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Posted: 07 Jan 2016 08:15 AM PST
El fenómeno oceánico-atmosférico El Niño, que está detrás de las fuertes precipitaciones e inundaciones que afectan el noreste argentino, “se viene comportando igual” que el evento de este tipo más fuerte de los últimos 50 años, según advirtieron desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). En lugar de disiparse, “podría tener un segundo pico entre fines del otoño y principios del invierno”, dijo el SMN, tal como ocurrió en 1997-1998.
Hace
18 años, El Niño tuvo un fuerte impacto en Argentina, con 32.800
evacuados y 290.000 personas afectadas por el desborde de ríos,
anegamiento de vastos territorios y lluvias torrenciales registrados
fundamentalmente en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes,
Misiones, Chaco y Formosa, según un informe de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS). A nivel global, en 1997-1998, produjo la
muerte de 24.120 personas, el desplazamiento de 6,25 millones y
pérdidas económicas por 33.200 millones de dólares.
Caracterizado como de tipo “fuerte”, el evento El Niño, o
fase cálida del ciclo ENOS (El Niño, Oscilación Sur)- que a fines de
noviembre alcanzó su pico de calentamiento superficial en el Pacífico
Ecuatorial, “va a seguir por lo menos hasta marzo”, aseguró Cindy
Fernández, meteoróloga del SMN. “Los modelos están indicando que este
Niño se viene comportando de manera similar al del ’97/’98, que a
principios de otoño había empezado a decaer, pero que en junio-julio
tuvo un repunte y volvió a tener un máximo de 2,7 grados centígrados por
sobre la temperatura media del mar”, dijo.
“Los
valores de El Niño del ’97/’98 eran parecidos a este y hasta ahora los
dos se comportan igual en cuanto a lo que tardó en calentarse el océano,
cómo se expandió la anomalía de temperatura en las aguas superficiales y
cuánto tardó en acoplarse la atmósfera”, dijo Fernández.
Así lo advirtió también a fines de diciembre la NASA,
para la que El Niño “ha creado un caos climático en todo el mundo”. A
través de un comunicado, la agencia informó que las imágenes satelitales
de observación oceánica de fines de diciembre pasado “tienen un
parecido sorprendente” a las de la misma época de 1997, en cuanto a
altura del mar (otro indicador) y prolongación en el tiempo del
fenómeno.
“Aunque
la señal de altura de la superficie del mar en 1997 fue más intensa y
alcanzó su pico en noviembre de ese año, en 2015 la zona de los altos
niveles del mar es más grande y esto podría significar que aún no hemos
visto el pico de este Niño”, afirmó el oceanógrafo Josh Willis en el
informe de la agencia espacial estadounidense.
Y el cambio climático no sería ajeno a la repetición de Niños fuertes: “Se está estudiando la relación entre ambos porque el cambio climático
trae también calentamiento de las aguas del océano, pero son fenómenos
completamente distintos: mientras El Niño es una variabilidad que se dio
siempre, el cambio climático comenzó con la era industrial”, dijo la
meteoróloga. “Los Niños que se forman hoy se sospecha que están
influenciados por el cambio climático y los de 50 años atrás no, por eso
compararlos no es muy riguroso”, agregó.
En
total coherencia con los efectos de El Niño, el SMN pronosticó lluvias
superiores a las normales en la región del Litoral (Corrientes, Misiones
y Entre Ríos), este de Santa Fe, Chaco y Formosa, por lo menos hasta
febrero. Además, se producirán registros normales a levemente superiores
a lo normal en Mendoza, Santiago del Estero, Buenos Aires, La Pampa,
San Luis; centro y oeste de Formosa y Chaco; sur de La Rioja; y noroeste
de Río Negro.
La
expresión “fase cálida del ciclo ENOS” (El Niño, Oscilación Sur) es el
de mayor precisión para designar a este evento, que implica la
conjunción de dos fenómenos, uno oceánico y otro atmosférico. Por un
lado, la de la corriente oceánica El Niño, que produce un calentamiento
de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial frente a las costas
del Perú. Por el otro, la variante negativa de la Oscilación del sur de
presión atmosférica, que provoca una disminución de este indicador en
las costas peruana y ecuatoriana y un aumento en las de Australia.
Estas
anomalías provocan cambios en la intensidad y dirección de los vientos,
la temperatura del aire, el nivel del mar y los registros
pluviométricos a nivel global; que a su vez originan alteraciones
importantes en la flora y la fauna en varios países de América Latina.
El fenómeno de El Niño
se presenta con intervalos regulares de entre dos y siete años, se
inicia cerca de Navidad (de allí su nombre, que hace referencia al
nacimiento de Jesús) y dura de 12 a 18 meses.
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Posted: 07 Jan 2016 08:24 AM PST
El peligro de una supertormenta solar sobre la Tierra es "inminente", según han advertido científicos de la Universidad de Bristol, Reino Unido.El investigador Ashley Dale, que trabaja en la identificación de los riesgos de una tormenta solar como parte del grupo internacional SolarMAX, afirma que es "solo cuestión de tiempo para que una tormenta solar excepcionalmente violenta" acabe golpeando la Tierra y "devaste" sus sistemas de comunicación y suministro de electricidad.
"Sin
electricidad, la gente tendría dificultades para repostar sus coches o
sacar dinero del banco. Además, los sistemas de aguas y alcantarillado
se verían afectados también, lo que crearía epidemias en las áreas
urbanas, con el regreso de enfermedades que pensábamos que habíamos
dejado atrás hace siglos", ha asegurado Ashley Dale en declaraciones a
la revista 'Physics World'.
Los sistemas de aguas y alcantarillado se verían afectados también, lo que crearía epidemias en las áreas urbanas
Esta
información ha sido difundida además por la Sociedad Astronómica
Estadounidense (AAS, según sus siglas en inglés), explicando que estos
fenómenos son causados por "violentas erupciones" en la superficie del Sol que vienen acompañadas de las llamadas eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), durante las cuales la estrella arroja al espacio grandes burbujas de plasma y campos magnéticos.
En este sentido, el organismo añade que cuando una CME de "suficiente intensidad" penetra en el campo magnético de la Tierra y lo rompe, se da una supertormenta solar
que lanza enormes corrientes eléctricas que pueden causar cortes de luz
generalizados y daños en componentes eléctricos fundamentales.
Dale hizo énfasis en que este tipo de suceso es "inevitable" y recordó que, según cálculos de predicción de la NASA, cada 150 años en promedio la Tierra se vuelve vulnerable a una supertormenta solar
de gran magnitud como la ocurrida en 1859 y que fue bautizada como el
Suceso Carrington. Por ello, añadió, la última "tendría que haber
ocurrido hace cinco años".
Según la AAS, el Suceso Carrington de 1859 constituye la mayor supertormenta solar
que ha golpeado la Tierra desde que existen registros, con cerca de
1.022 kilojulios de energía liberados (el equivalente a la explosión
simultánea de 10.000 millones de bombas de Hiroshima) y un billón de
kilogramos de partículas cargadas de electricidad que volaron a una
velocidad de hasta 3.000 kilómetros por segundo, sin grandes
consecuencias para los terrícolas.
El organismo estadounidense indicó que durante la última reunión
del grupo de trabajo de SolarMAX en Estrasburgo (Francia), un equipo de
investigadores concluyó que la predicción meteorológicoespacial
avanzada constituye la "mejor solución" y propuso enviar 16 pequeños
satélites cúbicos a la órbita solar para proporcionar información con
antelación sobre posibles tormentas solares.
Dale,
por su parte, sugirió que el diseño de satélites y naves espaciales se
hiciera pensando en hacer menos "sensibles" los instrumentos de a bordo y
que estén "mejor protegidos" ante aumentos drásticos de la radiación como consecuencia de las tormentas solares.
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