MENSAJE DEL ARCANGEL GABRIEL
07 de enero, 2016
Amados,
Tengamos un discurso sobre la cualidad
del amor conocida como inmortalidad. Muchas personas en el mundo de hoy están
conscientes y creen que el alma es inmortal y eterna. En estos tiempos actuales
hay un ferviente y creciente deseo en la humanidad de vivir una vida más larga,
más sana y más próspera, en una unidad de espíritu y materia.Muchas personas
están creando una nueva ola de conciencia que ve mayores posibilidades para una
vida física cada vez más larga y perfecta. Hay una creciente convicción de que
un cuerpo físico puede ser retenido, siempre y cuando la propia esencia divina
desea su uso. Ellos se están dando cuenta de que pueden cambiar su experiencia
de vida y la extensión de la misma mediante la creación de los cambios dentro
de sí mismos. Ellos saben que tienen el poder de crear lo que sea que deseen.
Ellos saben que todo depende de sus elecciones personales, de su nivel actual
de conciencia y las acciones que toman. A medida que se conocen y se están
abriendo a esta emocionante posibilidad, su cuerpo físico empieza a reflejar
este resultado deseado, evolucionando poco a poco a través de una serie de
constantes transformaciones físicas. Estas transformaciones perfeccionan más el
cuerpo para que pueda abarcar fácilmente su esencia espiritual más sensible.
Uno de sus objetivos es reconstruir el cuerpo físico primero mediante la
limpieza de toxinas y elementos antiguos para ser capaces de recibir
correctamente los nuevos y más refinados elementos de naturaleza superior.
Todos los procesos de cambio físico en
el cuerpo comienzan en el nivel espiritual.
La inmortalidad física es el legado
esencial de la vida que se vive en la naturaleza espiritual de cada quien. La
filosofía de la inmortalidad física permite que el amor y la energía divina se
expresen más plenamente a través de la personalidad individual. Este impulso a
una siempre renovada forma ha estado operando en el sistema de cada uno.
Sólo ha requerido de la atención, el conocimiento y la conciencia de cada
individuo con el fin de iniciar la aplicación responsable de las prácticas que
funcionan al unísono con su ser divino. Estas prácticas cuando se realizan a
través del tiempo inician la transformación del cuerpo físico en una forma
física más saludable y juvenil. A través de la implementación de simples
prácticas espirituales de purificación, tales como comer una dieta más natural
y cruda, practicar la respiración consciente de la energía y hacer los
ejercicios que mantienen el cuerpo físico flexible y ágil, éstas se convierten
en parte de la normal rutina diaria. La creación de un ambiente de paz con
relaciones armoniosas y amorosas con otros es también uno de los requisitos
básicos de dominio de la inmortalidad dentro de la forma humana, así como la
práctica diaria de ir hacia dentro en quietud, contemplación, oración y
meditación.
La humanidad y la Tierra están entrando
en la siguiente fase de su viaje personal hacia la unión con lo divino. El
cuerpo físico está constante y continuamente cambiando sus elementos, en
concordancia con el estado de la mente de cada uno. Los pensamientos y
creencias se manifiestan en la realidad física de cada quien. Hacerse cargo de
la calidad de los pensamientos sobre la vida eterna, con el tiempo produce el
dominio del cuerpo y de la extensión de la vida física. Es muy útil despejar la
mente todos los días para elevar la calidad de sus pensamientos y sentimientos,
centrándose en la pureza y la santidad del Creador. Esta actividad fomenta la
creencia en la posibilidad de la vida eterna y requiere un seguimiento a las
acciones propias para hacer su parte en el proceso de ir poco a poco hacia la
inmortalidad física. Ellos comprenden que su esencia divina quiere mantener un
cuerpo físico que se puede utilizar de forma continua y refinada, hasta que el
espíritu y la materia se unifican en un todo perfecto. Al alcanzar esta
plenitud, se experimenta más armonía, paz, sabiduría, prosperidad y una mayor
longevidad en sus vehículos físicos.
La vida eterna no tiene valor ni alegría
sin relaciones amorosas. El amor es el secreto de la vida eterna. La elección
de la inmortalidad física implica la construcción de una filosofía completa de
la vida desde la perspectiva de la inmortalidad física. Tales pensamientos
mueven a uno en la dirección correcta, pero deben producir las acciones
correctas para crear resultados. En este proceso evolutivo, toda resistencia a
la unión con lo divino se limpia del cuerpo físico. Esta limpieza se conoce
como el proceso de ‘Cristificación’ o el refinamiento de la carne en un
matrimonio alquímico del cuerpo y del espíritu que es consumado mediante la
integración armónica con la esencia divina propia. Cada célula del cuerpo del
ser es renovada y restaurada en armonía con la propia esencia divina. Cuando se
ha eliminado toda la resistencia a dar y recibir de sus mentes, corazones y
cuerpos entonces los tesoros de la verdadera unión comienzan a experimentarse
en cada situación.
Cada día uno se desplaza sobre el
elevado sendero de la vida divina. Cada etapa a lo largo de su viaje se
experimenta en un nivel más profundo, más creativo y más expansivo. Su triunfo
de la vida es victorioso cuando ocurre la completa unión con lo divino y todas
las dualidades y las ilusiones se desvanecen de su experiencia personal. Uno
permanece en el gozo eterno de la verdad y la sabiduría radiante sabiendo que
esta unión es acerca de la elección personal y el cambio que está en armonía
con la voluntad única y auténtica. Uno se da cuenta de que lo divino conoce
todas las necesidades de uno antes de que incluso las pidan, pero la ley
universal del libre albedrio requiere que lo pidan. A través de la
transformación de la materia inmortal, se convierten en un co-creador con lo
divino. Su forma de vida está llena de amor, bondad, belleza y verdad. A través
de la constante persistencia y dedicación a la luz de lo divino dentro de
ellos, anclan el cielo en la Tierra.
Que la interacción y unión con lo divino
dentro de ustedes cree cambios iluminados, sincronismos maravillosos y una
experiencia siempre expansiva y profunda de la libertad individual.
Yo Soy el Arcángel Gabriel
2009-2016 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana
(Soo-tam-ah) Guardiana de las Sinfonías de Gracia
Traduce: Esther Abreu
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