Los Siete Círculos Psíquicos
110:6.1 (1209.1) La
suma total de la realización de la personalidad en un mundo material
está contenida dentro de la conquista sucesiva de los siete círculos
psíquicos de la potencialidad mortal. El ingreso en el séptimo círculo
marca el comienzo de la verdadera función de la personalidad humana. El
completar el primer círculo denota una madurez relativa del ser mortal.
Aunque atravesar los siete círculos del crecimiento cósmico no equivale a
la fusión con el Ajustador, el dominio de estos círculos marca el logro
de aquellos pasos que son preliminares a la fusión con el Ajustador.
110:6.2 (1209.2) El
Ajustador es tu socio igualitario en el logro de los siete círculos —el
logro de una madurez mortal comparativa. El Ajustador asciende los
círculos contigo desde el séptimo hasta el primero, pero progresa al
estado de supremacía y autoactividad independientemente de la
cooperación activa de la mente mortal.
110:6.3 (1209.3) Los
círculos psíquicos no son exclusivamente intelectuales, tampoco son
totalmente morontiales; tienen que ver con el estado de la personalidad,
el logro de la mente, el crecimiento del alma y la sincronización con
el Ajustador. La travesía exitosa de estos niveles requiere el
funcionamiento armónico de toda la personalidad, no meramente de alguna
fase de la misma. El crecimiento de las partes no equivale a la
maduración auténtica del todo; en realidad las partes crecen en
proporción a la expansión del yo entero —todo el yo— material,
intelectual y espiritual.
110:6.4 (1209.4) Cuando
el desarrollo de la naturaleza intelectual procede más rápido que el de
la espiritual, esta situación vuelve tanto difícil como peligrosa la
comunicación con el Ajustador del Pensamiento. Del mismo modo, el
desarrollo espiritual excesivo tiende a producir una interpretación
fanática y pervertida de la guía espiritual del residente divino. La
falta de capacidad espiritual dificulta la transmisión a dicho intelecto
material de las verdades espirituales residentes en la superconciencia
más elevada. Es en la mente perfectamente equilibrada, en un cuerpo de
hábitos limpios, energías neurales estabilizadas y función química
equilibrada —cuando los poderes físicos, mentales y espirituales están
en triuna armonía de desarrollo— en la que se puede impartir un máximo
de luz y verdad con un mínimo de peligro o riesgo temporal al bienestar
real de dicho ser. Mediante este crecimiento equilibrado el hombre
asciende los círculos de la progresión planetaria uno por uno, del
séptimo al primero.
110:6.5 (1209.5) Los
Ajustadores siempre están cerca de vosotros y en vosotros, pero
raramente os pueden hablar directamente, como otro ser. De círculo en
círculo tus decisiones intelectuales, elecciones morales y desarrollo
espiritual añaden a la habilidad del Ajustador para funcionar en tu
mente; de círculo en círculo tú de este modo asciendes de las etapas más
bajas de asociación con el Ajustador y afinamiento de la mente, de modo
que el Ajustador cada vez más puede registrar sus ilustraciones del
destino con vividez y convicción aumentadas en la conciencia evolutiva
de esta mente-alma en busca de Dios.
110:6.6 (1210.1) Cada
decisión que haces impide o facilita la función del Ajustador; del
mismo modo estas mismas decisiones determinan tu avance en los círculos
del logro humano. Es verdad que la supremacía de una decisión, su
relación con una crisis, tiene mucho que ver con la influencia hacedora
de círculo; sin embargo son esenciales también muchas decisiones,
repeticiones frecuentes, repeticiones persistentes, para alcanzar una
certeza formadora de hábitos de tales reacciones.
110:6.7 (1210.2) Es
difícil definir precisamente los siete niveles de la progresión humana,
debido a que estos niveles son personales; son variables para cada
individuo y están aparentemente determinados por la capacidad de
crecimiento de cada ser humano. Se refleja la conquista de estos niveles
de evolución cósmica de tres maneras:
110:6.8 (1210.3) 1. Sincronización
con el Ajustador. La mente que se torna cada vez más espiritual se
acerca a la presencia Ajustadora proporcionalmente al logro de los
círculos.
110:6.9 (1210.4) 2. Evolución
del alma. La emergencia del alma morontial indica el grado y
profundidad del dominio de los círculos.
110:6.10 (1210.5) 3. Realidad
de la personalidad. La conquista de los círculos determina directamente
el grado de realidad del yo. Las personas se vuelven más reales a
medida que ascienden del séptimo al primer nivel de la existencia
mortal.
110:6.11 (1210.6) A
medida que se atraviesan los círculos, el niño de evolución material
está creciendo en un humano maduro de potencialidad inmortal. La
realidad insubstancial de la naturaleza embriónica del que está en el
séptimo círculo va dejando lugar a la manifestación más clara de la
naturaleza morontial naciente de un ciudadano del universo local.
110:6.12 (1210.7) Aunque
sea imposible definir precisamente los siete niveles, o círculos
psíquicos, del crecimiento humano, es permisible sugerir los límites
mínimo y máximo de estas etapas de realización de la madurez:
110:6.13 (1210.8) El
séptimo círculo. Los seres humanos entran a este nivel cuando
desarrollan poderes de elección personal, decisión individual,
responsabilidad moral, y la capacidad de alcanzar individualidad
espiritual. Esto significa la función unida de los siete espíritus
ayudantes de la mente bajo la dirección del espíritu de la sabiduría, la
admisión de la criatura mortal en los circuitos de influencia del
Espíritu Santo y, en Urantia, el funcionamiento inicial del Espíritu de
la Verdad, juntamente con la recepción de un Ajustador del Pensamiento
en la mente mortal. El ingreso al séptimo círculo constituye una
criatura mortal en un auténtico ciudadano potencial del universo local.
110:6.14 (1210.9) El
tercer círculo. El trabajo del Ajustador es mucho más eficaz una vez
que el humano ascendiente llega al tercer círculo y recibe un guardián
seráfico personal del destino. Aunque no exista aparentemente una
concordancia de esfuerzo entre el Ajustador y el guardián seráfico, sin
embargo se puede observar un mejoramiento claro en todas las fases de
logro cósmico y desarrollo espiritual posteriormente a la asignación del
ayudante seráfico personal. Cuando se llega al tercer círculo, el
Ajustador intenta morontializar la mente del hombre durante el resto de
la vida mortal, para llegar a los círculos restantes y lograr la etapa
final de la asociación divino-humana antes de que la muerte natural
disuelva esta asociación singular.
110:6.15 (1210.10) El
primer círculo. El Ajustador no puede ordinariamente hablar directa e
inmediatamente contigo hasta que llegues al primero y final círculo de
logro mortal progresivo. Este nivel representa la realización más alta
posible de la relación mente—Ajustador en la experiencia humana
previamente a la liberación del alma morontial evolutiva de las cadenas
del cuerpo material. En cuanto a la mente, las emociones y el
discernimiento cósmico, este logro del primer círculo psíquico es el
acercamiento más último posible de la mente material y del Ajustador
espiritual en la experiencia humana.
110:6.16 (1211.1) Tal
vez sería mejor denominar estos círculos psíquicos de progresión mortal
como niveles cósmicos — comprensiones reales de significados y
realizaciones de valor del acercamiento progresivo a la conciencia
morontial de la relación inicial del alma evolutiva con el Ser Supremo
emergente. Y es esta misma relación la que hace por siempre imposible
explicar plenamente el significado de los círculos cósmicos a la mente
material. Estos logros de círculo están tan sólo relativamente
relacionados con la conciencia de Dios. Un ser en el séptimo o sexto
círculo puede ser casi tan auténticamente conocedor de Dios —consciente
de la filiación— como alguien que esté en el segundo o primer círculo,
pero estos seres de círculos más bajos están mucho menos conscientes de
la relación experiencial con el Ser Supremo, la ciudadanía universal. El
logro de estos círculos cósmicos se volverá parte de la experiencia de
los que ascienden en los mundos de estancia si no consiguen dicho logro
antes de la muerte natural.
110:6.17 (1211.2) La
motivación de la fe hace experiencial la realización plena de la
filiación del hombre con Dios, pero la acción, la finalización de las
decisiones, es esencial para el logro evolucionario de la conciencia del
parentesco progresivo con la actualidad cósmica del Ser Supremo. En el
mundo espiritual la fe transforma los potenciales en actuales, pero los
potenciales se vuelven actuales en los reinos finitos del Supremo tan
sólo mediante la realización de la experiencia de la elección. Pero
elegir hacer la voluntad de Dios une la fe espiritual a las decisiones
materiales en la acción de la personalidad y de esta manera provee un
fulcro divino y espiritual para el funcionamiento más eficaz de la
palanca humana y material del hambre de Dios. Dicha sabia coordinación
de fuerzas materiales y espirituales aumenta grandemente tanto la
realización cósmica del Supremo como la comprensión morontial de las
Deidades del Paraíso.
110:6.18 (1211.3) El
dominio de los círculos cósmicos se relaciona con el crecimiento
cuantitativo del alma morontial, la comprensión de los significados
supremos. Pero el estado cualitativo de esta alma inmortal
es totalmente dependiente de qué comprensión la fe viviente tiene del
hecho-valor paraíso-potencial de que el hombre mortal es hijo del Dios
eterno. Por lo tanto el que está en el séptimo círculo va a los mundos
de estancia para obtener una comprensión cuantitativa adicional del
crecimiento cósmico así como lo hace alguien que esté en el segundo o
aun en el primer círculo.
110:6.19 (1211.4) Existe
tan sólo una relación indirecta entre el logro de círculos cósmicos y
la experiencia religiosa espiritual real; dichos logros son recíprocos y
por lo tanto mutuamente beneficiosos. El desarrollo puramente
espiritual puede tener muy poco que ver con la prosperidad material
planetaria, pero el alcance de los círculos siempre aumenta el potencial
para el éxito humano y para el logro mortal.
110:6.20 (1211.5) Desde
el séptimo hasta el tercer círculo se produce una acción aumentada y
unificada por los siete espíritus ayudantes de la mente en la tarea de
liberar a la mente mortal en su dependencia de las realidades de los
mecanismos de la vida material, en preparación para una mayor
introducción a los niveles morontiales de experiencia. Desde el tercer
círculo en adelante, la influencia de los ayudantes disminuye
progresivamente.
110:6.21 (1211.6) Los
siete círculos comprenden la experiencia mortal, del más alto nivel
puramente animal hasta el nivel morontial más bajo y verdaderamente
contactual en el cual la autoconciencia es una experiencia de la
personalidad. El dominio del primer círculo cósmico señala el alcance de
la madurez mortal premorontial y marca la terminación del ministerio
conjunto de los espíritus ayudantes de la mente como influencia
exclusiva sobre la acción mental en la personalidad humana. Más allá del
primer círculo, la mente se vuelve cada vez más semejante a la
inteligencia de la etapa morontial de la evolución, el ministerio
conjunto de la mente cósmica y de la dote superayudante del Espíritu
Creador de un universo local.
110:6.22 (1212.1) Los
grandes días en las carreras individuales de los Ajustadores son:
primero, cuando el sujeto humano llega al tercer círculo psíquico,
asegurando así al Monitor el alcance de la autoactividad y de una gama
de función aumentada (siempre y cuando el residente no fuera ya
autoactuante); luego, cuando el socio humano consigue el primer círculo
psíquico, él y su Ajustador pueden intercomunicarse, por lo menos hasta
cierto grado; y finalmente cuando son final y eternamente fusionados.
7. El Logro de la Inmortalidad
110:7.1 (1212.2) El
logro de los siete círculos cósmicos no iguala la fusión con el
Ajustador. Hay muchos mortales que viven en Urantia que han alcanzado
sus círculos; pero la fusión depende de logros espirituales aun mayores y
más sublimes: del logro de una sincronización final y completa de la
voluntad mortal con la voluntad de Dios tal como reside en el Ajustador
del Pensamiento.
110:7.2 (1212.3) Cuando
un ser humano ha completado los círculos de logro cósmico, y más allá,
cuando la elección final de la voluntad mortal permite que el Ajustador
complete la asociación de la identidad humana con el alma morontial
durante la vida evolucionaria y física, estos enlaces consumados, entre
el alma y el Ajustador, proceden independientemente a los mundos de
estancia, y entonces se promulga el mandato de Uversa que provee la
fusión inmediata del Ajustador y del alma morontial. Esta fusión durante
la vida física consume instantáneamente al cuerpo material; los seres
humanos que pudieran presenciar tal espectáculo tan sólo observarían al
mortal que está siendo trasladado, desaparecer «en carros de fuego».
110:7.3 (1212.4) La
mayoría de los Ajustadores que han trasladado a sus sujetos desde
Urantia eran altamente expertos y se habían inscrito como residentes
previos en numerosos mortales en otras esferas. Recordad, los
Ajustadores ganan valiosa experiencia de residencia en los planetas del
orden de préstamo; no se deduce que los Ajustadores ganan experiencia
tan sólo para el trabajo avanzado en aquellos sujetos mortales que no
sobreviven.
110:7.4 (1212.5) Subsiguiente
a la fusión mortal, los Ajustadores comparten vuestro destino y
experiencia; ellos son vosotros. Después de la fusión del alma morontial
inmortal y el Ajustador asociado, toda la experiencia y todos los
valores del uno se vuelven finalmente posesión del otro, de manera que
los dos son efectivamente una entidad. En cierto sentido, este nuevo ser
es del pasado eterno así como también para el futuro eterno. Todo lo
que fuera cierta vez humano en el alma sobreviviente y todo lo que es
experiencialmente divino en el Ajustador se vuelven la posesión real de
la personalidad universal nueva y siempre ascendente. Pero en cada nivel
del universo el Ajustador puede dotar a la nueva criatura tan sólo con
aquellos atributos que tienen sentido y valor para ese nivel. Se puede
lograr una unicidad absoluta con el Monitor divino, un agotamiento
completo de la dote de un Ajustador, tan sólo en la eternidad
subsiguiente al logro final del Padre Universal, el Padre de los
espíritus, por siempre la fuente de estos dones divinos.
110:7.5 (1212.6) Cuando
el alma evolutiva y el Ajustador divino son fusionados final y
eternamente, cada uno gana todas las cualidades experienciables del
otro. Esta personalidad coordinada posee toda la memoria experiencial de
supervivencia poseída anteriormente por la mente mortal ancestral y
residente luego en el alma morontial, y además este finalista potencial
comprende toda la memoria experiencial del Ajustador de todos los casos
en que residía en los mortales en todos los tiempos. Pero hace falta una
eternidad en el futuro para que un Ajustador dote por completo a esta
asociación de personalidad de los significados y valores que el Monitor
divino trae desde la eternidad del pasado.
110:7.6 (1213.1) Pero
con la gran mayoría de los habitantes urantianos el Ajustador debe
aguardar pacientemente la llegada de la liberación de la muerte; ha de
aguardar la liberación del alma naciente de la dominación casi completa
de los esquemas energéticos y de las fuerzas químicas inherentes a
vuestra orden material de existencia. La dificultad principal que
vosotros experimentáis al poneros en contacto con vuestro Ajustador
consiste en esta misma naturaleza material inherente. Sólo tan pocos
mortales son verdaderos pensadores; vosotros no desarrolláis ni
disciplináis espiritualmente a vuestras mentes hasta el punto de
realizar un enlace favorable con los Ajustadores divinos. El oído de la
mente humana es casi sordo a las solicitudes espirituales que el
Ajustador traduce de los mensajes múltiples de las transmisiones
universales de amor que proceden del Padre de las misericordias. El
Ajustador encuentra casi imposible registrar estas guías espirituales
inspiradoras en una mente animal tan completamente dominada por las
fuerzas químicas y eléctricas inherentes a vuestra naturaleza física.
110:7.7 (1213.2) Los
Ajustadores se regocijan con ponerse en contacto con la mente mortal;
pero deben ser pacientes a lo largo de los muchos años de estadía
silenciosa durante los cuales son incapaces de abrirse paso por la
resistencia animal y de comunicarse directamente con vosotros. Cuanto
más alto ascienden los Ajustadores del Pensamiento en la escala del
servicio, más eficaces se vuelven. Pero jamás pueden saludaros, en la
carne, con el mismo afecto pleno, comprensivo y lleno de expresión con
que lo harán cuando los discernáis de mente a mente en los mundos de
estancia.
110:7.8 (1213.3) Durante
la vida mortal el cuerpo material y la mente te separan de tu Ajustador
y previenen la comunicación libre; después de la muerte, posteriormente
a la fusión eterna, tú y el Ajustador seréis uno solo —no os podréis
diferenciar como seres separados— y por lo tanto no existirá necesidad
de comunicación tal como la entiendes.
110:7.9 (1213.4) Aunque
la voz del Ajustador está siempre dentro de vosotros, la mayoría de
vosotros rara vez la oiréis durante la vida mortal. Los seres humanos
por debajo del tercero y segundo círculo de logro raramente oyen la voz
directa del Ajustador excepto en los momentos de deseo supremo, en una
situación suprema y después de una decisión suprema.
110:7.10 (1213.5) Durante
la realización y ruptura de un contacto entre la mente mortal de un
reservista del destino y los supervisores planetarios, a veces el
Ajustador residente está situado de tal manera que se hace posible
trasmitir un mensaje al socio mortal. No hace mucho, en Urantia, un
Ajustador autoactuante trasmitió tal mensaje a su asociado humano, un
miembro del cuerpo de reserva del destino. Este mensaje comenzaba con
estas palabras: «Ahora, sin injuria ni peligro para el sujeto de mi
devoción solícita y sin intento de desalentar ni castigar, para mí,
registrad mi súplica». A continuación se oyó una admonición bellamente
conmovedora y emotiva. Entre otras cosas, el Ajustador imploró, «que me
otorgue más fielmente su cooperación sincera, que tolere más alegremente
las tareas de mi emplazamiento, que lleve a cabo más fielmente el
programa de mi arreglo, que pase más pacientemente las pruebas de mi
selección, que camine más persistente y alegremente por el camino de mi
elección, que reciba más humildemente crédito para que se acumule como
resultado de mis esfuerzos incesantes —trasmitid ésta mi súplica al
hombre en quien resido. En él vierto la devoción suprema y el afecto de
un espíritu divino. Y más, decid a mi sujeto amado que funcionaré con
sabiduría y poder hasta el fin mismo, hasta que se acabe la última
contienda terrestre; seré fiel a mi fideicomiso de personalidad. Y le
exhorto a la supervivencia, para que no me desilusione, para que no me
prive de la recompensa a mi lucha paciente e intensa. De la voluntad
humana depende nuestro logro de la personalidad. De círculo en círculo
he ascendido pacientemente a esta mente humana, y tengo testimonio de
que el jefe de mi propia clase me otorga su aprobación. De círculo en
círculo estoy prosiguiendo hacia el juicio. Aguardo con placer y sin
aprehensión la llamada del destino; estoy preparado a someterme a todos
los tribunales de los Ancianos de los Días».
Michael Of Nebadon
Michael Of Nebadon Foundation
The Urantia Society of Michael Of Nebadon