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Octubre 31 de 2014
Queridos mujeres y hombres, Yo estoy muy cerca de vosotros; y podéis sentirme con el corazón. Yo me llamaba María Magdalena en una de mis vidas en la Tierra; y he vivido en la Tierra con tristeza y alegría, con temor y valor. Tal como vosotros, he pasado por todas las emociones mientras hacía el viaje por la experiencia Humana.
Trascender todas las emociones humanas no es una señal de santidad. La característica de un Santo es precisamente que reconoce y entiende cada arruga en la frente de un rostro Humano. Tiene tan profunda comprensión de la senda Humana en la Tierra que no hay cabida para juicios, solamente espacio y silencio; y una profunda comprensión de la otra persona. Cuando la otra persona es muy profundamente entendida por un prójimo Humano, su carga se hace más ligera. Un ser Humano que puede ver profundamente de esa manera, ve la esencia de la otra persona, esa esencia de belleza y sabiduría infinitas.
Vosotros sois personas que queréis ver profundamente, deseando siempre penetrar cada vez más profundamente hacia la Esencia, la Verdad; y ésta es vuestra gran fortaleza. Todos estáis en camino hacia ese espacio al cual me referí, primero dándooslo vosotros mismos y luego concediendo espacio a otros, porque ya no necesitáis juzgar, ni separar el bien del mal, ni la Luz de la oscuridad.
Ese espacio del que hablo es el campo de Energía Crística. Todos los que tenéis esta energía vinisteis a ser testimonios de este espacio. ¿Pero cómo haces eso? Las palabras siempre son insuficientes, porque: ¿Cómo describes ese profundo espacio silencioso, que no está vacío sino lleno de sentimiento? Faltan las palabras.
Yo sentí este vasto espacio silencioso en la presencia de Yeshua; y eso me tocó profundamente. Yo fui abierta por la energía de su presencia, en la cual luego descubrí ese espacio dentro de mí misma; y gradualmente comencé a habitarlo y a sentirme allí en el Hogar. Por causa de eso, pude distanciarme cada vez más de las intensas emociones humanas que también me plagaban: temor, horror, dolor, rabia, odio. Es sumamente fácil que te pierdas en esas corrientes emocionales internas.
Tu tarea como ser Humano es crear este espacio dentro de ti mismo. Alguien más puede invitarte a hacerlo por medio de su presencia; y siendo para ti un espejo de cómo puede ser eso, cómo puedes vivir desde ese espacio en tu interior. Y Esencialmente ésta es la tarea, o el propósito interno de un Trabajador de Luz: Mantenerte en ese espacio en la presencia de otros, primero y primordialmente estando presente dentro de ti mismo.
Practiquemos eso por un momento. Siente que tu consciencia se vuelve luminosa y gentil, un poco rizada y ondulante; no forzada, sino muy abierta. Permite que la gentil corriente de tu consciencia circule a través de ti. Primero a través de tu cabeza, de donde retira la agudeza de tus pensamientos para que se puedan volver suaves y amistosos. Frecuentemente surge en tus pensamientos un filo cortante que se origina en el dolor que sientes; y ante el cual piensas que debes reaccionar, contenerte, ponerte a la defensiva.
Deja ir esa necesidad y permite que entre la calma, la suave corriente de tu verdadera consciencia. Permítele bajar fluyendo a través de tu cuello y de tus hombros, a través de tu corazón, tu Plexo Solar, de tu vientre.
Puedes pensar en una corriente ondulada que fluye libre muy naturalmente. Pon especial énfasis en el área de tu vientre y tu pelvis; y permite que el “agua” fluya por allí, limpiándote suavemente. Todo lo hiriente es drenado por ese flujo. Permite que esa energía pase por tus muslos, tus rodillas y tus piernas y tobillos. Mira cómo la corriente fluye a través de tus pies, pasando por entre los dedos de tus pies hacia el suelo; y como tus “raíces” son alimentadas por la Tierra; alimentadas con fortaleza y atención. Siente que la Tierra te sustenta, ese suelo bajo tus pies; y vuelve al Hogar, a ti mismo.
Siente cuán amplia es el Aura que quieres que se extienda alrededor de ti. Tu campo energético es una extensión natural de tu ser físico. ¿Hasta dónde llega tu alcance, cuál sientes como un buen límite? Siéntete libre de permitir que se amplíe, porque con ello no estarás afectando negativamente a nadie; de hecho, también da espacio a otros.
Siéntete libre de llegar a descansar en ti mismo. Sumérgete profundamente en tu vientre y permite que fluya tu respiración. Siente cómo en este estado eres gentil y calmado, estás en paz contigo mismo, pero al mismo tiempo tienes límites claros, de los cuales tienes una fuerte percepción dentro de ti mismo. Tu Aura está segura contigo, así que permítele ocupar el espacio que sientas cómodo, mientras al mismo tiempo te sientes interiormente calmado y abierto.
En este estado de consciencia, te invito a que observes cómo vinculas o desvinculas tus energías masculinas y femeninas en la vida diaria en el mundo. Te sientes inclinado a usar separadamente cada una, o de manera que no se apoyan mutuamente lo suficiente.
La suave energía que acabo de describir, es tu aspecto Femenino. Se interesa en otros; y puede ser profundamente empática y comprensiva. Pero frecuentemente, cuando quieres vincular esta energía en conexión con otro, te sales de ti mismo. Sales de un salto de tu Aura o campo energético; y te pierdes en la de la otra persona. Observa para ver si reconoces esta tendencia en ti; y siente qué te sucede energéticamente cuando haces esto. Tu energía se dispara hacia arriba y pierdes la paz del anclaje en tu vientre, tu cimiento.
Ahora voy a hablar de la energía masculina. Algunas veces conectarte con otros es demasiado para ti, forzándote a salir de ti mismo y abandonar tu anclaje. Eso no es nutricio; y algo está en desequilibrio. En ese momento necesitas cerrar tu Aura y tienes que llegar al Hogar, a ti mismo. Pero parece como si tu única opción fuera establecer tu energía masculina de manera firme, casi dura, casi como una armadura o un muro, para evitar que tu energía se escape hacia afuera. Y por causa de emociones que están almacenadas en ti, como insatisfacción, ira y frustración, levantas un muro defensivo; pero mira lo que eso te hace, cómo se siente en tu interior.
Observa cómo te afecta hacer esto, pero míralo calmadamente y con cierta curiosidad: “¿Qué me hace eso? ¿Se siente opresivo o liberador?” Desafortunadamente, la Naturaleza de una reacción defensiva va en contra de tu natural Fuente de calma interior.
Este patrón se presenta muy frecuentemente en vosotros; y estoy hablando en particular de un grupo de Trabajadores de Luz que nacieron con una alta sensibilidad natural y quienes fácilmente son empáticos con otras personas. A partir de su rol como pioneros de consciencia, tienden a dar demasiado de sí mismos con la esperanza de que haya una resonancia, un reconocimiento, una sintonía con los demás.
Cuando no se presenta esta conexión, lo cual ha sucedido en todas vuestras vidas o aún sucede, entonces esto conduce a dolor interior: desengaño, frustración, ira, resentimiento o soledad. Entonces frecuentemente involucras a la energía masculina para cerrarte, lo cual es restrictivo y te hace sentir aún más solitario. Hacer eso no es una manera de ampliar tu espacio, lo cual es establecer límites de manera natural, en lugar de cerrarte y apartarte de tu energía y de tu espacio.
Yo os animo a involucrar de diferente manera vuestras energías masculinas y femeninas. Ahora mismo sientes que es posible estar completamente en el Hogar y anclado en tu interior. Vuelve a sentirlo descendiendo allí otra vez. Es posible permanecer allí, aún mientras interactúas con otros; y eso significa que dejas de esforzarte activamente en cambiar demasiado las cosas, que reconoces tu necesidad de control o reconocimiento; y que ya no sales de ti mismo para tratar de ganarte el derecho a existir. Porque eso es lo que quieres lograr con la excesiva necesidad de dar y de conectarte con otro, tu deseo de ver que tu derecho a existir es confirmado por esa persona; que ésta quiere que tú seas como verdaderamente eres.
Es natural que un niño tenga ese deseo, pero madurar y crecer espiritualmente significa que satisfaces las necesidades y deseos de tu propio niño interno; y que realmente afirmas y reconoces su derecho a existir; y tú haces esto una y otra y otra vez. Lo haces al estar abierto a los impulsos de tu Yo Interno y al ser consciente de sus necesidades, mientras interactúas con el mundo que te rodea.
Ahora conéctate conscientemente con tu campo energético; permanece completamente presente dentro de ti mismo y siente a tu niño interno en tu vientre. Inhala suavemente y siente que tu Aura, tu espacio, se llena de Luz. Éste es un espacio sagrado. Tienes la habilidad de observar y ver tu Esencia Interna, tu belleza y sabiduría propias, tu valor y tu Amor. Si tienes alguna tarea en la vida, es ésta: ver, apreciar y aceptar tu propia fortaleza única, la joya que eres. Es decir, que despiertes tu Consciencia Crística interior, la cual emana hacia otros por sí misma; y no es algo que necesites lograr con esfuerzo ni luchas. Precisamente éste es el arte de llegar a estar profundamente arraigado en tu propio cimiento; y permanecer en tu propio Ser.
Ésta es también la solución, literalmente, para resolver los viejos traumas que cargas contigo: puedes aliviar tu carga emocional encontrando equilibrio entre las energías masculina y femenina. La energía masculina te vuelve a llevar a ti mismo, cuando es necesario te ayuda a desvincularte y a hacer distinciones. La energía femenina es tu gentileza, tu habilidad de conectarte, de entender, de comprender. Idealmente, ambas, las energías masculina y femenina, trabajan juntas como una.
El trauma siempre surge cuando te separas de tu anclaje, porque cuando estás en desequilibrio, expulsado de ti mismo y fragmentado, el dolor del rechazo, especialmente el rechazo emocional, puede tocarte profundamente y provocar que seas desgarrado por tus sentimientos.
Con observación interna y terapia profunda de regresión, puedes llegar a saber mucho de tus traumas pasados; y frecuentemente esto es útil para obtener discernimiento. Pero en la esencia de todas las sanaciones y auto-sanaciones, está el retorno a ti mismo, a abrazar tu propio Yo y a reconocer sus límites, pero al mismo tiempo permanecer gentil, calmado y abierto interiormente. Y precisamente por permanecer en ti mismo, puedes hacer mucho por otros; con lo que eres y con lo que emanas.
Disfruta otro momento de ser tú mismo silenciosamente. Relájate y atrévete a ser quien eres. ¡Eres bello! La energía Crística despierta en todos vosotros. Siente la presencia del Cristo en tu espacio interno.
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
Editado por Tony de Pablo ©
Octubre 31 de 2014
Queridos mujeres y hombres, Yo estoy muy cerca de vosotros; y podéis sentirme con el corazón. Yo me llamaba María Magdalena en una de mis vidas en la Tierra; y he vivido en la Tierra con tristeza y alegría, con temor y valor. Tal como vosotros, he pasado por todas las emociones mientras hacía el viaje por la experiencia Humana.
Trascender todas las emociones humanas no es una señal de santidad. La característica de un Santo es precisamente que reconoce y entiende cada arruga en la frente de un rostro Humano. Tiene tan profunda comprensión de la senda Humana en la Tierra que no hay cabida para juicios, solamente espacio y silencio; y una profunda comprensión de la otra persona. Cuando la otra persona es muy profundamente entendida por un prójimo Humano, su carga se hace más ligera. Un ser Humano que puede ver profundamente de esa manera, ve la esencia de la otra persona, esa esencia de belleza y sabiduría infinitas.
Vosotros sois personas que queréis ver profundamente, deseando siempre penetrar cada vez más profundamente hacia la Esencia, la Verdad; y ésta es vuestra gran fortaleza. Todos estáis en camino hacia ese espacio al cual me referí, primero dándooslo vosotros mismos y luego concediendo espacio a otros, porque ya no necesitáis juzgar, ni separar el bien del mal, ni la Luz de la oscuridad.
Ese espacio del que hablo es el campo de Energía Crística. Todos los que tenéis esta energía vinisteis a ser testimonios de este espacio. ¿Pero cómo haces eso? Las palabras siempre son insuficientes, porque: ¿Cómo describes ese profundo espacio silencioso, que no está vacío sino lleno de sentimiento? Faltan las palabras.
Yo sentí este vasto espacio silencioso en la presencia de Yeshua; y eso me tocó profundamente. Yo fui abierta por la energía de su presencia, en la cual luego descubrí ese espacio dentro de mí misma; y gradualmente comencé a habitarlo y a sentirme allí en el Hogar. Por causa de eso, pude distanciarme cada vez más de las intensas emociones humanas que también me plagaban: temor, horror, dolor, rabia, odio. Es sumamente fácil que te pierdas en esas corrientes emocionales internas.
Tu tarea como ser Humano es crear este espacio dentro de ti mismo. Alguien más puede invitarte a hacerlo por medio de su presencia; y siendo para ti un espejo de cómo puede ser eso, cómo puedes vivir desde ese espacio en tu interior. Y Esencialmente ésta es la tarea, o el propósito interno de un Trabajador de Luz: Mantenerte en ese espacio en la presencia de otros, primero y primordialmente estando presente dentro de ti mismo.
Practiquemos eso por un momento. Siente que tu consciencia se vuelve luminosa y gentil, un poco rizada y ondulante; no forzada, sino muy abierta. Permite que la gentil corriente de tu consciencia circule a través de ti. Primero a través de tu cabeza, de donde retira la agudeza de tus pensamientos para que se puedan volver suaves y amistosos. Frecuentemente surge en tus pensamientos un filo cortante que se origina en el dolor que sientes; y ante el cual piensas que debes reaccionar, contenerte, ponerte a la defensiva.
Deja ir esa necesidad y permite que entre la calma, la suave corriente de tu verdadera consciencia. Permítele bajar fluyendo a través de tu cuello y de tus hombros, a través de tu corazón, tu Plexo Solar, de tu vientre.
Puedes pensar en una corriente ondulada que fluye libre muy naturalmente. Pon especial énfasis en el área de tu vientre y tu pelvis; y permite que el “agua” fluya por allí, limpiándote suavemente. Todo lo hiriente es drenado por ese flujo. Permite que esa energía pase por tus muslos, tus rodillas y tus piernas y tobillos. Mira cómo la corriente fluye a través de tus pies, pasando por entre los dedos de tus pies hacia el suelo; y como tus “raíces” son alimentadas por la Tierra; alimentadas con fortaleza y atención. Siente que la Tierra te sustenta, ese suelo bajo tus pies; y vuelve al Hogar, a ti mismo.
Siente cuán amplia es el Aura que quieres que se extienda alrededor de ti. Tu campo energético es una extensión natural de tu ser físico. ¿Hasta dónde llega tu alcance, cuál sientes como un buen límite? Siéntete libre de permitir que se amplíe, porque con ello no estarás afectando negativamente a nadie; de hecho, también da espacio a otros.
Siéntete libre de llegar a descansar en ti mismo. Sumérgete profundamente en tu vientre y permite que fluya tu respiración. Siente cómo en este estado eres gentil y calmado, estás en paz contigo mismo, pero al mismo tiempo tienes límites claros, de los cuales tienes una fuerte percepción dentro de ti mismo. Tu Aura está segura contigo, así que permítele ocupar el espacio que sientas cómodo, mientras al mismo tiempo te sientes interiormente calmado y abierto.
En este estado de consciencia, te invito a que observes cómo vinculas o desvinculas tus energías masculinas y femeninas en la vida diaria en el mundo. Te sientes inclinado a usar separadamente cada una, o de manera que no se apoyan mutuamente lo suficiente.
La suave energía que acabo de describir, es tu aspecto Femenino. Se interesa en otros; y puede ser profundamente empática y comprensiva. Pero frecuentemente, cuando quieres vincular esta energía en conexión con otro, te sales de ti mismo. Sales de un salto de tu Aura o campo energético; y te pierdes en la de la otra persona. Observa para ver si reconoces esta tendencia en ti; y siente qué te sucede energéticamente cuando haces esto. Tu energía se dispara hacia arriba y pierdes la paz del anclaje en tu vientre, tu cimiento.
Ahora voy a hablar de la energía masculina. Algunas veces conectarte con otros es demasiado para ti, forzándote a salir de ti mismo y abandonar tu anclaje. Eso no es nutricio; y algo está en desequilibrio. En ese momento necesitas cerrar tu Aura y tienes que llegar al Hogar, a ti mismo. Pero parece como si tu única opción fuera establecer tu energía masculina de manera firme, casi dura, casi como una armadura o un muro, para evitar que tu energía se escape hacia afuera. Y por causa de emociones que están almacenadas en ti, como insatisfacción, ira y frustración, levantas un muro defensivo; pero mira lo que eso te hace, cómo se siente en tu interior.
Observa cómo te afecta hacer esto, pero míralo calmadamente y con cierta curiosidad: “¿Qué me hace eso? ¿Se siente opresivo o liberador?” Desafortunadamente, la Naturaleza de una reacción defensiva va en contra de tu natural Fuente de calma interior.
Este patrón se presenta muy frecuentemente en vosotros; y estoy hablando en particular de un grupo de Trabajadores de Luz que nacieron con una alta sensibilidad natural y quienes fácilmente son empáticos con otras personas. A partir de su rol como pioneros de consciencia, tienden a dar demasiado de sí mismos con la esperanza de que haya una resonancia, un reconocimiento, una sintonía con los demás.
Cuando no se presenta esta conexión, lo cual ha sucedido en todas vuestras vidas o aún sucede, entonces esto conduce a dolor interior: desengaño, frustración, ira, resentimiento o soledad. Entonces frecuentemente involucras a la energía masculina para cerrarte, lo cual es restrictivo y te hace sentir aún más solitario. Hacer eso no es una manera de ampliar tu espacio, lo cual es establecer límites de manera natural, en lugar de cerrarte y apartarte de tu energía y de tu espacio.
Yo os animo a involucrar de diferente manera vuestras energías masculinas y femeninas. Ahora mismo sientes que es posible estar completamente en el Hogar y anclado en tu interior. Vuelve a sentirlo descendiendo allí otra vez. Es posible permanecer allí, aún mientras interactúas con otros; y eso significa que dejas de esforzarte activamente en cambiar demasiado las cosas, que reconoces tu necesidad de control o reconocimiento; y que ya no sales de ti mismo para tratar de ganarte el derecho a existir. Porque eso es lo que quieres lograr con la excesiva necesidad de dar y de conectarte con otro, tu deseo de ver que tu derecho a existir es confirmado por esa persona; que ésta quiere que tú seas como verdaderamente eres.
Es natural que un niño tenga ese deseo, pero madurar y crecer espiritualmente significa que satisfaces las necesidades y deseos de tu propio niño interno; y que realmente afirmas y reconoces su derecho a existir; y tú haces esto una y otra y otra vez. Lo haces al estar abierto a los impulsos de tu Yo Interno y al ser consciente de sus necesidades, mientras interactúas con el mundo que te rodea.
Ahora conéctate conscientemente con tu campo energético; permanece completamente presente dentro de ti mismo y siente a tu niño interno en tu vientre. Inhala suavemente y siente que tu Aura, tu espacio, se llena de Luz. Éste es un espacio sagrado. Tienes la habilidad de observar y ver tu Esencia Interna, tu belleza y sabiduría propias, tu valor y tu Amor. Si tienes alguna tarea en la vida, es ésta: ver, apreciar y aceptar tu propia fortaleza única, la joya que eres. Es decir, que despiertes tu Consciencia Crística interior, la cual emana hacia otros por sí misma; y no es algo que necesites lograr con esfuerzo ni luchas. Precisamente éste es el arte de llegar a estar profundamente arraigado en tu propio cimiento; y permanecer en tu propio Ser.
Ésta es también la solución, literalmente, para resolver los viejos traumas que cargas contigo: puedes aliviar tu carga emocional encontrando equilibrio entre las energías masculina y femenina. La energía masculina te vuelve a llevar a ti mismo, cuando es necesario te ayuda a desvincularte y a hacer distinciones. La energía femenina es tu gentileza, tu habilidad de conectarte, de entender, de comprender. Idealmente, ambas, las energías masculina y femenina, trabajan juntas como una.
El trauma siempre surge cuando te separas de tu anclaje, porque cuando estás en desequilibrio, expulsado de ti mismo y fragmentado, el dolor del rechazo, especialmente el rechazo emocional, puede tocarte profundamente y provocar que seas desgarrado por tus sentimientos.
Con observación interna y terapia profunda de regresión, puedes llegar a saber mucho de tus traumas pasados; y frecuentemente esto es útil para obtener discernimiento. Pero en la esencia de todas las sanaciones y auto-sanaciones, está el retorno a ti mismo, a abrazar tu propio Yo y a reconocer sus límites, pero al mismo tiempo permanecer gentil, calmado y abierto interiormente. Y precisamente por permanecer en ti mismo, puedes hacer mucho por otros; con lo que eres y con lo que emanas.
Disfruta otro momento de ser tú mismo silenciosamente. Relájate y atrévete a ser quien eres. ¡Eres bello! La energía Crística despierta en todos vosotros. Siente la presencia del Cristo en tu espacio interno.
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
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