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Imagen cedida por su autor para la difusión de estas
meditaciones.
David Mateu. www.davidmateu.es
PROPÓSITO
EL RESPETO
Hoy nos ocuparemos
de generar en nosotros mismos la energía del respeto a los demás. A sus actos,
a sus palabras, a sus decisiones, sean cuáles sean e, incluso, aunque nos
afecten. Continuamos dentro del ciclo de meditaciones que fomentan la
integración.
El respeto es un paso fundamental y necesario si
queremos evolucionar al ritmo que avanza la nueva energía. Para
dejar paso al amor, primero debemos permitir que el otro sea quien ha decidido
ser, sin juzgarlo ni condenarlo por sus actos y sin emitir negatividad hacia
él. Porque esa negatividad no sólo acrecienta el conflicto sino que además nos
aparta de la voz del corazón, que nos pide un cambio de enfoque, una nueva
perspectiva de lo que nos sucede, para que nos alejemos del rencor y de la
lucha y podamos por fin emitir la vibración del amor en el mundo.
Para fomentar el
respeto en nuestras vidas, cuando alguien dice o hace algo que nos daña,
pueden ayudarnos los siguientes pasos a seguir:
1. Evitar reaccionar al momento.
2. Respirar para expulsar la emoción que se ha
generado en mí, para calmarme.
3. Conectar con el corazón antes de hablar. El
alma es una fuente de amor inagotable y ésa es la energía que debo proyectar
cuando hable.
4. Vencer el temor a mostrarse vulnerable y
hacer lo que el alma sugiere, aunque sea arriesgado, aunque el pasado me haya
demostrado que al abrir el corazón pueden hacerme daño. Si dejo que el miedo
me aconseje, nunca avanzaré.
Estos pasos
representan una dinámica que tendrá que
repetirse varias veces, una serie de actos encadenados que
desencadenarán en la rendición del otro, sobre todo cuando éste último se
empeña en continuar atacando o comportándose de un modo invasivo. Si deseo que
su comportamiento deje de afectarme tendré que proyectar amor de manera sostenida. La
densidad que el otro emite hacia mí remitirá, si lo que encuentra siempre como
respuesta es amor.
Es verdad que esta
dinámica requiere una gran templanza, un esfuerzo sostenido, un compromiso con
uno mismo en el que la perseverancia sea un ingrediente imprescindible.
Debo perseverar aunque las cosas no salgan como
quiero a la primera, ni a la segunda, ni tal vez a la
tercera. Me ayudará muchísimo mantener una
vibración elevada durante todo el proceso: meditar, canalizar, usar
técnicas de relajación o cualquier práctica que fomente mi equilibrio
interior.
Es como si nos
encontrásemos al pie de una montaña muy alta, decididos a subir, y nos
aprovisionáramos de las herramientas y el material necesarios para afrontar la
escalada: unas buenas botas, cuerdas, anclajes… Instrumentos que nos ayudarán
a no caer en los tramos difíciles o a mantener el equilibrio.
Al principio nos
abruma la distancia y la intensidad de la pendiente, pero sabemos que llegaremos a la cima dando un paso cada vez y
confiando en que somos capaces de hacerlo. Confiamos en nuestro valor, en
nuestra capacidad de adaptación, en nuestro cuerpo físico y en la efectividad
del material que usamos para apoyar la escalada.
Así, antes de
afrontar el gran reto de respetar al que me hiere, debo armarme de valor y
confianza, aprovisionarme de herramientas eficaces que me garanticen el
equilibrio interior durante todo el trayecto y emprender la escalada
recordando que no debo flaquear, que debo seguir avanzando a pesar de los
inconvenientes o de la dificultad y que mi meta es la cima, porque allí se
encuentra la paz, la liberación y el propósito que siempre he estado
anhelando.