Gemma Galgani. Reconoced la Unidad. “Vuestra apertura al reconocimiento de la Unidad os conduce a la visión de lo sagrado, no de lo sagrado como lo más elevado, distante o inalcanzable, pero lo sagrado como aquello que está aquí y ahora, en perfección. Y este llamado hace eco cada vez más fuertemente.” Selén Om. 29 de noviembre 2014. Con audio. ¡Compartir!!!
Original en portugués
Transcripción realizada por colaboradores de ELV
http://www.escolaluzviva.com.br/2014/11/gemma-galgani-291114-reconhecam-unidade.html
Traducción: Lucía Montaño Ferrer
http://yosoylucialaluzdelmundo.blogspot.com/2014/12/gemma-galgani-reconoced-la-unidad.html
Audio
https://www.yakitome.com/tts?a=T&b=1252431&c=4OCIwPgPyzpo
¡Saludos, hermanos y hermanas!
Participantes: ¡Saludos!
En el Espíritu Ígneo e ilimitado de todo lo viviente, nos reconocemos en la red, en la red ininterrumpida en la que nos manifestamos como elementos profundamente conectados, como elementos profundamente resonantes con el Corazón de lo Divino, al mismo tiempo en que nos reconocemos como la red misma, al mismo tiempo en que nos reconocemos con el Corazón de lo Divino, así como con el Corazón de lo Divino mismo.
Yo fui conocida en este mundo como Gemma Galgani, una de las Estrellad de la Divina Madre, que porta la Virtud de la Unidad. Con esta virtud, yo me revelo en vuestros corazones como con esta red, porque en verdad yo soy esta red. Esta red en que todos los elementos danzan en sublime conexión e interdependencia y resonancia. En esta red vosotros sois yo, en esta red yo soy uno de vuestros elementos.
En este día, en este espacio favorable a la comunión de los mundos, para el entrelazamiento de las dimensiones y que ya es; sí, una manifestación, aunque tímida, de vuestra esencia multidimensional, yo vengo a recordaros a través de palabras frágiles, probablemente a través de conceptos más frágiles aún, más que las palabras, yo vengo a recordaros por la vibración de Mi Corazón en vuestro corazón y de Mi resplandor en vuestro resplandor, sobre este espacio común que compartimos en nuestra manifestación.
En la medida que vuestros pies adentran éste nuevo ciclo de manifestación – sí, la Tierra ya vive en otro ciclo de manifestación – sois convidados a reconocer nuevas herramientas. Herramientas que hace mucho tiempo no eran utilizadas aquí en el Planeta como herramientas de manifestación.
Pero sois convidados, sois impulsados a partir de vuestro propio centro a reconocer tales herramientas. Herramientas que poseen muy poca conexión con aquello que se conoce aquí. Herramientas que tienen el poder de impulsar transformaciones muy profundas así como también radicales en todas las estructuras actualmente instaladas aún. La Virtud de la Unidad, una de las herramientas que vosotros recobráis que es vuestra capacidad de percibir los elementos de la vida con una infinita horizontalidad.
Hermanos, no os engañéis con una visión de unidad en la que aún exista alguien superior, alguien mejor o alguien más poderoso. No os engañéis con una visión de unidad en donde vosotros seáis mejores, más poderosos o peores y más frágiles.
Así como el resonar en plenitud en esta capacidad (que es innata a todos los elementos de la vida, esta virtud de la Unidad) os permite transcender la visión jerárquica o la visión de evolución y mejoramiento con relación a aquello que os encierra, con relación al mundo que vosotros llamáis exterior, la principal conmoción de la reactivación completa – y que sucede de manera progresiva y paulatina – que tenéis en vosotros, por la desestructuración de todos vuestros esquemas de auto-juzgamiento, autovalidación y autovaloración.
Recordad, no necesitáis (ni siquiera es posible para tener mayor lucidez) aplicar un valor a sí mismos. Lo que Sois – en cualquier nivel en el que lo queráis observar, mismo si lo tomáis como una referencia o fragmento aparente como puede ser el cuerpo y esta identidad emocional-psicológica que usáis como máscara – no es susceptible de ser etiquetado con ningún valor. Descansad con relación a esto. No dediqueis más vuestro tiempo o vuestra energía en la tentativa de asignar a sí mismos ningún valor. Ningún valor que vuestras mentes puedan imaginar es todavía muy poco.
Cuando comenzáis a profundizar más con esta dinámica en vuestro interior mismo, o sea, igualándoos a la Consciencia Crística, igualándoos con lo Divino (cualquiera sea el nombre que queráis darle, cualquiera sea la referencia que toméis con respecto a esto) las estructuras que usáis para esquematizar la vida y darle sentido a la magnífica danza de los elementos de la vida son profundamente alterados y dan lugar a algo completamente nuevo, por lo menos desde el punto de vista de la memoria del cerebro.
Vuestros pies tocan la Tierra con levedad, en profunda gratitud, pero jamás con servidumbre. Porque el servicio no es la misma cosa que la servidumbre. Servicio es un acto soberano de sí para sí. Del sí en el Corazón, para sí en aquél corazón. El servicio es don y es dádiva, jamás es esfuerzo o carencia.
La unidad es la realidad de cada elemento, no necesita ser alcanzada o establecida. La unidad es reconocida, no se forja. La unidad es simplemente desvelada delante de vuestros ojos, de vuestros sentidos, pero antes que nada es cuando vosotros os reconocéis en vuestro interior. No en el interior de vuestros pensamientos, aunque sea ésta una habitación por la que atravesáis para llegar al Sanctum sanctorum, pero sí a lo más profundo, allí en donde la Llama Ardiente inextinguible de la Vida y del Amor jamás cesarán de nutrir y hacer florecer la manifestación.
Observad, en sí, en dónde estos esquemas de valorización, de discriminación actúan aún y todavía condicionan vuestras relaciones en vuestro mundo interno, así como las interacciones en vuestro mundo externo. Porque el Fuego de la Vida, el Fuego de la transformación, el Fuego inextinguible que mueve mundos y átomos, opera una obra misteriosa en el Planeta. Y todo lo que requiere de vosotros para abrazar esta obra es reconociéndola como una danza de Éxtasis y de Gozo, y que permitáis en vosotros un espacio sereno para que el Fuego actúe.
El Fuego que es vosotros. Pero de todos modos, cuando nos dirigimos a aquellos aspectos de nosotros mismos que sirven como elementos, como canales de nuestra propia manifestación, es necesario dirigirse a ellos con inocencia, con amoroso respeto.
Vuestra apertura al reconocimiento de la Unidad os conduce a la visión de lo sagrado, no de lo sagrado como lo más elevado, distante o inalcanzable, pero lo sagrado como aquello que está aquí y ahora, en perfección. Y este llamado hace eco cada vez más fuertemente.
Es necesario, hermanos, que todos nos reunamos en una misma sintonía, con respecto a nuestras palabras, con respecto a nuestras vestimentas, con respecto a cualquier apariencia de la cual nos sirvamos para interactuar con esta red. Más allá de todo esto, este es el momento en que debemos reconocernos primero que todo como hermanos y hermanas, como hilos de la red, hilos inquebrantables y, por lo tanto, eternamente interconectados. Pero sobretodo, más allá de esto, reconocernos como el Uno, la Vida, la Luz, el Amor, que abarca todo, todo omnipresente
Hagamos vibrar la malla cristalina de la consciencia unificada del Planeta. Demos vuelta a la llave, cambiemos el tono, afinémonos diariamente en campo de la consciencia del Planeta. Cada uno en su melodía, a su ritmo, con su tono, co-creemos una sinfonía jamás escuchada en este universo, porque es aquí que el misterio de la redención se desvelará a los ojos de los ángeles y de los hombres. Y nosotros somos quienes levantaremos el telón del teatro.
Queden en paz. ¡Aní Maritumi!
Participantes: ¡Aní Maritumi!
Transcripción realizada por colaboradores de ELV
Mensaje canalizado por Selén
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