Las agencias espaciales rusa y
estadounidense examinan la posibilidad de llevar a cabo un proyecto
conjunto con el objetivo de lanzar un aparato espacial duradero a Venus.
Durante la última visita a Moscú de la directora adjunta de la NASA Dava Newman, la agencia espacial estadounidense confirmó su interés por la misión y su disposición a cooperar con Rusia, aseguró el académico. Asimismo, añadió que el grupo de trabajo conjunto de los especialistas rusos y estadounidenses ya aborda la posible cooperación en el marco de este proyecto durante dos años y, aunque todavía no han conseguido ningún acuerdo oficial, los científicos de ambos países ya elaboraron una serie de escenarios del vuelo de un aparato.
Las estaciones automáticas espaciales destinadas a examinar la superficie y la atmósfera de Venus fueron lanzadas ya hace más de 30 años. El último aparato, el Vega-2, que realizó su aterrizaje en la superficie de Venus en 1985 será el prototipo para el nuevo satélite, subraya Roscosmos. Sin embargo, a diferencia del aparato soviético, que permaneció en la superficie del planeta solo unos minutos, el objetivo definitivo del proyecto pasa por el lanzamiento de un aparato que pueda permanecer en la superficie del planeta de unas horas a unos días.
El arranque de la misión Venera-D está previsto para finales de 2026, según proponen los científicos, pero se trata de fechas preliminares, pues aún no se han solucionado las cuestiones de financiación.
EE.UU. no es el único país que ha expresado su interés por la misión, subraya la fuente. China y países europeos también se muestran dispuestos a cooperar y asumir competencias en el nuevo programa de exploración de Venus, lo que aumentaría el nivel técnico de las preparaciones, facilitaría la financiación de la misión, lo que significaría que se trata de un proyecto espacial internacional a gran escala, resume la fuente.