Tranquilo, está todo
bien, como la madre que soy cuido de mis hijos, y todos son iguales para mi.
No hay de que temer,
siempre estoy aquí, cerca tuyo.
Los ángeles, los
arcángeles, los serafines, los querubines, los santos, siempre estamos aquí,
cuidando de nuestro rebaño, como el buen pastor.
No temas, ningún corderos
se pierde ante los ojos de Dios.
Busca tu propia paz, en
tus pensamientos, en tus acciones. Nosotros nos ocupamos del resto, es nuestra
tarea, confíanosla.
Jamás te abandonamos.
Jamás te abandonaremos.
Como una madre jamás
abandona a sus hijos, porque el cordón de amor jamás se corta, y mas allá del
cuerpo, siempre sigue unido.
Abandona tus
interpretaciones negativas, tus juicios, tus creencias que te atan.
Lleva paz a tu mente, y
podrás ver nuestro trabajo.
Acepta lo que te damos, y
lo que retiramos de tu vida, es lo que te corresponde, a tu tiempo lo
entenderás, nosotros nunca te dejamos solo.
Nosotros siempre estamos,
aunque no nos invoques, aunque ni siquiera pienses en nosotros, siempre
estamos, y siempre estaremos.
Dios nos encomendó una
vida, la tuya.
No le fallaremos a Dios.
No te fallaremos a ti.
Descansa en mis brazos,
hijo mío.
Como descanso mi hijo,
Jesús, tu Cristo, el Cristo que habita en ti.
Descansa en mis brazos
hijo mío.
Mensaje de la Virgen Maria a
través de la Virgen del Carmen.
2 de Noviembre de 2013
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado