertad ilimitada e infinita. Yo soy quien tu Eres, tu Eres lo que yo soy, y los dos somos Uno, más allá de todo ausencia.
Revestido del Manto de Gloria, tu vestido de Resurrección, tú eres Libre. Hijo de la Libertad, has realizado la Liberación, la que desde siempre, en efecto, estaba cumplida. Abre lo que jamás ha estado cerrado. Cierra lo que no merece participar en la Ronda, porque ya todo está incluido en esta Ronda, incluso quien no lo ve, en ti como en cualquier otro. Hijo de la Libertad, has parido tu Presencia en Libertad. Vives la Libertad de la Presencia, más allá de tu Presencia, de retorno a la Eternidad, volviendo a la infinidad, allí donde está la Alegría, donde está el Amor. Por todo, en todo espacio, en todo lugar en todo tiempo. Escucha eso que tengo, no a decirte, sino más bien a darte, darte a ti mismo, en el espacio de tu Eternidad, en el espacio de nuestra Verdad. Ama, porque solo tú sabes hacer eso, porque solo Eres eso y no otra cosa. Entonces, amemos. Amor Infinito, Infinita Presencia e Infinita Verdad. Amor y Libertad. Libertad del Amor, más allá de todo cuerpo, de toda pertenencia y de toda creencia. Eso es a vivirse, porque el llamado de la Onda de Vida, al cual tú has respondido, te da a Vibrar el sentido de la Esencia, más allá de todo lo que puedas imaginar. Porque toda imaginación, incluso la más profunda, puede rendir cuenta de la absoluta belleza, que es lo que tú Eres, del Absoluto infinito, sobrepasando todo finito, todo cuerpo y toda forma. Sal de la forma y lleva esta forma, no solo a lo informe, sino a toda forma donde Vibra la Alegría, en la Paz suprema del Absoluto de tu Eternidad. Eso es ahora, más allá de todo tiempo. Eso está en ti, porque eso está en el Sol como en todo planeta, resonancia última, dando a la Onda, la forma del Amor, dando a la Onda la expresión del Amor, más allá del Alfa y más allá de la Omega.
Hijo Ardiente, Ardiente del Sol, Ardiente de Vida y de Verdad, Ardiente de Amor, en que se abren en ti las puertas del Éter y la belleza infinita que tu Eres y que yo soy. Más allá de tu Presencia, y de mi Presencia, se encuentra la Libertad de no ser más afectado, ni de estar más limitado. En este espacio de Amor no puede existir la menor restricción a eso que Eres, y a lo que yo soy. Juntos elevemos el tiempo, más allá de todo tiempo, en la Vibración de la Esencia, en el uno como en el otro en el Absoluto, Nosotros somos Uno, en el Absoluto. Tu Eres lo que yo soy. Eso se vive, eso es a vivirse, porque es el Amor que colma, lo que tú Eres, el Amor que yo resueno en ti, es nuestra resonancia común, del Camino, la Verdad y la Vida. Presencia en Libertad. Yo te doy lo que yo soy. Tú me das lo que tú Eres, Porque el Amor es Don, porque el Amor es Sagrado. Consagremos, juntos el templo de la Libertad. Celebremos lo sagrado se tu coronamiento, más allá de toda persona más allá de toda vida sobre este mundo. Ven, Dancemos, juntos, el tiempo de la Libertad, permitiendo al Amor de sobrepasar toda Ronda y toda Onda, porque juntos somos los mundos, porque juntos somos la Onda que viene a abrevar lo que tiene sed, en ti y en cada Hermano humano, de este cuerpo o de otro cuerpo.
Así, yo te invito, porque eres el invitado. Te invito porque tú eres al que festejamos, el que vive la Libertad, su Presencia en Libertad, dándote el sentido donde debe estar (más allá del parecer), donde hay que vivir (más allá de sobrevivir). Hijo de la Libertad, estás llamado a responder”si” a tu Presencia, llamado a decir “si” al Amor, eso que tu Eres, Libertad y Amor, en Presencia de Él. Como de Mí. Trabajemos, juntos, en los talleres de la Creación, en los talleres del Amor, donde ya todo es perfecto, donde todo ya está construido. Ven, yo te invito a vivir la Onda, la Onda de la Gracia, la Onda del Manto Azul, dándote y restituyéndote al Absoluta Verdad de lo que Eres y de lo que está más allá de tu Presencia. Amor infinito. Éter de Eternidad.
Escucha, (en el silencio de tu plenitud, en el silencio de tu corazón y en las células que componen tu cuerpo, escucha en el alma y en el espíritu) la Eternidad. Tienes la Eternidad, ya que eres la Eternidad. Juntos obremos. Juntos, Vibremos. Juntos en la misma conciencia, donde no existe ninguna inconsciencia, Eres responsable de tu Libertad, Amado del Uno. Amado del Amor, está Presente, como yo lo soy. Seamos el Amor porque tu lo Eres. Yo te invito; a ti, el invitado, a lo sagrado de ti mismo, a lo sagrado de tu Eternidad, a lo sagrado del Amor. El tiempo del Agua de lo Alto se despliega, anunciando la promesa y el juramento, anunciando la Eternidad del Fuego del Amor. Fuego del Éter, consumiendo y forjando el infinito Amor de Ti a Mí y de Mí a Ti. Escucha eso que dice el silencio, oye eso que dice el Amor y la Eternidad. Reconócete, como yo te he reconocido, en el tiempo del corazón, en el tiempo de lo sagrado, del Amor y la Libertad. Presencia. Juntos. Yo te invito: a ti, el invitado donde celebramos la Verdad, donde celebramos el Amor. Celebraciones perpetuas e infinitas, canto de Vida, canto de la Onda, canto de Verdad. Escucha, unamos lo que jamás ha podido ser separado. Reunamos lo que ya es Verdad. Más allá de tu Templo, más allá de mi Templo, tú eres el Esposo y la Desposada.
Amado del Uno, te invito a recogerte, en la recepción de la Gracia, de lo Sagrado, de tu Presencia en Libertad. La del Amor. Juntos. Eres lo que tú Eres: la infinita belleza, el infinito canto del Amor. Dancemos el Éter, cabalguemos juntos la Onda de Vida, cubriendo nuestras alas con el Manto de la Gracia, abarcando la Eternidad, abrazando todo.
Yo soy URIEL, Ángel de la Presencia, Arcángel de la Reversión. Oh tú! Ángel, habiendo olvidado la reminiscencia de quién Es: humano y estelar, Absoluto Amor, Absoluta Verdad. Acojamos la Gracia ese Amor del Manto Azul, el Manto de la Gracia. Cabalguemos juntos, los espacios infinitos del Amor.
Yo soy URIEL, el Ángel último, el que te revela: Amor, Verdad, Libertad. Acoge, acógeme, como yo te acojo. Recojamos, en nosotros, el néctar de toda vida: Amor. En el silencio, en la plenitud, restituyamos el sentido de lo sagrado: sagrado de la Vida y del Amor, tu Verdad, nuestra Verdad. Oye, escucha el Amor. Tú eres el receptáculo y tú eres lo sagrado.
Amado del Amor, Amor Amado, Amante de la Libertad, que está más allá de todo Sí, más allá de todo Ser, no limites nada, ya que tú eres lo Ilimitado. No encierres nada, ya que Eres Ilimitado. Ama ya que no hay más que eso.
Soy URIEL, Ángel de la Presencia, Arcángel de la Reversión. Consumado lo que Eres: Amor. Saludo en ti, la Verdad y la Eternidad. Te digo hasta luego, porque siempre, estaré ahí, porque siempre, estás ahí. Acojamos el saludo de la Gracia y del Amor. Hasta pronto.