Posted: 14 Oct 2016
El presidente Barak Obama ha dictado una orden ejecutiva presidencial, recogida en la web de la Casa Blanca, para que las distintas autoridades de Estados Unidos preparen al país para un gran fenómeno de clima espacial.
Entre
las medidas, de dicha orden, Obama ordena la coordinación entre los
servicios de protección civil (FEMA), la NOAA y las Secretarías de
Defensa e Interior. En este sentido, da un plazo máximo de 120 días para
que los reactores nucleares del país cuenten con protocolos de apagado
de emergencia (Sección 5.b de la Orden).
¿Qué es una tormenta solar?
Las estadísticas demuestran que cada cien años tiene lugar una tormenta solar
lo suficientemente potente como para teñir los cielos de la Tierra con
impresionantes auroras color rojo sangre. Y el sol parece ahora más
activo que antaño. No es extraño que Obama haya dado una orden ejecutiva
para que EEUU se prepara en 120 días para responder a una tormenta
solar.
Además
de la interrupción de las comunicaciones y las redes de energía, los
efectos de estas poderosas explosiones de radiación electromagnética,
partículas energéticas y plasma magnetizado, pueden corroer las tuberías
de agua y alcantarillado, borrar los datos históricos almacenados en la
memoria de los ordenadores, socavar las operaciones militaresy de
seguridad, y hacer daño a los astronautasque viajan en el espacio. Eso
sin hablar de lo que puede ocurrir con las armas nucleares.
No
solo eso, los accidentes aéreos y de tráfico se multiplicarían por una
serie de fallos en los sistemas de rutas, de aterrizaje, de los
semáforos y de las señalizaciones. Los sistemas eléctricos sufrirían un
derrumbe total, dejando a las casas, las industrias, las refinerías o
las plantas químicas sin energía. De no existir protocolos de actuación,
las consecuencias de este colapso serían dramáticas. Los ascensores se
convertirían así en otro punto negro, complicando las evacuaciones y
dejando a personas atrapadas.
La mayor tormenta solar se produjo en 1859
De hecho, según la NASA, la mayor tormenta solar registrada hasta el momento se produjo en 1859 y recibió el nombre de Evento Carrington,
por el astrónomo Richard Carrington, que fue testigo del acontecimiento
y la primera persona en comprender la relación entre la actividad solar
y las alteraciones geomagnéticas de la Tierra.
Durante
la Tormenta de Carrington, las auroras boreales se registraron en Cuba y
Honolulu, mientras que las australes fueron vistas en Santiago de
Chile. Los destellos fueron tan fuertes que los habitantes del norte de
Estados Unidos podían leer el periódico solamente con la luz de la
aurora. Eso fue al menos lo que desveló Daniel Baker, del Laboratorio de
Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado (Estados
Unidos) en una reunión en 2010.
Según
Ed Cliver, físico espacial del Air Force Research Laboratory de
Massachussets (Estados Unidos), las alteraciones geomagnéticas fueron
tan fuertes que los operadores de telégrafos de Estados Unidos
informaron de chispas que saltaron en sus equipos, algunas
suficientemente fuerte para incendiarlos.
Muchos
de los informes de 1859 han quedado como meras curiosidades, pero si
algo parecido ocurriera hoy, las infraestructuras de alta tecnología de
todo el planeta podrían paralizarse. Está en juego la tecnología en la
que se basan todos los aspectos de nuestra vida.Las tormentas solares
que se dirigen a la Tierra tienen tres fases, aunque no todas tienen por
qué darse en una tormenta.
¿Se
imaginan cortes de luz en cascada, no poder usar ningún elemento
tecnológico, no poder sacar dinero... durante un año? Durante las tormentas de Halloween de 2003
se vieron afectadas las comunicaciones por satélite, provocando un
breve corte de electricidad en Suecia e iluminando el cielo con
fantasmales auroras en el sur de Florida y Texas (Estados Unidos).
Además del escudo anti tormentas solares que la NASA ya ha probado, los científicos trabajan con el telescopio especial Solar Dynamics Observatory de la NASA para
investigar con más profundidad lo que ocurre en el Sol a medida que se
acerca a su máximo y comienza a producir tormentas solares, lo que
podría ayudarles a predecir cuándo comenzarán las erupciones solares y
cuándo se acercará una tormenta a nuestro planeta.
“Si
conseguimos prever las tormentas con mayor exactitud se podrán tomar
las medidas necesarias para mitigar el impacto”, afirma Rodney Viereck,
físico del Cenro de Predicción del Clima Espacial. Incluso ahora las
emisiones más peligrosas de las tormentas solares viajan bastante
despacio, por lo que somos capaces de detectarlas antes de que alcancen
la Tierra, lo que nos da un margen de 20 horas para decidir las acciones
necesarias”, añade Viereck.
En 2012 la Tierra ya esquivó la tormenta solar más extrema en 150 años
Los
pasillos y las salas de reuniones fueron un hervidero de interés al
presentarse los datos definitivos sobre una intensa tormenta solar que
estuvo a punto de chocar contra la Tierra en 2012.
"Si
nos hubiera golpeado, todavía estaríamos recogiendo los pedazos",
aseguró Daniel Baker, de la Universidad de Colorado, quien presentó una
charla titulada 'El Gran Evento Solar Eruptivo de julio de 2012:
Definición de Escenarios Extremos de Clima Espacial’.
una
nube de plasma o "CME" salió disparada del Sol a 3.000 kilómetros por
hora, más de cuatro veces más rápido que una erupción típica. La
tormenta atravesó la órbita terrestre, pero, afortunadamente, la Tierra
no estaba allí. En su lugar, golpeó a la nave espacial STEREO-A.
Los
investigadores han analizado los datos, y han llegado a la conclusión
de que la tormenta fue una de las más fuertes registradas en la
historia. "Podría haber sido más fuerte que el propio Evento Carrington
(como se conoce a la tormenta solar de 1859)".