22 de diciembre de 2013 a la(s) 12:51
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Diciembre 17 de 2013
Queridos amigos:
YO soy la voz de la Tierra. Siente mi presencia aquí, dentro de ti y bajo tus pies. Yo estoy presente en tu cuerpo; fluyo a través de todas tus células. Y es a través de tu cuerpo como estás conectado con la naturaleza, con todo lo que crece, vive y respira a tu alrededor. Hazte consciente de la presencia viva de la naturaleza en torno a ti, aquí en este momento.
Siente los árboles en torno a este edificio, el terreno en el cual está construído. Siente las plantas, las aves y los árboles. Si observas atentamente, puedes sentir que tu presencia también afecta a esos seres vivos. No solamente tú los sientes, ellos también te sienten. Inclusive este edificio está vivo, porque todo aquello de lo que está construído, contiene originalmente las energías de la Tierra. Hay consciencia en todo lo que te rodea. La materia es consciencia animada. Siente en este edificio la energía, la consciencia, la historia que tiene y lo que tú le traes. Frecuentemente subestimas el efecto que tienes sólo por estar en alguna parte.
Ahora, sumérgete profundamente en tu cuerpo.
Tal como observaste tu entorno con tu consciencia, haz esto ahora con tu cuerpo de una manera muy objetiva: siente tu cabeza, tu garganta, tu pecho. Luego sumérgete profundamente en tu abdomen y siente mi energía; Yo te guiaré. Cuando haces esto, te doy la bienvenida. Yo también estoy viva; Yo misma tengo una consciencia. Siente como te ayudo a sumergirte profundamente en tu cuerpo mientras bajas por tu columna vertebral hasta tu coxis. Siente mi energía nutricia, porque Yo soy tu madre. Siénteme en tus muslos y tus rodillas, en tus pantorrillas y tobillos; y a lo largo de tus pies.
Hoy nos quedaremos aquí abajo en esta parte de tu cuerpo. Hay una vieja idea que se ha instilado en la mente de las personas de que la inspiración proviene de arriba, de que la profunda comprensión espiritual nace de una conexión con lo celestial, con lo cósmico, que está por encima de vosotros. Pero hoy Yo te pido poner atención a lo que yace debajo de ti, al suelo bajo tus pies, a la Tierra viva.
Muchos habéis experimentado dolor, decepción, profunda tristeza o soledad, que se han alojado en vuestros chakras inferiores. Como resultado, tu consciencia ha ascendido; ha abandonado tu cuerpo por decirlo así, porque todas las emociones que tuviste en el nivel terrenal eran demasiado dolorosas para experimentarlas. Yo entiendo cuán difícil es descender completamente a un área de tu cuerpo que se siente tan vulnerable. Se requiere profunda rendición, una profunda fe en la vida.
Es muy Humano construír una armadura protectora cuando quiera que te sientes seriamente perjudicado. Aún así, esa armadura te impide vivir, te priva de tu más profunda fortaleza. Y no puedes vivir así, porque al hacerlo te constriñes como si estuvieras en prisión. Sin embargo, el flujo de la vida, el poder del Alma, es siempre más fuerte que las prisiones que construyes dentro de ti. A partir de tu Alma, siempre hay otra confianza, una fuerza impulsora hacia la apertura y la rendición ante la vida, ante Todo Lo Que Es.
Las heridas emocionales que has sufrido te han sido infligidas aquí en la Tierra. Puede haber sido en esta vida, o en vidas pasadas, pero porque han permanecido aquí en la Tierra y están en tu memoria álmica, has llegado a asociar a la Tierra con un lugar violento, un lugar rudo, temible, amenazante. Cuando retornas aquí y vuelves a encarnar; y vuelves a oír el llamado de tu Alma, porque es incontenible y una y otra vez golpeará a tu puerta, probablemente seas capaz de abrirte a este llamado en el nivel de tu corazón.
Pero cuando entras más profundamente en tu cuerpo, frecuentemente es tan temible que tú retiras tu consciencia de esta parte de tu cuerpo. Entonces te conviertes en un Ser dividido. Una parte de ti dice "Sí" y quiere avanzar pues siente la radiancia, la invitación de un nuevo tiempo. Pero las partes que están más abajo del corazón, los chakras inferiores, no se atreven a involucrarse; y entonces permanecen cerrados.
Hoy quiero ofrecerte una manera de volver a tener confianza en esa parte de ti.
Me gustaría señalar que los miedos que cargas se han originado principalmente en la sociedad Humana del pasado, en las energías que prevalecían entonces, por las cuales te has sentido rechazado e indeseado. Pero recuerda que tú también tienes una conexión con la Tierra misma, conmigo, independiente de todas las formas de pensamiento Humano y de las energías colectivas que rodean a la Tierra.
A mí también me gustaría liberarme de estas energías negativas. Yo también estoy en una senda de crecimiento interno y evolución; y estoy pasando por un proceso de renacimiento. Voy a emerger en un nuevo tiempo en el cual habrá más armonía entre los Humanos y la naturaleza. Nos ayuda a ambos si tú recuerdas quién soy Yo realmente, si recuerdas mi Esencia viva. Si te conectas conmigo, con la Consciencia que está tan anhelante de darte la bienvenida aquí, borras las memorias dolorosas del pasado.
Ensáyalo.
Permite que tus chakras inferiores, los que están en tu abdomen y en tus piernas, se llenen con el poder de la Tierra. Me gustaría ofrecerte algo, un corto viaje guiado, para ayudarte a sentir esa energía más plenamente. Te rodean todas clases de reinos naturales, ricamente habitados por diversas criaturas que viven en la Tierra. Cada una hace su propia contribución como parte del total.
Ahora te pido que pienses en un árbol, sólido, amplio, bien arraigado, que ha estado allí durante un largo tiempo. Su copa se extiende hacia el cielo, mientras que sus raíces penetran profundamente en el suelo. Por un momento reúnete con la esencia de este árbol, con un sentimiento ligero y juguetón. Simplemente imagínate que estás dentro del árbol; y con tu consciencia, siente su silencioso, estable, arraigado poder.
Desciende hacia sus raíces. Siente cómo éste vive, crece e irradia su energía sobre la Tierra. Siente lo que este árbol tiene para darte, cuál aspecto de su energía te atrae más. Permite que esa energía fluya a través de ti y recíbela; y siente qué quiere recibir de ti el árbol, porque en todo hay un intercambio. Él siente tu presencia, tal como tú sientes la suya. El árbol también es una energía viva y también está consciente de ti. Mira cómo experimenta él tu visita.
Me gustaría hablarte más de esta experiencia. Frecuentemente te ves como el gran expoliador de la Tierra, el que contamina la Tierra y altera su equilibrio natural. Eso es verdad en cierta medida, porque en este tiempo hay una profunda desarmonía entre los Humanos y la Naturaleza. Pero quiero recordarte que Yo, la Tierra; y todos mis Reinos Naturales, te damos la bienvenida. Eres bienvenido en la Tierra. Nosotros disfrutamos tu presencia y tu energía; y nos beneficiamos de ellas. Tú llegas aquí para traer algo nuevo y excepcional: para compartir tu Luz Estelar y tu Sabiduría Cósmica.
En cierto sentido, aquí todos sois visitantes. Con un pie, eres parte de la Tierra, un ser físico tal como los animales y las plantas. Pero al mismo tiempo, vienes a la Tierra para traer algo más, una manera de ser completamente nueva. Tienes libertad, libre albedrío. Tú puedes desarrollar; puedes canalizar Luz hacia la Tierra, algo que da un nuevo ímpetu a toda la vida aquí. Por un momento, siente la interacción entre los Humanos y la Naturaleza dentro de ese árbol. Siente que el árbol disfruta y se regocija con tu presencia. Ésta pone algo en movimiento, que es simplemente el flujo del Amor. Eso que tú eres verdaderamente, es lo que afecta más profundamente al árbol.
Lo puedes ver de maneras habituales en tus alrededores, en tu jardín, en tus mascotas. Cuando interactúas íntimamente con ellos, ellos te dan algo a cambio.
Ahora te pido que elijas un animal que quiera acercarse a ti para aclarar algo. Permítele que surja en tu imaginación. Un animal quiere acercarse a ti para ayudarte a sentirte bueno y seguro en la Tierra; y bien conectado con el suelo debajo de ti, para que estés listo para manifestarte con seguridad y a salvo. El animal conoce esa seguridad, ese refugio. Por naturaleza es uno con la Tierra; y no tiene ninguna duda sobre su derecho a existir. Simplemente existe, vive, respira y crece.
Entra con tu consciencia en ese animal. Permítete fusionarte con él, fácilmente. Por un momento, siente en este animal la carencia de procesos de pensamiento. No está plagado por excesivos pensamientos como los Humanos. Siente que la Naturaleza fluye sin esfuerzo a través de este animal. Recibe lo que necesites, cualquier cosa que te toque de este animal. Siente cuánto te acerca a la Tierra. Siente la pureza, la integridad de este animal. Mira lo que siente el animal sobre tu llegada aquí; y cómo fusionas tu energía con su energía. Siente que tu energía es bienvenida, que toca algo en el animal, que le hace bien; que le da un impulso. Hay una interacción entre vosotros dos.
Lo que el animal te pide es que te familiarices con las energías de la naturaleza para que comiences a sentirte en el Hogar en la Tierra; y sepas que hay un lugar aquí para ti. Y para ponerlo en términos más fuertes, que los Reinos Naturales te están esperando. Queremos ser inspirados por la energía que tú traes. A cambio, queremos recibirte, para que puedas convertirte en parte de nuestra integridad. Aquí eres muy bienvenido.
Yo estoy agradecida por tu valor y tu perseverancia.
Estamos avanzando hacia una Nueva Era en la Tierra. En esta Nueva Era, es esencial que los Seres Humanos y la Naturaleza vuelvan a trabajar juntos a partir de una conexión interna. Todas las cosas son conscientes y quieren cooperar mutuamente. Así es como está destinado a ser. Cada una de las criaturas de la Naturaleza siente que es parte del todo.
Mi más profundo deseo es que tú también sepas que eres parte del total aquí en la Tierra. Que tú experimentes tu Hogar, no solamente por ser de origen cósmico, sino que lo experimentes estando con las criaturas vivas que te rodean. Celebra la vida con todo lo que hay aquí. Ésa es la gran tarea que hoy tiene ante sí la Humanidad.
Eso llevará a la Tierra a la fruición y os convertirá a todos en Seres inspirados y gozosos.
www.jeshua.net
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
Editado por Tony de Pablo ©